Si lo que se ve al fondo es Azqueta creo que es el tramo final de la subida donde comento que me doy el galletón. Es que ya no coordinaba.............
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(09) 10-09-2011 desde Roncesvalles. Ya soy "lisensiado" bicigrino.
apne- Cantidad de envíos : 498
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Joer betetero. Casi me da un tirón en el cuello para verla, ja,ja,ja.
Si lo que se ve al fondo es Azqueta creo que es el tramo final de la subida donde comento que me doy el galletón. Es que ya no coordinaba.............
Si lo que se ve al fondo es Azqueta creo que es el tramo final de la subida donde comento que me doy el galletón. Es que ya no coordinaba.............
apne- Cantidad de envíos : 498
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Tosta escribió:Apne no hay tiempo, que yo sepa, para escribir un post.
Yo lo que si que hago es subir primero todas las fotos (a picasa las subo yo) y luego voy escirbiendo y poniendo imagenes para no estar cargando las fotos cuando las voy a poner.
A mi en la cuesta esa me adelanto uno andando y me dijo "ultreia" y yo le conteste: "tus muelas girufo", ya arriba chocamos las manos y me largue. Ni me acordaba ya de la cuesta esa hasta que la ha nombrado Apne es u relato.
Saludos
Gracias Tosta. Así lo estoy haciendo. Primero subo las fotos a una web y luego escribo la crónica y añado las fotos, en lugar de escribir y cargar una a una.Es que ayer se me borró tres veces la crónica y ya me estaba desesperando.
En cuanto al tema de la famosa cuesta de Puente la Reina en tu blog sí que leí alguna reseña. Creo que te acordabas de los ingenieros que habían desviado el camino para hacer la carretera o algo así. Por cierto, que tu blog, además de una fuente de información, es de lo más desternillante que había leído en mucho tiempo. Qué buenos ratos pasé leyéndolo.
Por la lesión de la "biela" ya veo que te has ido a Pucela a recibir tratamiento..................
kundepoko- Cantidad de envíos : 3653
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Me está gustando la crónica y las fotos. Además, si sigues a este ritmo habrás terminado el relato antes de que me vaya
apne- Cantidad de envíos : 498
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14 DE SEPTIEMBRE (BELORADO-HONTANAS)
Me despierto sobre las siete y me viene a la cabeza la duda de ayer. ¿Cómo me apaño yo en el aseo para proceder a la descarga matinal? Mientras me lavo la cara voy dándole vueltas al tema (que para mí tiene su importancia) y tras ver el lamentable estado de los aseos decido hacer una incursión furtiva en el de las féminas. Tiene mejor aspecto pero…… mi gozo en un pozo. Tampoco hay “trono” y de pensar que tengo que adoptar la posición “turca” me entra la risa. Así que me inspiro en la inventiva femenina y tras forrar la taza con papel (o al menos eso contaban las chicas cuando iban a un garito durante mi adolescencia) me concentro en el asunto.
Cuando voy a salir empiezo a escuchar ruido por lo que me toca esperar. Mientras tanto, voy ensayando algún tipo de voz aflautada por si alguna señora insiste más de la cuenta para entrar en mis “aposentos”. Una vez todo en silencio salgo de manera sigilosa pero me topo con tres mujeres que están en el lavabo cepillándose los dientes. Me saludan con naturalidad pero, como tengo cara de culpable, no se me ocurre otra cosa que decir:
“Huy, que despiste el mío que me he confundido. Adiós, adios” Y me fui con el sofoco, y los deberes hechos, a desayunar.
Tras este episodio “trascendental” hay que ponerse en marcha y hoy toca ponerse el chubasquero ya que el cielo amenaza lluvia.
Tras los primeros doce kilómetros de calentamiento hago una parada en el bar que hay a la entrada de Villafranca de Montes de Oca. Prefiere meter alguna caloría más al cuerpo por que ya sé que a la salida del pueblo, a la altura del cementerio, hay un tramo en el que toca empujar. Ni qué decir tiene que mis dos compañeros ya estarían a mitad de subida.
Tras pasar ese tramo duro la pendiente ya es más asequible y el camino discurre entre árboles. Además, le encuentro su encanto atravesarlo envuelto por la niebla.
Sigo sin entender cómo puede haber tanto ciclista que prefiera subir por asfalto tragando humo de camión. Ellos se lo pierden.
Tras coronar en un monumento conmemorativo de víctimas de la guerra civil, toca sortear un tobogán trampa. Piensas que con la inercia de la bajada vas a subir sin problemas la rampa que se ve al otro lado. Pero no. Justo al final del descenso hay que atravesar una pasarela estrecha por lo tienes que empezar a subir prácticamente parado. Pues a empujar tocan.
Tras esta última dificultad, el camino discurre con un corta-fuegos hasta San Juan de Ortega. Ni rastro de los dos galgos. ¡Con la terraza tan hermosa que hay allí! Aprovecho para hacer una pequeña visita al monasterio.
Llamo a mi amigo y me dice que están almorzando en el siguiente pueblo. Sabia decisión. Lo que sucede estos dos van tan rápidos que han pasado prácticamente sin enterarse Agés y donde realmente han parado es a la salida de Atapuerca.
