Camino del Cid

Salgo al camino sobre las 0705h. Desayuno en la habitación algo de lo que compré ayer. Como me advirtieron que a estas horas no encontraría nada abierto compré algo para desayunar. El tiempo es fresco, llevo manga larga. El sol está saliendo sobre las montañas, el cielo está despejado, será otro día caluroso.
En este punto haré otra consideración respecto de esta ruta del Cid. Recomiendo que en aquellos trayectos largos entre una población y la siguiente, se haga acopio de agua y alimentos para llevar, sobre todo en verano, y solo los imprescindibles, que el peso se notará. En el trayecto de Caudiel a Montanejos, 26,9 km., por ejemplo, es muy conveniente, necesitaremos alimentarnos e hidratarnos más de una vez, porque este tramo es muy exigente y desgasta. Agua podremos coger en Mas de la Noguera, pero comida no.  
Hasta Caudiel sigo por la Vía Verde en constante y suave ascenso. En este pueblo la dejo y tomo dirección Montán por camino. Hasta Montanejos todo es camino o pista forestal, salvo unos tres kilómetros de vereda en muy mal estado, en el que tengo que ir empujando la bici porque no es posible ir pedaleando. Es un tramo bastante duro por las subidas largas y empinadas. El paisaje es de montaña, me he pasado toda la mañana por la sierra del maestrazgo, la parte mediterránea del sistema ibérico. La altitud a la que se llega en esta etapa, sobre todo antes de Montán, me permite unas vistas espectaculares. Se sufre pero merece la pena. Una gozada en cuanto a paisajes y soledad, pero ha sido duro, sobre todo de Caudiel a Montanejos. Consigo el sello de este pueblo en un balneario, como se hace de rogar la corneja.
De aquí a Rubielos la ruta es por carretera, pero el perfil sigue siendo de constantes subidas y muy pocas bajadas, esta etapa tiene mucho asfalto, pero las carreteras son secundarias y no hay tráfico, sigo la variante recomendada para ciclistas. Voy solo, como si fuera por un camino, con la diferencia que por asfalto paso mucho más calor. Solo se me ocurren dos palabras, duro y caluroso, debo haber bebido como cuatro litros de líquido, entre isostar y agua, y sin contar la cerveza. Pero agradecido por el paisaje.
En Fuentes de Rubielos tengo que pararme y guarecerme dentro del bar de las piscinas. Empieza a llover con cierta intensidad. En la media hora que estoy en el bar esperando que descargue la tormenta me bebo medio litro de cerveza y un litro de agua. Los pocos kilómetros que restan ya hasta Rubielos los hago más fresco porque la tormenta ha hecho bajar un poco el termómetro.  
Sobre las 1745h llego a Rubielos, cansado, con ganas de bajarme de la bici, darme una ducha y sentarme en una terraza a contemplar el paisaje y tomarme una cerveza bien fría.
Me alojo en el hotel Rubielos, a la salida del pueblo, junto a una gasolinera de repsol. Cuando le digo al recepcionista que estoy haciendo la ruta del Cid y le enseño la credencial me dice que tengo un 10% de descuento en el precio de la habitación. No me lo recordarán en ningún otro sitio de la ruta, ni me aplicarán el descuento que se anuncia en la página web, aunque en cada alojamiento lo digo. La bici queda en un cuarto cerrado con llave.
Después de instalarme y comprar algo comida y bebida para mañana doy un paseo por el pueblo y hago algunas fotos. El casco antiguo está rehabilitado y es agradable pasear por él. Luego me siento en una terraza con una cerveza bien fría, continuo tomando notas sobre la etapa de hoy, no quiero que se me olvide nada para cuando haga la crónica. Después la cena en el restaurante Victoria, ensalada, patatas fritas, lomo, huevos fritos con chorizo y arroz con leche.
Ya con el depósito lleno, un paseo y a la cama. Llueve débilmente. A ver si mañana calienta un poco menos el sol.

