Aunque no es un tema estrictamente ciclista, he creido oportuno hacer aquí un rinconcito para dedicaros este escrito que de algún modo nos interesa; sobre todo para saber algo más de este milenario camino antes de afrontarlo. Siempre viene bien saber un poco más para, en nuestro viaje, apreciar mejor la trascendencia cultural que la Vía de la Plata encierra. Tambien es bueno saber distinguir qué es "Camino-Vía" o "Ruta" "de la Plata", pues ronda por ahí varios equívocos a la hora de hablar de la misma.
LA VÍA DE LA PLATA: NO ES SÓLO MÉRIDA-ASTORGA.
Una aproximación histórica
y globalizadora de este Patrimonio viario y recurso socioeconómico.
PREÁMBULO.
Le dedico
este escrito, con todo el respeto y cariño, a todos los que afirman que la Vía
de la Plata sólo es de Mérida a Astorga. Espero que una vez que lo leáis,
reflexionéis vuestro punto de vista. Este artículo está basado en evidencias
documentales hasta hora poco conocidas, y pretende reparar un concepto
territorial parcial que se tenía de este camino, debido al desconocimiento de
esas evidencias que más abajo os expongo.
Sin
inventarnos nada, ya que nuestra argumentación se fundamenta en pruebas materiales
y documentales, el primer objetivo es
que os acerquéis, con más amplitud de miras, a su realidad histórica. El
segundo objetivo es que comprendáis también las grandes posibilidades sociales
y económicas de este recurso viario. Y es que el Patrimonio Cultural y Natural
de su corredor geográfico, crisol de civilizaciones, es multicolor y una
envidiable oportunidad para nuestro progreso en el seguimiento de un desarrollo
espiritual y material “sostenible”, respetuoso con nuestro legado, y para el
hermanamiento y unión entre los pueblos.
A los que
estéis de acuerdo con este escrito os pediría le dierais la máxima difusión;
gracias. También sería oportuno
que este artículo sirva, en lo sucesivo, a los que se aventuren a escribir
sobre este fantástico camino milenario, y valga para corregir los textos que
tengáis en vuestras web y blogs.
INTRODUCCIÓN.
Son ya más
de veinte años los que unos pocos amigos llevamos dedicando nuestro tiempo al
estudio, recuperación, defensa y promoción de la Vía de la Plata. Años más tarde
fundamos, en 1991, las asociaciones de Amigos del Camino de Santiago-Vía de la Plata. Fruto de todo
ello fue la primera Guía de este camino (1º Edición: 1994; y última: 2001; de
las que soy coautor); y, a nivel personal, un librito de poesías y dibujos
sobre sus bellos rincones y monumentos (“Del Hombre u sus Ruinas. Un viaje
poético de mar a mar por la Vía de la Plata”; ver Bibliografía al final).
También su total señalización con flechas amarillas desde Sevilla hasta
Astorga, calzada romana; y el ramal medieval-jacobeo: Moreruela-Sanabria-Orense-Santiago. Pero, sobre todo, hemos salvado miliarios y
kilómetros de calzada romana de las garras de diversas obras (Autovía,
proyectos privados, etc.). También hemos promovido su recuperación por parte de
nuestras instituciones (proyecto “Alba Plata” en Extremadura), y su defensa con
la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC), aún en trámite por las
administraciones autonómicas de Extremadura y Castilla-León; etc.
Toda esta
labor ha dado como resultado que la Vía de la Plata haya dado la vuelta al
Mundo y se hayan editado múltiples guías en diversos idiomas; y que hoy sea
hollada por corazones venidos de todos los rincones del planeta, sean como
peregrinos a Santiago de Compostela, con fines deportivos, o para conocer la
maravilla cultural y natural que se esconde en sus sendas. Sobre todo, hemos
conseguido que la Vía e la Plata esté en la lista del Ministerio de Cultural
para ser declarada por la
UNESCO: “PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD”.
Pero con la
intención de arreglar un gran entuerto que está causando errores de
interpretación histórica, incluso rayando el insulto a los que defendemos una
amplitud de miras sobre este camino (acusándonos de que estamos: “falsificando
la Historia”); este artículo que os presento pretende aproximarnos a la
verdadera realidad histórico-geográfica de este camino.
Y es que perfilar
los extremos geográficos de la Vía de la Plata no es tan fácil, hay que
profundizar tanto en su dilatada Historia, como en el origen etimológico de su nombre
y fenómeno territorial del mismo. De una forma metafórica-poética podríamos
decir que este camino es como un gran árbol, con sus raíces y ramas, que ha
conformado la ordenación territorial de gran parte del occidente peninsular,
además de haber contribuido decisivamente en la Historia española, europea y
universal. Al respecto, la visión que algunos (con buena fe) tienen de este
camino, es parcial; volviendo a la metáfora anterior: es como ver sólo la mitad
superior del tronco, y sin ramas, mientras que la otra mitad inferior la
ignoran, sin tener en cuenta que precisamente esta mitad inferior, y su copa,
es la que le da vida y significado, y sustenta a la otra mitad.
Haré aquí
una breve reflexión sobre algunos aspectos que debemos considerar a la hora de
tener una visión más integral y acertada de este fenómeno viario. Hay que
advertir que su nombre no es más que una expresión moderna de una realidad
milenaria. Intentaré resumir, aún así va a quedar larga mi argumentación que es
necesaria para fundamentar mejor mi exposición. Pido disculpas.
