14ª Etapa (19/10/11) - LAXE -SANTIAGO DE COMPOSTELA (50 km.)
Ultimo dia y ultima ocasion en que me sono la alarma del despertador en mi Camino. Ese dia al estar acompañado en la habitacion del albergue solo por los bicigrinos de Salamanca que conoci ayer, no hubo concierto de cremalleras ni musica de bolsas de plastico. Muy por el contrario mas bien fui yo el que los desperto a ellos. Una vez mas y por vez ultima, me tocaba ponerme en marcha con un destino especial ese dia. Ni mas ni menos que Santiago de Compostela. En el albergue habia maquinas expendedoras de cafe y de bolleria asi es que satisfacer mi apetito matinal fue tarea sencilla y rapida. Tras desayunar y mientras me fumaba un cigarrillo me despedi de ellos pues su intencion era hacer el camino hacia Santiago por carretera . Ese dia querian llegar a Negreira camino de su destino final Finisterre. Asi es que tras la despedida, me puse en ruta . El camino desde Laxe corre una vez mas paralelo a la nacional entre zonas urbanizadas con el tradicional "parriba pabajo". Camino de Santiago, decidi buscar un sitio donde sellar. Aun tratandose de una travesia mas larga, mi credencial estaba mucho menos llena de sellos que cuando hice el frances. Debido a las pocas poblaciones que hay en algunas etapas muchos dias solo habia podido acuñar el sello de llegada al albergue cuando llegaba por la tarde. Asi pues, decidi parar a sellar en Silleda y recupere la nacional. Me fui hacia el ayuntamiento y me dispuse a buscar quien me sellara. Uno de los bedeles se ofrecio amablemente a hacerlo pero cuando me saque la riñonera y mire en el bolsillo donde guardaba la credencial, un sudorcillo frio me corrio por la espalda.....NO ESTABA!!!... no salia de mi asombro pues aunque soy terriblemente olvidadizo, con eso habia sido muy cuidadoso desde que sali de Sevilla y jamas sacaba de alli la credencial si no para sellarla asi es que no podia entender donde podia estar. Repasando mentalmente las posibilidades, me di cuenta que lo unico que podia explicar la desaparicion era que las hubiera dejado olvidadas en la mesa de la entrada del albergue de Laxe al sellar el dia anterior. Averigue el telefono del albergue y pude hablar con la hospitalera. Ella no estaba en el albergue pero muy amablemente y entendiendo mi nivel de deseperacion me dijo que iria a echar un vistazo. Quede en que la llamaria al cabo de media hora y colgue. Esos 30 minutos se me hicieron eternos y no podia hacerme a la idea de haber extraviado ya no mi propia credencial sino una segunda con el nombre de mi hija que llevaba y habia ido sellandola durante todo el recorrido. Queria regalarsela a mi vuelta. Pasados esos 30 minutos llame a la hospitalera y cuando me tranquilizo diciendo que tenia las credenciales en las manos no pude por menos que deshacerme en agradecimientos. Aun mas cuando muy amablemente se ofrecio a acercarmelas a Silleda para no hacerme volver en bici por ellas. Al poco, llegaba en su coche con una sonrisa en la cara y me daba mis credenciales. Otro buen ejemplo de hospitalero que lleva mucho mas alla de lo que debe sus obligaciones. Tras despedirme y agradecerle su magnifico gesto me puse de nuevo en marcha. El incidente me habia costado entre pitos y flautas mas de una hora asi es que consciente de que la llegada a Santiago no era sencilla decidi seguir por carretera los 20 km que me faltaban hasta Puente Ulla. Mis sospechas acerca de lo que me esperaba hasta Santiago desde Puente Ulla se iban viendo confirmadas viendo la bajada que hay hasta el citado pueblo. Si hay una ecuacion que SIEMPRE se cumple y aun con mayor rigor en Galicia es que si se baja, se termina subiendo. Puente Ulla como su propio nombre indica es un pueblo en el cauce del rio Ulla. Y de todos es sabido que los rios corren por la parte baja de las estrbaciones montañosas. El caso es que llegue y aproveche para comer un poco antes de volver a ponerme en marcha. Cuando sali del bar y me enfunde el casco y los guantes lo hice consciente que ese ritual lo estaba haciendo por ultima vez antes de llegar. Una vez mas me puse muy contento pero casi involuntariamente sin tener ganas de llegar. Se acababa todo lo bueno/malo que uno disfruta/sufre cuando hace una travesia jacobea. A la salida del pueblo como suponia, empieza la primera de muchas subidas que te sacan de la vaguada por donde corre el rio y que te hace ascender durante mas de 7 kilometros entre urbanzaciones y pequeñas aldeas entre caminos.