Cuando me reencuentro con los dos “fugitivos” están charlando en la terraza con Isidoro, el jubilado vitoriano con el que habíamos compartido habitación anoche. Observo que mi amigo está más serio de lo normal. Me comenta que le han llamado informándole que tiene a una hija pachucha y que ha tomado la decisión de regresar a casa. En fin. Lo familia es lo primero.
Como la decisión está tomada, optamos por dirigirnos a Burgos sin más dilación para ver si el amigo consigue regresar el mismo día. Les comento que para adelantar tiempo tenemos que obviar la subida a Matagrande (un kilometro y medio de subida trufado de piedras y que va paralelo a una valla de espino que delimita unos terrenos del ejército.)
Esta es del año pasado. Menudo calvario..........
Con las prisas por llegar a Burgos no encontramos la alternativa de Castañares y acabamos en la infernal nacional sorteando camiones. Cuando por fin llegamos al centro de la ciudad, mi amigo se informa de la manera de enviar la bici y de cómo regresar a Alicante. Fantástico. No hay autobuses ni trenes que vayan directamente. Al final se vería obligado a hacer noche allí y regresar al día siguiente.
La despedida tendría que haber sido en León, con celebración por todo lo alto en el “Húmedo”, pero desgraciadamente ha habido que adelantarla dos jornadas.
Allí también coincidimos con una bicigrina malagueña con la que habíamos charlado unos días antes en el puesto de Felisa, a la entrada de Logroño.
Tapeamos los cinco en un bar cerca de la catedral a modo de improvisada despedida. Nos lamentamos de que tenga que marcharse tan pronto pero, como dice la canción, “the show must go on”. Adiós, compañero, adiós.
Así que desde ese día voy a tener a tres compañeros de fatigas. Ismael (el guipuzcoano que conocimos en Villatuerta), Isidoro (el jubilado vitoriano) y Leticia (malagueña que hace su primer camino en bici pero que había estado ya siete veces como peregrina).
Como decía un filósofo griego, “todo fluye, todo cambia”. Esta mañana me levanté con el día nublado y un amigo, y esta tarde el sol calienta de lo lindo y bicigrineo sin el amigacho pero con dos compañeros más.
Como es pronto decidimos continuar y ver hasta dónde llegamos. Les comento que un pueblo con cierto encanto es Hontanas.
En cada pueblo paramos a rellenar los bidones por que hace una “caló” que no se puede aguantar. Hasta Rabé de las Calzadas el camino es prácticamente llano y desde aquí empiezan otra vez los repechos, pero sorprendentemente me encuentro bien. Joer. Si subo sin echar pie a tierra. ¿Qué me habrán puesto en los pinchos de Burgos?
El descenso hasta Hornillos se las trae. Por cierto. El año pasado había un cartel que advertía a los ciclistas de la peligrosidad de la bajada. Este año no estaba (o no lo ví) y cuando se lo estaba comentando a Isidoro nos encontramos bajando esquivando piedras.
Venga. Un tironcito más y aparece el pequeño oasis de Arroyo San Bol. Y, por fin, tras cinco largos kilómetros, aparece ese pueblo en medio de la nada. Hontanas.
Hornillos del Camino
Arroyo San Bol
A la hora de encontrar alojamiento, emoción. El pueblo está “petao” de peregrinos. Pues si que hay gente este año en el Camino!!!. La hospitalera del albergue municipal nos encuentra acomodo en el antiguo albergue, junto a la vieja escuela que sirve de improvisado garaje de bicis. Pues nada. Cuarenta almas bien juntitas y ducha de agua fría. Esto es lo que hay. Y gracias.
Pero lo importante es que la compañía es grata. Una buena cena en un restaurante frente a la plaza y copichuela en El Puntido. Qué más se puede pedir!!!
Y yo estoy asustado. En mi vida había hecho 85 km en esas condiciones y no me duelen las piernas. Serán las morcillas…………
Me despierto sobre las siete y me viene a la cabeza la duda de ayer. ¿Cómo me apaño yo en el aseo para proceder a la descarga matinal? Mientras me lavo la cara voy dándole vueltas al tema (que para mí tiene su importancia) y tras ver el lamentable estado de los aseos decido hacer una incursión furtiva en el de las féminas. Tiene mejor aspecto pero…… mi gozo en un pozo. Tampoco hay “trono” y de pensar que tengo que adoptar la posición “turca” me entra la risa. Así que me inspiro en la inventiva femenina y tras forrar la taza con papel (o al menos eso contaban las chicas cuando iban a un garito durante mi adolescencia) me concentro en el asunto.
Cuando voy a salir empiezo a escuchar ruido por lo que me toca esperar. Mientras tanto, voy ensayando algún tipo de voz aflautada por si alguna señora insiste más de la cuenta para entrar en mis “aposentos”. Una vez todo en silencio salgo de manera sigilosa pero me topo con tres mujeres que están en el lavabo cepillándose los dientes. Me saludan con naturalidad pero, como tengo cara de culpable, no se me ocurre otra cosa que decir:
“Huy, que despiste el mío que me he confundido. Adiós, adios” Y me fui con el sofoco, y los deberes hechos, a desayunar.
Tras este episodio “trascendental” hay que ponerse en marcha y hoy toca ponerse el chubasquero ya que el cielo amenaza lluvia.