Salgo al camino sobre las 0710h. desayuno en la habitación porque a estas horas el hotel y el pueblo siguen durmiendo. El tiempo es fresco, será la tónica general de la ruta, por la mañana tiempo fresco hasta que levanta el sol y empieza a calentar. Hoy será un día caluroso. La etapa es en su mayor parte por pista de tierra y caminos en buen estado. Después de Puebla de Valverde volveré a coger la Vía Verde Ojos Negros por la que rodaré hasta unos nueve kilómetros antes de Teruel, donde la ruta sale de la Vía Verde pero continua por camino forestal en buen estado. En esta etapa pisaré poco el asfalto.
El paisaje es distinto al de ayer. Se van alternando los montes de pinares y monte bajo con el terreno llano y seco dedicado al cultivo de cereal. Pero continúan las subidas largas y pronunciadas y a veces, alguna bajada para descansar las piernas y el trasero, que ya empieza a quejarse.
A Mora llego pronto, sobre las 0805h, todo está cerrado todavía. Me doy una vuelta por el pueblo, hago alguna foto y continúo la etapa.
En Valbona consigo sellar la credencial después de registrar prácticamente el Ayuntamiento y gritar varias veces “¿Hay alguien?”, que me escuchaban desde la calle. Al final, encontré un despacho con un empleado que me puso el sello.
A Puebla de Valverde llego sobre las 1200h, voy a la oficina de turismo, una nota dice “estoy al lado, en el Ayuntamiento”. Voy al Ayuntamiento y no hay nadie, aquí ni gritando aparecen. Esa ha sido la tónica de la mayor parte de la ruta. He podido sellar pocas veces, la mayoría de sellos son del alojamiento del final de etapa. Después de reponer líquidos en los depósitos sigo ruta.
Llego a Teruel sobre las 1500h, con un sol que quema. Desde el primer día me pongo protector solar factor 50, por la mañana y sobre el medio día otra vez, pero creo que no podré evitar quemarme, este sol no respeta nada. Como siga calentando así me quemaré.
Me encuentro bien y podría seguir ruta unas horas más, pero me apetece terminar la etapa aquí. Voy bien de tiempo y de kilómetros.
Son fiestas en Teruel,  eso me complica encontrar alojamiento, pero al final consigo una habitación en el hotel Plaza Boulevard, está bien, es céntrico, me guardan la bici y tiene aire acondicionado.
Después de instalarme duermo un poco de siesta. Por la tarde salgo a visitar la ciudad y la iglesia donde se guardan los restos mortales de los dos famosos amantes de Teruel, Isabel y Juan. Anochece tarde así que tengo mucho tiempo para callejear.
La cena en el paseo del Óvalo, en la terraza del Bar Gregory. Menos mal que estaba bajo una sombrilla, menuda tormenta ha descargado. He esperado todo lo que he podido, pero como no dejaba de llover he tenido que mojarme para llegar al hotel.  Vaya contraste, por la mañana casi me achicharro por el calor, y por la tarde me empapo de lluvia. Bueno ya estoy recuperado y listo para la etapa de mañana, solo falta un buen sueño, sigue lloviendo.

Salgo al camino sobre las 0735h, he desayunado en el hotel. El tiempo es fresco y está nublado. La noche pasada ha llovido, el campo está mojado, el camino embarrado y con charcos. En un tramo de terreno arcilloso la bici se llena de barro pegajoso, quito con ramas lo que puedo, pero no todo. Así iré hasta Cella, que podré lavar la bici en una gasolinera. Hasta Cella cojo el último tramo de la Vía Verde Ojos Negros, el tramo es plano.
Una vez lavada la bici, las alforjas y quitado  todo el barro pegado continuo la ruta. En la salida del pueblo la guía ofrece una alternativa para bicis, pero en la web no pude encontrar el track de esta variante. Eso me obliga a tomar una ruta impracticable para la bici. Camino campo a través y por el cauce seco de un rio unos cuatro kilómetros, hasta tomar un camino ciclable. No obstante, hasta Gea de Albarracín, el camino tiene tramos bastante malos para hacerlos con la bici.
A unos kilómetros después de Gea tomo la variante recomendada para bicicletas, es mucho más larga, pero es la ruta recomendada y no quiero tener que empujar la bici durante kilómetros como me pasó en Cella. Es un tramo largo y duro porque es todo subida. Pero es muy bonito por los paisajes. Luego, cuando se toma la carretera hacia Albarracín, hay una bajada de varios kilómetros por asfalto para descansar.