Es otra etapa de constantes y serpeteantes subes y bajas con constantes cambios de direccion en donde avanzar se hace lentisimo...a veces desesperadamente lento cuando uno esta tan pendiente de la llegada. A medida que me acercaba a Santiago iba atento de cuando iba a ser el momento en donde por primera vez iba a apreciar las torres del Obradoiro. En mi camino frances sabia que la referencia para eso estaba clara y es como de todos es sabido desde el monumento al peregrino en el Monte de Gozo, pero aqui no lo tenia nada claro. Poco a poco me fui acercando a los arrabales de Santiago cuando desde una esquina y sin esperarlo...ZAS!!...aparece una silueta conocida y no era preciamente la de la catedral. Se trataba de Angel ( ANJO en el forobicigrino). Sabia que llegaba ese dia y habia venido acompañado de su bici en tren desde Pontevedra para venirme a recibir. Una vez mas me senti muy honrado y agradecido por que alguien se hubiera tomado esa molestia por mi. Nos saludamos efusivamente y arrancamos hacia Santiago juntos y casi cuando ya ni me acordaba de lo que andaba yo escrutando con avidez momentos antes de aparecer Angel, por sorpresa reconoci un lugar en donde habia visto las fotos de algunos compañeros y desde el cual se ven por primera vez las torres de la catedral. Senti una gran emocion al verlo. Angel me hizo la obligada instantanea y seguimos camino.
Pero estaba claro que el trazado de la Via de la Plata estaba empeñado en darme lecciones de como se las gastaba hasta el final y de hacerme pagar el peaje de disfrutarlo. Quienes habeis hecho el camino frances sabeis que una vez alcanzado el Monte de Gozo, se acaba el "padecimiento". Es decir, que solo te resta una agradable bajada y un poco de callejeo plano hasta llegar al Obradoiro. LLegando desde la Via de la Plata no es asi yaun habiendo llegado a Santiago de Compostela, sigues y sigues subiendo, en esta ocasion por calles empedradas hasta que alcanzas el nivel de la plaza de la catedral. Yo tenia un capricho y era dar un rodeo para desembocar en la plaza Cervantes para desde alli bajar hasta el portico por donde entre en mi anterior camino. Era un capricho pero me hacia mucha ilusion llegar del mismo modo que lo hice la otra vez. Muchas veces habia pensado que sentiria al llegar alli cuando ya lo habia hecho antes. Me preguntaba si seria igual de emocionante o si por el contrario ya seria una sensacion familiar y con menos carga de magia. Pues bien, solo puedo decir que hasta las calles hasta el portico me parecieron diferentes. Es mas, por un capricho del destino, en lugar de estar el tipico gaitero que encontre la primera vez, habia un musico tocando acordes de musica celtica pero con una guitarra. Angel tuvo el buen criterio de dejarme esos instantes para mi y como si fuera a hacer una entrada triunfal en un elegante salon, me arregle un poco y baje las escaleras hacia la plaza. De nuevo entre cabizbajo y sin levantar la vista para no ver nada mas que el suelo de la plaza hasta que llegue a la concha que señala el kilometro 0. Apoye la bici en el suelo y me gire para ver la catedral
Narrar lo que viene a continuacion es muy complicado. Hablar de subidas, de bajadas, de tipos de firme, de si hace frio o calor, es labor simple y puede hacerse desde datos tangibles. Sin embargo hablar de sensaciones es complicado. Lo que yo senti a algunos les sera familiar y a muchos les parecera recargado y cursi . Lo que puedo decir es que muchas cosas me vinieron a la cabeza , cosas que me habian pasado en mi pasado inmediato, cosas que habia sentido esos mismos dias, momentos de felicidad, de soledad y hasta de tristeza. Como en una lenta reaccion quimica, se me empezo a hacer un nudo en la garganta y empezaron a surgir lagrimas de mis ojos. De alegria y porque no...de tristeza por haber llegado. Finalmente me eche en el suelo apoyado en la biciy estuve un rato contemplando la catedral. Saboree esos momentos y me di tiempo para pensar. El haber viajado solo en esa ocasion me dio tiempo a estar conmigo mismo y mis pensamientos todo el rato que quise sin estar pendiente de nada ni de nadie.