Tras los primeros doce kilómetros de calentamiento hago una parada en el bar que hay a la entrada de Villafranca de Montes de Oca. Prefiere meter alguna caloría más al cuerpo por que ya sé que a la salida del pueblo, a la altura del cementerio, hay un tramo en el que toca empujar. Ni qué decir tiene que mis dos compañeros ya estarían a mitad de subida.
Tras pasar ese tramo duro la pendiente ya es más asequible y el camino discurre entre árboles. Además, le encuentro su encanto atravesarlo envuelto por la niebla.
Sigo sin entender cómo puede haber tanto ciclista que prefiera subir por asfalto tragando humo de camión. Ellos se lo pierden.
Tras coronar en un monumento conmemorativo de víctimas de la guerra civil, toca sortear un tobogán trampa. Piensas que con la inercia de la bajada vas a subir sin problemas la rampa que se ve al otro lado. Pero no. Justo al final del descenso hay que atravesar una pasarela estrecha por lo tienes que empezar a subir prácticamente parado. Pues a empujar tocan.
Tras esta última dificultad, el camino discurre con un corta-fuegos hasta San Juan de Ortega. Ni rastro de los dos galgos. ¡Con la terraza tan hermosa que hay allí! Aprovecho para hacer una pequeña visita al monasterio.
Llamo a mi amigo y me dice que están almorzando en el siguiente pueblo. Sabia decisión. Lo que sucede estos dos van tan rápidos que han pasado prácticamente sin enterarse Agés y donde realmente han parado es a la salida de Atapuerca.
Cuando me reencuentro con los dos “fugitivos” están charlando en la terraza con Isidoro, el jubilado vitoriano con el que habíamos compartido habitación anoche. Observo que mi amigo está más serio de lo normal. Me comenta que le han llamado informándole que tiene a una hija pachucha y que ha tomado la decisión de regresar a casa. En fin. Lo familia es lo primero.
Como la decisión está tomada, optamos por dirigirnos a Burgos sin más dilación para ver si el amigo consigue regresar el mismo día. Les comento que para adelantar tiempo tenemos que obviar la subida a Matagrande (un kilometro y medio de subida trufado de piedras y que va paralelo a una valla de espino que delimita unos terrenos del ejército.)
Esta es del año pasado. Menudo calvario..........
Con las prisas por llegar a Burgos no encontramos la alternativa de Castañares y acabamos en la infernal nacional sorteando camiones. Cuando por fin llegamos al centro de la ciudad, mi amigo se informa de la manera de enviar la bici y de cómo regresar a Alicante. Fantástico. No hay autobuses ni trenes que vayan directamente. Al final se vería obligado a hacer noche allí y regresar al día siguiente.
La despedida tendría que haber sido en León, con celebración por todo lo alto en el “Húmedo”, pero desgraciadamente ha habido que adelantarla dos jornadas.
Allí también coincidimos con una bicigrina malagueña con la que habíamos charlado unos días antes en el puesto de Felisa, a la entrada de Logroño.
Tapeamos los cinco en un bar cerca de la catedral a modo de improvisada despedida. Nos lamentamos de que tenga que marcharse tan pronto pero, como dice la canción, “the show must go on”. Adiós, compañero, adiós.
Así que desde ese día voy a tener a tres compañeros de fatigas. Ismael (el guipuzcoano que conocimos en Villatuerta), Isidoro (el jubilado vitoriano) y Leticia (malagueña que hace su primer camino en bici pero que había estado ya siete veces como peregrina).
Como decía un filósofo griego, “todo fluye, todo cambia”. Esta mañana me levanté con el día nublado y un amigo, y esta tarde el sol calienta de lo lindo y bicigrineo sin el amigacho pero con dos compañeros más.
Como es pronto decidimos continuar y ver hasta dónde llegamos. Les comento que un pueblo con cierto encanto es Hontanas.
En cada pueblo paramos a rellenar los bidones por que hace una “caló” que no se puede aguantar. Hasta Rabé de las Calzadas el camino es prácticamente llano y desde aquí empiezan otra vez los repechos, pero sorprendentemente me encuentro bien. Joer. Si subo sin echar pie a tierra. ¿Qué me habrán puesto en los pinchos de Burgos?
El descenso hasta Hornillos se las trae. Por cierto. El año pasado había un cartel que advertía a los ciclistas de la peligrosidad de la bajada. Este año no estaba (o no lo ví) y cuando se lo estaba comentando a Isidoro nos encontramos bajando esquivando piedras.
Venga. Un tironcito más y aparece el pequeño oasis de Arroyo San Bol. Y, por fin, tras cinco largos kilómetros, aparece ese pueblo en medio de la nada. Hontanas.
Hornillos del Camino
Arroyo San Bol
A la hora de encontrar alojamiento, emoción. El pueblo está “petao” de peregrinos. Pues si que hay gente este año en el Camino!!!. La hospitalera del albergue municipal nos encuentra acomodo en el antiguo albergue, junto a la vieja escuela que sirve de improvisado garaje de bicis. Pues nada. Cuarenta almas bien juntitas y ducha de agua fría. Esto es lo que hay. Y gracias.
Pero lo importante es que la compañía es grata. Una buena cena en un restaurante frente a la plaza y copichuela en El Puntido. Qué más se puede pedir!!!