Llego a Albarracín sobre las 1330h bajo un calor intenso, el sol quema pero en la sombra se está fresco. Aquí me paro un rato para hidratarme y resguardarme un poco del sol, pero no mucho. A las 1415h ya he subido hasta la cima de la montaña de Albarracín. Empujando la bici claro, porque con la pendiente, las piedras sueltas y lo roto que está el camino es imposible pedalear en ese tramo de subida.
Después de dos horas, estoy tan deshidratado que tengo que ir a Torres de Albarracín para comer algo e hidratarme otra vez. En Albarracín bebo un  litro de agua y me llevo otro en los depósitos. Y tras dos horas de pedaleo al sol no me queda agua y necesito hidratarme. Una hora después, ya hidratado y alimentado, continúo la ruta hasta Bronchales. Los primeros ocho kilómetros de este tramo de quince son de subida constante, y en algunos tramos tengo que bajarme y empujar la bici, se nota el cansancio.
Llego a Bronchales después de las 1900h. bastante cansado por el calor, la dureza de la etapa y su longitud. Quizás debía haberme quedado en Torres de Albarracín y tomarme la etapa con más calma, tomo nota para los próximos días.
Me alojo en el hostal Isabel, en el precio incluye alojamiento cena y desayuno, como en los demás me guardan la bici.
Después de instalarme doy un paseo por el pueblo, uno corto, compro algo de comida para mañana y me siento en una terraza a tomarme una cerveza bien fría. Hoy me he cansado.
Regreso al hostal para la cena, no es abundante, menos mal que he tomado algunos pinchos con la cerveza. Tras la cena no hay paseo, a la cama directamente, hay que reponer fuerzas para mañana.

Salgo al camino a las 0740h, la mañana fresca como siempre, aunque pronto empezará a notarse el calor, que también será protagonista en esta etapa. He dormido bien, pero durante el sueño y al levantarme he notado el cansancio de ayer. La musculatura ya no se queja, solo en trasero a veces. A lo largo del día todo irá poniéndose en su sitio.
En la etapa de hoy hay algunos tramos de asfalto, que se van alternando con otros de camino. El perfil es como un constante tobogán, salvo el tramo de Bronchales a Orihuela y de Pinilla de Molina a Tierzo que es casi todo camino y bajada. El paisaje también se va alternando, zonas arboladas y monte bajo con campos de cultivo de cereal y girasol.
Entre Terzaga y Salinas de Armallá, en un tramo de carretera, me encuentro con el primer bicigrino de la ruta. Pero claro, él va en sentido contrario, bueno en realidad el que va en sentido contrario soy yo. Él está haciendo la ruta en el sentido correcto, de Vivar del Cid a Valencia. Coincidimos en casi todo, mucho calor, soledad, dureza a veces y unos paisajes hermosos.
También hoy pincho por primera vez. Es un pinchazo muy pequeño, de hecho no lo considero un pinchazo. Cuando noto la perdida de presión en la rueda trasera, a la altura de Ventosa, inflo la rueda y me mantiene la presión hasta Molina. Por eso no arreglo el pinchazo. Veremos cómo está mañana.
Bastante castigado por el efecto de un sol inclemente, sobre las 1600h llego a Molina de Aragón. Me voy a una terraza y mientras como un abundante bocata de lomo con dos jarras de cerveza me busco un alojamiento. También aquí es fiesta. Encuentro  una habitación en una casa rural, CR Asensio, con sitio para guardar la bici.
En la habitación de al lado hay alojado otro ciclista, pero no he coincidido y no sé nada de él.
Después de instalarme duermo un rato de siesta y sobre las siete salgo a dar una vuelta por el pueblo. En la casa no tienen sello y la oficina de información, como es fiesta, está cerrada. Aquí la corneja también es esquiva y no consigo el sello.
A las 2000h el sol sigue estando enfadado, cuando te expones a él todavía te quema. Doy una vuelta por el pueblo, la parte antigua no está muy bien conservada. El casco antiguo está recuperado sólo parcialmente. Hay algunas calles pavimentadas, y algunos edificios y fachas restaurados. La calle paralela de la parte baja es el Pso. de los Adarves, que coincide con la travesía de la CM-210. Es la zona comercial y de ocio de la localidad.