En ese momento cai en la cuenta de que llevaba mucho alli sin haber pensado en ningun momento en que ya habia estado en el pasado....es decir que ya tenia respuesta a mi pregunta acerca de que sentiria al llegar. Al menos en mi caso esa segunda vez fue familiar justo hasta el momento de llegar a la plaza. Lo que me asalto al ver la fachada y saberme alli por fin fue "nuevo".....ni mejor ni peor...fue otra sensacion basada en el sentir emocional que tenia 2 años despues de la primera vez.
Al final tome consciencia de que el pobre Angel estaba alli aguantando mi autismo y mi silencio y me levante. Nos drigimos a cumplir con el tramite de acreditar la credencial para que me dieran la Compostela y al salir quise agradecer a Angel su escolta invitandole a una cerveza mientras charlabamos. Al rato nos fuimos al Hostal "la Salle" donde me dieron una habitacion, subi y me duche, coji lo preciso para ese dia y el siguiente y meti todo el resto de las cosas en las alforjas. Baje a recepcion para dejar la bici, el remolque y las alforjas listos para su repatriacion y acompañe a Angel hasta el centro pues debia de dirigirse hacia la estacion del tren para volver a Pontevedra. Me supo fatal no cenar con el, pero era el ultimo tren que tenia y no podia perderlo. Nos abrazamos y nos despedimos. Grandisimo tipo el amigo Angel....queda pendiente la cena amigo
Cuando se fue y me volvi a quedar solo, mire a mi alrededor y vi que no estaba en Grimaldo, ni en Merida, ni en Almaden.....estaba en Santiago. Habia llegado finalmente...suspire y pasee hacia el centro con las manos en los bolsillos caminando lentamente mirando a la gente, a peregrinos recien llegados, a grupos de turistas y siguiendo el consejo de Tomas, me dirigi a cenar algo a un restaurante de curioso nombre "los sobrinos del padre"....jajjaja. Es un lugar que no invita especialmente a entrar pero en donde cene la mar de bien. Me ventile un plato de berberechos frescos a la plancha de generosas dimensiones y de segundo algo de colesterol. Unos callos a la gallega que no se los saltaba un gitano. Y para que todo fuera para abajo lo ayude con un litro de albariño . Al salir, y justo enfrente hay un pub en donde me tome una copa mientras trasteaba por la red con mi tablet. Imagino que de haber estado acompañado hubiera conituado la juerga pero estando solo, poco a poco fui quedandome sin pilas asi es que me recoji y volvi al Hostal . Entre en la habitacion y se me hizo extraño saber que al dia siguiente no estaria mi bici esperandome para cubrir una nueva etapa. De nuevo me asaltaron ciertos sentimientos de tristeza sabedor que el telon de la obra de teatro que habia vivido en primera persona los ultimos 15 dias estaba tocando a su fin.
El viernes me levante por la mañana y fui a la misa del peregrino, pasee un rato mas antes de comer y tras las 4 compras de rigor, tome el autobus hacia Lavacolla. En ese momento me volvi a acordar de la ultima vez que hice ese camino y en ese momento si me senti igual que la otra vez....de todos modos en todo fin hay un principio...."volvere"... pense...."ahora solo me falta decidir por donde lo hare".....