Y yo estoy asustado. En mi vida había hecho 85 km en esas condiciones y no me duelen las piernas. Serán las morcillas…………
Última edición por apne el Jue 06 Oct 2011, 2:13 am, editado 1 vez
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kundepoko escribió:Me está gustando la crónica y las fotos. Además, si sigues a este ritmo habrás terminado el relato antes de que me vaya
Gracias kunde por tu paciencia. Espero terminar antes de que retomes de nuevo tu Camino y que esta vez te respete la salud.
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FElicidades por el nuevo capitulo
Esa misma etapa fue la que yo hice en mi camino solo que desde Burgos a Hontanas se mem hizo largo como un dia sin pan...
Eso si...no comi morcilla...jeje...en cambio en Hontanas conoci a uno que corre por aqui que se llama "Pi"...Paco-pi....menudo pedal pillamos esa noche
Espero que al volver de la Via ya pueda leerme tu camino de tiron
Esa misma etapa fue la que yo hice en mi camino solo que desde Burgos a Hontanas se mem hizo largo como un dia sin pan...
Eso si...no comi morcilla...jeje...en cambio en Hontanas conoci a uno que corre por aqui que se llama "Pi"...Paco-pi....menudo pedal pillamos esa noche
Espero que al volver de la Via ya pueda leerme tu camino de tiron
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Beteterocarrozon escribió:FElicidades por el nuevo capitulo
Esa misma etapa fue la que yo hice en mi camino solo que desde Burgos a Hontanas se mem hizo largo como un dia sin pan...
Eso si...no comi morcilla...jeje...en cambio en Hontanas conoci a uno que corre por aqui que se llama "Pi"...Paco-pi....menudo pedal pillamos esa noche
Espero que al volver de la Via ya pueda leerme tu camino de tiron
Gracias Betetero. Acabo de enterarme en otro hilo que te vas a hacer la Via de la Plata. Buen Camino.
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Por las mañanas: cafe y cigarro=muñeco de barro. No falla.
Y como te pares a pensar como ingeniartelas para descargar si no hay trono se te hace tarde, jajajajajaja.
Y como te pares a pensar como ingeniartelas para descargar si no hay trono se te hace tarde, jajajajajaja.
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15 DE SEPTIEMBRE (HONTANAS-LÉDIGOS)
Anoche dormí “regular”. El concierto nocturno de ronquidos no me molesta (igual es que yo no me quedo atrás…) pero lo que llevo mal es dormir en la litera de arriba. No es tanto un problema de altura como de pericia para bajar a medianoche. Menudo “show”… En fin. Nada grave. El que quiera comodidades que se vaya al hotel.
Esta mañana, para variar, amanece despejado y una temperatura agradable, lo que significa que va a ser otro día de “peregrino a la parrilla”.
Desayuno completo por que lo duro está justo al principio de la jornada. Me sigue pareciendo muy especial ese tramo de sendas estrechas que desemboca en las Ruinas del Convento de San Antón, donde parece que el tiempo se detiene. Lástima que al ser poco más de las ocho estuviera cerrado.
En Castrojeriz aprovechamos para comprar algo de fruta y quedamos en reagruparnos en el Alto de Mostelares. Con lo ancha que es Castilla y el camino tiene que pasar por esta “tachuela”.
El año anterior, de manera consciente o inconsciente, esquivé esta dificultad tomando la alternativa de Castrillo de Matajudíos (joer con el nombrecito…). Aquélla fue mi etapa “horribilis”. Empezó a llover y al no levantar la cabeza del manillar seguí las indicaciones que señalaban el camino para bicicletas. La subida era llevadera pero el camino es arcilloso, por lo que en poco tiempo se duplicó el grosor de las ruedas con el barro acumulado y al final fue peor el remedio que le enfermedad…
Volviendo al presente, cuando ves esa hendidura en el monte donde parece divisarse a lo lejos pequeños puntos de colores en movimiento te preguntas ¿Seguro que es por ahí?
Uff. Da respeto esa cuestecilla de poco más de un kilómetro. A mitad de la primera rampa me veo obligado a empujar, pero tras el descansillo consiguiente me pregunto que para qué habré venido en bici. Así que en un ataque de vergüenza torera me vuelvo a subir a la burra, meto toda la tornilleria disponible y “chino-chano” llego a la cima entre los gritos de ánimo de mis compañeros. Coñis. Por un momento parecía un ciclista de verdad.
Tras mi minuto de gloria hay que volver a la realidad. El descenso es muy pronunciado al principio (había un cartel advirtiendo de un 18% de desnivel) pero el piso es bueno, así que trabajen los frenos para no atropellar a algún peregrino.
Antes de llegar al Puente Fitero (que delimita las provincias de Burgos y Palencia) paramos a sellar en una iglesia que es además albergue, y que está regentado por italianos. Nos ofrecen un capuccino pero declinamos amablemente la oferta. Un poco pronto. La iglesia, presidida por el altar, tiene una gran mesa en el centro y unas diez literas. Debe de ser especial pernoctar allí. Quién sabe si algún día….
Todavía queda un falso llano antes de Boadilla del Camino (paraje de Otero Largo), y antes de que el paisaje se convierta en monótono queda el agradable tramo junto al Canal de Castilla hasta Frómista.