Después de callejear un poco y tomarme un par de cervezas con sus respectivas tapas, me voy a cenar a la Marisquería Rafa. Pero no ceno una mariscada, prefiero un cubo de ensalada muy variada y un buen filete con abundante guarnición, regado con un buen tinto, que en España hay muchos y muy buenos. El postre una tarta de queso casera con miel mermelada de arándanos.
Con la cena que he hecho sí que necesito un paseo antes de irme a dormir. Callejeo un poco demorando mi llegada a la casa rural. Pero a las doce ya estoy en la cama. Mañana más.

Molina de Aragón. Casa Rural Asensio, c/ Armería, 11. Tlf. 949830052. Habitación individual sin baño y sin aire acondicionado. El baño esta fuera pero justo en frente de la puerta de la habitación. 20€, se incluye el desayuno. La bici queda guardada en un cuarto bajo llave en el piso inferior.  Me entregan las llaves de la puerta de la calle, de la puerta de mi habitación y del cuarto donde queda guardad la bici. El desayuno me lo dejarán preparado en el comedor del piso superior, café, leche, infusiones  o colacao y tostadas o bollería diversa. La instalación consiste en una planta superior que es un apartamento rural que se alquila entero. La planta segunda, donde se encuentra la cocina y el comedor para las habitaciones del piso inferior. La plata primera, que es donde se encuentran las habitaciones y baño donde me alojo. Y una planta baja destinada a almacén, donde se guardan las bicis. El alojamiento está bien, teniendo en cuenta el precio, y que además incluye el desayuno, me parece el de mejor relación calidad/precio hasta el momento.
Cena en la Marisquería Rafa, c/ Rondalla Santa Cecilia, 5. Tlf. 949832171. En realidad no cene marisco. Tienen una carta bastante surtida. La cena consistió en una abundante ensalada, un filete de ternera a la brasa, de unos 300grs. con guarnición, pastel de queso de postre y vino tinto. 26€. Lo que me ahorré en el alojamiento me lo gasté en la cena.  

Día 7º, domingo 14 de julio de 2013. 6ª Etapa Molina de A.-Sigüenza, 85,7 km.

Salgo al camino a las 0805h. Al ir a recoger la bici la rueda trasera esta desinflada. Como dije ayer el pinchazo parece muy pequeño. Por eso, le doy presión al neumático e inicio la ruta. A la salida de Molina en dirección a Maranchón hay una gasolinera y mi intención es ponerle a la rueda trasera un spray anti-pinchazos, pero no tiene. Con el compresor le doy bastante presión y continúo. Pierde aire, pero muy poca.
La mañana es fresca como todas las anteriores, avanzando el día también el sol se dejará sentir y por la tarde, cuando ya estoy alojado, descargarán las nubes una buena tormenta.
El tramo Molina-Maranchón no pertenece a la ruta del Cid. La ruta, en Molina se desvía a la derecha hacia Monreal del Campo, dando una vuelta muy larga por Daroca, Alcocer, Ariza, Medinaceli y Maranchón. Yo, en lugar de hacer toda esa vuelta, tomo dirección Maranchón desde Molina, siguiendo la N-211 durante unos 37 kms. Tan temprano y en domingo voy yo solo por la carretera.
En este trayecto he tenido que dar presión a la rueda trasera en dos ocasiones. Pero no me apetece pararme y arreglar el pinchazo. Aunque me veré obligado a hacerlo más adelante.
Cuando llego a Maranchón retomo la ruta del Cid y tomo dirección Luzón. En este tramo hay un trayecto que ofrece una ruta alternativa para ciclistas. Llevaba ese tramo en el GPS pero ni me acordé de él y sigo adelante. Pagaré el despiste. Paso como unos cuatro kilómetros empujando la bici campo a través, con la sola orientación de mi GPS.  El suelo por el que voy está plagado de pinchos y una especie de planta parecida al tomillo pero muy seca y con unas ramas tan finas y duras que parecen alfileres. Cuando llego a Luzón llevo las dos ruedas pinchadas, aunque siguen perdiendo muy poco aire, y las piernas tan llenas de arañazos que parecen que me las haya azotado con un cilicio. A partir de ahora, estaré más atento, ya no me pasará más.