En este pueblo nos reunimos de nuevo para almorzar. Allí aprovecho para ver por dónde anda mi amigo y resulta que está todavía en Madrid. Me explica que ha tenido que tomar un tren de Burgos a Valladolid y, desde allí, el Alvia que baja hasta Alicante. Además me cuenta que coincidió en el albergue municipal de Burgos con la polaca cabezota y que pasó una noche de perros. Precisemos. No por culpa de la bicigrina sino por el follón del botellón que montan los estudiantes burgaleses cerca de la catedral. Joer. Harán botellón diario en esa ciudad !!! Por que a mi colega le pilló un miércoles pero es que a mí el año pasado me sorprendió un jueves, y aún recuerdo el concierto de gritos y botellas rotas hasta altas horas de la madrugada.
En las rectas entre Boadilla y Carrión de los Condes el sillín de gel me abandona y empiezo a tener molestias en las “posaderas”. A partir de ese día iba a ser lo habitual. Yo lo llamaba el “muro” del kilómetro 50.
Así que además del calor ahora tocaba dolor de culo. Y por si fuera poco, en la interminable recta desde Carrión hasta Calzadilla de la Cueza, el viento pega de costado.
Menos mal que Isidoro, el jubilado vitoriano, me iba dando ánimos porque esos kilómetros se me hicieron muy pero que muy largos. A causa del viento había que pedalear más fuerte pero al mismo tiempo el dolor “traseril” me impedía hacer fuerza.
Afortunadamente los otros dos compañeros (el guipuzcoano y la malagueña) nos llamaron para avisarnos que nos habían reservado plaza en el albergue de Lédigos. Mejor así, por que a Sahagún no llegaba…….
Como esa tarde no estaba para fotos, aquí dejo una del año pasado de la recta “come-cocos”. Como me decía Isidoro, en esa recta, prácticamente sin sombra, no es extraño que más de un peregrino con dudas acabe “convirtiéndose”.
Lédigos es un pequeño pueblo donde el albergue-bar-tienda es la única alternativa. Es sencillo pero acogedor. Y tiene un jardín con una pequeña piscina. Las bicis se quedan en el patio interior, relativamente seguras. Ah! Y los aseos tienen trono. La única pega es que me vuelve a tocar la litera de arriba……..Si nos quieres caldo, dos tazas.
Buena cena y agradable sobremesa en el patio con gin-tonic incluído. Que no sea todo sufrir.
Anoche dormí “regular”. El concierto nocturno de ronquidos no me molesta (igual es que yo no me quedo atrás…) pero lo que llevo mal es dormir en la litera de arriba. No es tanto un problema de altura como de pericia para bajar a medianoche. Menudo “show”… En fin. Nada grave. El que quiera comodidades que se vaya al hotel.
Esta mañana, para variar, amanece despejado y una temperatura agradable, lo que significa que va a ser otro día de “peregrino a la parrilla”.
Desayuno completo por que lo duro está justo al principio de la jornada. Me sigue pareciendo muy especial ese tramo de sendas estrechas que desemboca en las Ruinas del Convento de San Antón, donde parece que el tiempo se detiene. Lástima que al ser poco más de las ocho estuviera cerrado.
En Castrojeriz aprovechamos para comprar algo de fruta y quedamos en reagruparnos en el Alto de Mostelares. Con lo ancha que es Castilla y el camino tiene que pasar por esta “tachuela”.
El año anterior, de manera consciente o inconsciente, esquivé esta dificultad tomando la alternativa de Castrillo de Matajudíos (joer con el nombrecito…). Aquélla fue mi etapa “horribilis”. Empezó a llover y al no levantar la cabeza del manillar seguí las indicaciones que señalaban el camino para bicicletas. La subida era llevadera pero el camino es arcilloso, por lo que en poco tiempo se duplicó el grosor de las ruedas con el barro acumulado y al final fue peor el remedio que le enfermedad…
Volviendo al presente, cuando ves esa hendidura en el monte donde parece divisarse a lo lejos pequeños puntos de colores en movimiento te preguntas ¿Seguro que es por ahí?
Uff. Da respeto esa cuestecilla de poco más de un kilómetro. A mitad de la primera rampa me veo obligado a empujar, pero tras el descansillo consiguiente me pregunto que para qué habré venido en bici. Así que en un ataque de vergüenza torera me vuelvo a subir a la burra, meto toda la tornilleria disponible y “chino-chano” llego a la cima entre los gritos de ánimo de mis compañeros. Coñis. Por un momento parecía un ciclista de verdad.
Tras mi minuto de gloria hay que volver a la realidad. El descenso es muy pronunciado al principio (había un cartel advirtiendo de un 18% de desnivel) pero el piso es bueno, así que trabajen los frenos para no atropellar a algún peregrino.
Antes de llegar al Puente Fitero (que delimita las provincias de Burgos y Palencia) paramos a sellar en una iglesia que es además albergue, y que está regentado por italianos. Nos ofrecen un capuccino pero declinamos amablemente la oferta. Un poco pronto. La iglesia, presidida por el altar, tiene una gran mesa en el centro y unas diez literas. Debe de ser especial pernoctar allí. Quién sabe si algún día….
Todavía queda un falso llano antes de Boadilla del Camino (paraje de Otero Largo), y antes de que el paisaje se convierta en monótono queda el agradable tramo junto al Canal de Castilla hasta Frómista.
En este pueblo nos reunimos de nuevo para almorzar. Allí aprovecho para ver por dónde anda mi amigo y resulta que está todavía en Madrid. Me explica que ha tenido que tomar un tren de Burgos a Valladolid y, desde allí, el Alvia que baja hasta Alicante. Además me cuenta que coincidió en el albergue municipal de Burgos con la polaca cabezota y que pasó una noche de perros. Precisemos. No por culpa de la bicigrina sino por el follón del botellón que montan los estudiantes burgaleses cerca de la catedral. Joer. Harán botellón diario en esa ciudad !!! Por que a mi colega le pilló un miércoles pero es que a mí el año pasado me sorprendió un jueves, y aún recuerdo el concierto de gritos y botellas rotas hasta altas horas de la madrugada.
En las rectas entre Boadilla y Carrión de los Condes el sillín de gel me abandona y empiezo a tener molestias en las “posaderas”. A partir de ese día iba a ser lo habitual. Yo lo llamaba el “muro” del kilómetro 50.
Así que además del calor ahora tocaba dolor de culo. Y por si fuera poco, en la interminable recta desde Carrión hasta Calzadilla de la Cueza, el viento pega de costado.
Menos mal que Isidoro, el jubilado vitoriano, me iba dando ánimos porque esos kilómetros se me hicieron muy pero que muy largos. A causa del viento había que pedalear más fuerte pero al mismo tiempo el dolor “traseril” me impedía hacer fuerza.
Afortunadamente los otros dos compañeros (el guipuzcoano y la malagueña) nos llamaron para avisarnos que nos habían reservado plaza en el albergue de Lédigos. Mejor así, por que a Sahagún no llegaba…….
Como esa tarde no estaba para fotos, aquí dejo una del año pasado de la recta “come-cocos”. Como me decía Isidoro, en esa recta, prácticamente sin sombra, no es extraño que más de un peregrino con dudas acabe “convirtiéndose”.
Lédigos es un pequeño pueblo donde el albergue-bar-tienda es la única alternativa. Es sencillo pero acogedor. Y tiene un jardín con una pequeña piscina. Las bicis se quedan en el patio interior, relativamente seguras. Ah! Y los aseos tienen trono. La única pega es que me vuelve a tocar la litera de arriba……..Si nos quieres caldo, dos tazas.
Buena cena y agradable sobremesa en el patio con gin-tonic incluído. Que no sea todo sufrir.
Enné- Cantidad de envíos : 2989
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Tus aficiones: Los bolsos....tengo una "pijá" bolsos del copón...me gusta hacer bici con bolso...en uno de ellos llevo una llave inglesa del 15...
¡Muy buenas crónicas, Apne!
estoy disfrutando mucho con ellas.
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kundepoko- Cantidad de envíos : 3653
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Genial cronica, solo te ha faltado una cosa: una foto en el albergue con los gintonics
giraldilla- Cantidad de envíos : 3384
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Tus aficiones: Ehtudiá
Enhorabuena lisensiado. Me encanta tu forma de narrar las crónicas.
Se me han hecho cortas las 5 pags.Espero las próximas ansiosamente
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La recta esa de Carrion a Calzadilla ahora es gloria y cuando pase yo tambien, la put.ada es para todos los que se la han comido llena de pedruscos, eso debia ser buenisimo para el culo.
erromes xabier- Cantidad de envíos : 5783
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Tosta escribió:La recta esa de Carrion a Calzadilla ahora es gloria y cuando pase yo tambien, la put.ada es para todos los que se la han comido llena de pedruscos, eso debia ser buenisimo para el culo.
Exacto tosta,eso si que era sufrir,yo lo sufri en dos ocasiones,se hacia duro de cohones pedalear por alli,y con dolor de culo ni te cuento,este año lo eche en falta,pense que me confundi de camino,como no lo encontré,y resulta que lo han arreglado,mejor asi.
Que bien cuentas la excursión,algun dia habria que hablar de como se las ingenia la peña para descargar por las mañanas,aveces es toda una odisea.
Cris_- Cantidad de envíos : 1988
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Localización : Se nota que los de Orereta, Pucelalandia, el Miaresme, el Campello y Zanta Pola no conocen mi pueblo
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erromes xabier escribió:
Que bien cuentas la excursión,algun dia habria que hablar de como se las ingenia la peña para descargar por las mañanas,aveces es toda una odisea.
ni se os ocurra!!!
Ahorradnos los detalles por favor y que cada uno se las arregle como buenamente pueda
apne- Cantidad de envíos : 498
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Buenas de nuevo. Disculpad la ausencia de estos días pero el trabajo me tiene bastante liado. Os dejo la crónica de la siguiente etapa y gracias por los comentarios. Y yo que pensaba que este hilo iba a ser un gran inductor del sueño..................
apne- Cantidad de envíos : 498
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16 DE SEPTIEMBRE (LÉDIGOS-LEÓN)
Esta mañana me levanto con los labios en posición de cantar el “Only you”. Estaba bonito de ver… Mea culpa por no proteger los morros de las inclemencias del sol.