En Luzón me paro en el único bar del pueblo para hidratarme y descansar un poco. Esos últimos cuatro kilómetros me han dejado hecho polvo. Se me acercan unos parroquianos y conversamos un poco. Están interesados por el ciclista. Cuando les digo que estoy haciendo la ruta del Cid no saben ni de qué les hablo. Y cuando les digo que voy  hasta Santiago de Compostela en bicicleta todavía lo entienden menos, con los buenos coches y las buenas carreteras que hay.
Después de un rato de charla, le doy presión a los neumáticos y sigo la ruta, los paisanos me han dicho que en Alcolea del Pinar, a unos veinticinco kilómetros, hay una gasolinera, y que seguramente tendrán el spray anti-pinchazos que busco. Además el camino es bastante llano. Sigo ruta, hasta Alcolea sólo tendré que dar presión una vez.
Efectivamente, en Alcolea hay una gasolinera bastante surtida y compro el spray. Se lo pongo a la rueda trasera que recupera la presión al instante. Pero al desenroscar el spray de la válvula, que es de las delgadas y está dividida en dos partes roscadas entre sí, se desenrosca y empieza a salir a presión todo el spray introducido. Se me impregna toda la bici, alforjas y bambas del producto anti-pinchazos. Menudo follón luego, para quitar el producto, que es una especie de silicona líquida mezclada con gas. La bici parecía que estaba en una fiesta de la espuma.
Después de limpiar todo lo posible bicicleta, alforjas y bambas, reparo la válvula desenroscada, he podido encontrar la parte que salió disparada a presión. Y con un nuevo spray anti-pinchazos, vuelvo a introducirlo en la rueda trasera y delantera. Le doy presión a los neumáticos, como algo y continúo la ruta. Parece que ya con el problema de los pinchazos resuelto.
Pero no. Unos cinco kilómetros después, pedaleando por un tramo de asfalto, vuelvo a perder presión en el neumático trasero. Se hace necesario desmontar la rueda trasera y arreglarlo, y es lo que hago. A primera hora de la tarde y a pleno sol, desmonto la rueda trasera, quito la cámara para sustituirla por otra de repuesto, y cuando estoy dándole aire ya a la rueda, observo que la cámara retirada está prácticamente desecha y con las juntas despegadas. No sé si por el efecto del sol y los restos del spray o porque son de mala calidad. Está completamente irrecuperable.
Arreglado el pinchazo, la rueda delantera mantiene la presión, continuo la ruta sin más contratiempos. Los últimos kilómetros los hago por una pista forestal entre pinares. Llego a Sigüenza sobre las 1600h, con un calor sofocante, como cada día.
Me alojo en el hotel Doncel. Como en los días anteriores, después de instalarme y hacer la siesta salgo a conocer el pueblo, se celebra un mercado medieval en el casco antiguo. Y también, como en días anteriores llueve, aunque hoy la lluvia es especialmente intensa y no se limita solo a una tormenta. Menos mal que no me ha pillado en el camino.
La lluvia estropea el paseo y el mercado medieval. Muchos de los paradistas, viendo que no deja de llover, desmontan las paradas y se marchan. Yo callejeo por la zona antigua, compro algo para el desayuno y para comer durante el día de mañana y  termino en la plaza, en un bar improvisado que hacen carne a la brasa. Hoy la cena es a base de cerveza, panceta y chorizo a la brasa. Después un paseo hasta el hotel y a dormir y reponer fuerzas para mañana.
Sigüenza. Hotel Doncel, Pso. Alameda, 3. Tlf. 949390001.  38.50€ habitación doble de uso individual, sin cena ni desayuno. Amplia, confortable, con aire acondicionado y tv. baño amplio, muy bien decorada, con vistas a la alameda. Un buen hotel y una buena habitación, no esperaba menos por lo que me ha costado. La bici queda guardada dentro del hotel, en un salón desocupado contiguo a mi habitación. La recepción cierra por la noche, por la mañana cuando me vaya tampoco habrá nadie.