En el albergue se anunciaba que servían desayunos a partir de las seis y media pero ese día se le debieron de pegar las sábanas al hospitalero por lo que a las siete y media, todavía de noche, empezamos la jornada. Joer. Castigado sin desayunar hasta Sahagún, aunque la espera mereció la pena. Me puse las botas en una pastelería cuya terraza tiene forma triangular. Creo que es la misma que se ve parcialmente en una de las fotos de la quedada bicigrina.
Aprovechamos también para darle un manguerazo a las bicis y, a partir de ahí, nos convertimos en un cuarteto a dos velocidades. El guipuzcoano y la malagueña por delante, e Isidoro y servidor por detrás. Bueno. A veces a tres velocidades, ya que tengo tendencia a distraerme.
[img]
Por lo demás etapa totalmente llana. Ya se me había olvidado que se pudiera rodar a 25 kilómetros por hora. Paradas para repostar en el Burgo Ranero y Mansilla de las Mulas y tras la subida al Alto del Portillo y cruzar por la pasarela peatonal la nacional, llegada a León sobre las dos y media.
Aquí teníamos dudas de dónde alojarnos. El municipal está muy lejos del centro aunque tiene horario “after hours” o bien el de las Carbajalas, que está en pleno centro pero con horario cuartelero, digo monacal (hay que estar dentro a las nueve y media). Finalmente optamos por el de las monjitas, que tampoco es cuestión de desmadrarse.
Tras esperar turno para registrarse en el albergue el voluntario nos acompaña hasta la habitación (con capacidad para ciento y la madre….. no superiora ) advirtiéndonos que sólo pongamos en la litera el saco. “Es para evitar las chinches, que de momento las estamos conteniendo”. Glubsss!!!!!!!!!!!!!!!
Otra curiosidad es que aquí no está mezclado el “ganao”. Habitaciones separadas para hombre y mujeres. Me parece coherente. Ya sólo faltaba que un convento se convirtiera en Sodoma y Gomorra, ja,ja,ja.
Menos mal que hoy he llegado pronto, por que entre la ducha y lavar la ropa al final comemos a las cuatro y media en una terraza de la Calle Ancha. Después a hacer un poco el guiri por el centro, y como mis “morritos” no dejan de cantar, me voy a una farmacia a ver qué me puedo poner. La conversación es graciosa:
- Buenas tardes. ¿Qué puedo ponerme para los labios?
El farmaceútico se pone las gafas y cuando levanta la vista pone cara de susto al ver los labios adornados con tres o cuatro erupciones y exclama:
- Uff. Tienes una deshidratación brutal (sic). Lo primero que tienes que hacer es no exponerte al sol.
- Pues mal empezamos por que soy peregrino.
- Bueno, pues ponte esta crema reparadora y procura mantener los labios siempre untados.
Esto debe de ser algún tipo de castigo. Yo riéndome de los metrosexuales y ahora no gano para cremitas (protector solar, para el culo y ahora para los labios). Ya sólo me falta una mascarilla facial para la noche!!!!
Acudimos al acto de recepción a los peregrinos que se celebra en la capilla del convento a las nueve y media. Es un acto bonito y dura poco más de media hora. Y bueno. Que toda ayuda es poca y si es divina, pues mejor.
Sobre las diez y media luces apagadas. En la sala hace muchísimo calor así que me quedo un rato en la escalera exterior junto a Ismael, el guipuzcoano, tomando el fresco.
Aquí nos sucede una anécdota graciosa y, hasta cierto punto, rejuvenecedora. Mientras charlamos en voz baja nos estábamos fumando un cigarrillo. De repente pasa por debajo una monja e instintivamente escondemos el pitillo (a última hora habíamos leído que estaba prohíbido fumar en el interior del recinto, incluído el patio).
Poniendo cara de buenos la saludamos: “Buenas noches hermana”. La monjita nos contesta con un “qué, ¿tomando un poco el fresco? Sí que hace calor esta noche….” Por un momento pensaba que estaba en el instituto. Con cuarenta abriles y escondiendo el “sigarrito”, ja,ja,ja.
Esta mañana me levanto con los labios en posición de cantar el “Only you”. Estaba bonito de ver… Mea culpa por no proteger los morros de las inclemencias del sol.
En el albergue se anunciaba que servían desayunos a partir de las seis y media pero ese día se le debieron de pegar las sábanas al hospitalero por lo que a las siete y media, todavía de noche, empezamos la jornada. Joer. Castigado sin desayunar hasta Sahagún, aunque la espera mereció la pena. Me puse las botas en una pastelería cuya terraza tiene forma triangular. Creo que es la misma que se ve parcialmente en una de las fotos de la quedada bicigrina.
Aprovechamos también para darle un manguerazo a las bicis y, a partir de ahí, nos convertimos en un cuarteto a dos velocidades. El guipuzcoano y la malagueña por delante, e Isidoro y servidor por detrás. Bueno. A veces a tres velocidades, ya que tengo tendencia a distraerme.
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Por lo demás etapa totalmente llana. Ya se me había olvidado que se pudiera rodar a 25 kilómetros por hora. Paradas para repostar en el Burgo Ranero y Mansilla de las Mulas y tras la subida al Alto del Portillo y cruzar por la pasarela peatonal la nacional, llegada a León sobre las dos y media.
Aquí teníamos dudas de dónde alojarnos. El municipal está muy lejos del centro aunque tiene horario “after hours” o bien el de las Carbajalas, que está en pleno centro pero con horario cuartelero, digo monacal (hay que estar dentro a las nueve y media). Finalmente optamos por el de las monjitas, que tampoco es cuestión de desmadrarse.
Tras esperar turno para registrarse en el albergue el voluntario nos acompaña hasta la habitación (con capacidad para ciento y la madre….. no superiora ) advirtiéndonos que sólo pongamos en la litera el saco. “Es para evitar las chinches, que de momento las estamos conteniendo”. Glubsss!!!!!!!!!!!!!!!
Otra curiosidad es que aquí no está mezclado el “ganao”. Habitaciones separadas para hombre y mujeres. Me parece coherente. Ya sólo faltaba que un convento se convirtiera en Sodoma y Gomorra, ja,ja,ja.
Menos mal que hoy he llegado pronto, por que entre la ducha y lavar la ropa al final comemos a las cuatro y media en una terraza de la Calle Ancha. Después a hacer un poco el guiri por el centro, y como mis “morritos” no dejan de cantar, me voy a una farmacia a ver qué me puedo poner. La conversación es graciosa:
- Buenas tardes. ¿Qué puedo ponerme para los labios?
El farmaceútico se pone las gafas y cuando levanta la vista pone cara de susto al ver los labios adornados con tres o cuatro erupciones y exclama:
- Uff. Tienes una deshidratación brutal (sic). Lo primero que tienes que hacer es no exponerte al sol.
- Pues mal empezamos por que soy peregrino.
- Bueno, pues ponte esta crema reparadora y procura mantener los labios siempre untados.
Esto debe de ser algún tipo de castigo. Yo riéndome de los metrosexuales y ahora no gano para cremitas (protector solar, para el culo y ahora para los labios). Ya sólo me falta una mascarilla facial para la noche!!!!
Acudimos al acto de recepción a los peregrinos que se celebra en la capilla del convento a las nueve y media. Es un acto bonito y dura poco más de media hora. Y bueno. Que toda ayuda es poca y si es divina, pues mejor.
Sobre las diez y media luces apagadas. En la sala hace muchísimo calor así que me quedo un rato en la escalera exterior junto a Ismael, el guipuzcoano, tomando el fresco.
Aquí nos sucede una anécdota graciosa y, hasta cierto punto, rejuvenecedora. Mientras charlamos en voz baja nos estábamos fumando un cigarrillo. De repente pasa por debajo una monja e instintivamente escondemos el pitillo (a última hora habíamos leído que estaba prohíbido fumar en el interior del recinto, incluído el patio).
Poniendo cara de buenos la saludamos: “Buenas noches hermana”. La monjita nos contesta con un “qué, ¿tomando un poco el fresco? Sí que hace calor esta noche….” Por un momento pensaba que estaba en el instituto. Con cuarenta abriles y escondiendo el “sigarrito”, ja,ja,ja.
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apne escribió:Buenas de nuevo. Disculpad la ausencia de estos días pero el trabajo me tiene bastante liado. Os dejo la crónica de la siguiente etapa y gracias por los comentarios. Y yo que pensaba que este hilo iba a ser un gran inductor del sueño..................
Es interesante leer las peripecias del personal. Ademas somos unos cotillas irreductibles.
Pues ya estas en Leon.
apne- Cantidad de envíos : 498
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Fecha de inscripción : 02/08/2010
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Tosta escribió:apne escribió:Buenas de nuevo. Disculpad la ausencia de estos días pero el trabajo me tiene bastante liado. Os dejo la crónica de la siguiente etapa y gracias por los comentarios. Y yo que pensaba que este hilo iba a ser un gran inductor del sueño..................
Es interesante leer las peripecias del personal. Ademas somos unos cotillas irreductibles.
Pues ya estas en Leon.
Ja,ja,ja. Bueno. La crónica de la próxima etapa tendrá más "afotos". Me sumo a lo del cotilleo. Esto a veces parece el Sálvame.............
Por cierto ¿esta semana no eran las fiestas de El Campello? Buenas noches.
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Han terminado hoy las fiestas, ya puedo volver a casa, jajajajajaja.
kundepoko- Cantidad de envíos : 3653
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Por un momento pense que la monja os iba a pedir una caladita Que bruto soy a veces
erromes xabier- Cantidad de envíos : 5783
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Tus aficiones: Viajar en bicicleta,comer y beber jeje
Vaya morritos que te han quedaoooo
Yo tambien tenia cremitas para el culo,para el sol,para dolores musculares,para los labios,lo bueno es que todas cumplieron con eficacia su función.
Yo tambien tenia cremitas para el culo,para el sol,para dolores musculares,para los labios,lo bueno es que todas cumplieron con eficacia su función.
Cris_- Cantidad de envíos : 1988
Edad : 51
Localización : Se nota que los de Orereta, Pucelalandia, el Miaresme, el Campello y Zanta Pola no conocen mi pueblo
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Mientras no os equivoquéis de cremitas ....
erromes xabier- Cantidad de envíos : 5783
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Hola Cris,kaixo!!
Cris_- Cantidad de envíos : 1988
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Localización : Se nota que los de Orereta, Pucelalandia, el Miaresme, el Campello y Zanta Pola no conocen mi pueblo
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Apa Xabiiiii!!!
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