CAPÍTULO I
FACTORES QUE DIERON LUGAR A ESTE CAMINO.
Este
histórico eje de comunicación Sur-Norte/Norte-Sur, que vertebra todo el
occidente peninsular, fue fruto básicamente de dos factores:
1º)-NECESIDADES HUMANAS: Los cambios
estacionales dieron lugar a continuas migraciones de la fauna salvaje en busca
de pastos, debido a las nieves y a los estíos. Tras ella, y por razones
cinegéticas, los primitivos cazadores comenzaron a trazar los primeros senderos
a lo largo de todo el occidente peninsular. Después, con la revolución neolítica
y la domesticación de los animales, llega la trashumancia, aprovechando y
consolidando estos primitivos cauces. Todo esto ocurre desde las actuales zonas
atlánticas andaluzas hasta tierras leonesas y cornisa cantábrica. Por otro lado
en época prehistórica y protohistórica detectamos, en excavaciones
arqueológicas, un incipiente flujo comercial por este recorrido. Así, en la
“Edad del Bronce Orientalizante” (I milenio a.C.) y Edad del Hierro (s. V a.
C.), descubrimos, sorprendentemente, cómo una serie de elementos comerciales de
prestigio (cerámicas, marfiles, vidrios, bronces…) venidos del otro lado del
Mediterráneo (de Oriente Próximo, Egipto y Grecia) penetran, como una “cuña”,
en el interior de la
Península Ibérica casi exclusiva y sorprendentemente por este
corredor viario, desde la factoría fenicia de Cádiz hasta la zona leonesa. Por
otro lado se aprovecha este trazado con fines militares para la dominación del
territorio, básicamente desde el siglo III a.c. hasta hoy.
2º)- CONDICIONANTES FÍSICOS: Para poder
saciar todas estas necesidades humanas (cinegéticas-trashumantes, comerciales y
militares) este itinerario tiene que salvar barreras naturales que obstaculizan
perpendicularmente su recorrido; son los grandes ríos y sistemas montañosos
aquí existentes. Esto se realiza por lugares de obligado paso, como son los
vados y los puertos de montaña. Pero he aquí que lo que posibilitó que este itinerario
tuviera un “cuerpo” en toda su extensión, desde la zona gaditana a la leonesa,
fue la coincidencia aquí de esos pasos naturales obligados, posibilitando un
trazado histórico casi rectilíneo. Así tendríamos: la conjunción de varios
vados en el Guadalquivir, en el entorno de Sevilla; el Puerto del Viso, en
Sierra Morena, en Monasterio; el Vado del Guadiana, en Mérida; el Puerto de las
Herrerías, en la Sierra
de San Pedro, en Alcuéscar; el Vado de Alconétar, en el Tajo; el Puerto de los
Castaños, en Cañaveral; el Puerto de Béjar; el Vado del Tormes, en Salamanca;
el Vado del Duero, en Zamora; etc. Como ya veremos, en estos pasos estratégicos
es frecuente el asentamiento humano, que se confirma en el descubrimiento de
una concentración de restos arqueológicos; lugares de nacimiento de principales
ciudades históricas.
CAPÍTULO II
ROMA CONSOLIDA UN CAMINO.
1º)- CONQUISTA DEL TERRITORIO: La
conquista del territorio de la zona occidental de la Península Ibérica
se produce de Sur a Norte, desde la vega del Guadalquivir, aprovechando pasos
naturales de obligado tránsito (puertos de montaña y vados de los ríos), muchos
de los cuales se concentraban en este
antiguo trazado. Tenemos documentación de cómo, los cuarteles de Itálica
(Santiponce), Hispalis (Sevilla) y Córduva (Córdoba), son puntos de partida de
tropas romanas o recepción de razias indígenas, en las Guerras Lusitanas.
2º)- INFRAESTRUCTURA: EL PUENTE DE MÉRIDA:
Lo único que hacen los romanos fue consolidar un camino ya preexistente. Un
ejemplo de ello fueron sus puentes. Centrándonos en el Puente de Mérida sobre
el Río Guadiana, habría que decir que aquí existe un histórico vado. Las
informaciones arqueológicas de las que disponemos es que desde la prehistoria
hay una gran concentración de asentamientos en todas las épocas (incluso debajo
de su casco urbano); cosa lógica por la existencia de este paso natural. Donde
hubo un vado de este camino los romanos hacen este puente; y para controlar
este paso obligado del camino Augusto funda una ciudad (25 a.c.). Aunque hay
evidencias que con anterioridad, con César, pudo haber aquí un asentamiento
militar por su estratégica situación. Este Puente se encuentra al sur de Mérida
y se puede considerar el más largo de la antigüedad; fruto, en realidad, de dos
puentes romanos que aprovechaban aquí una isla intermedia. Todo esto es
significativo y tiene un gran valor a la hora de comprender la integridad y
realidad territorial Sur-Norte/Norte-Sur de esta calzada.
3º)- PLANIFICACIÓN VIARIA DEL TERRITORIO:
A lo largo de varios siglos de dominación romana este camino, pre- y
protohistórico, fue consolidándose por tramos con arreglo a las intenciones y posibilidades
militares-económico-administrativas en cada momento. Así pues la Provincia de Lusitania,
con capital en Augusta Emérita (Mérida), se dedica más inversión y dedicación a
este trazado, sobre todo cuando Emérita se encuentra en un extremo de la
provincia, casi limitando con la Provincia
Bética. Es por ello que vemos que los restos más evidentes
documentados de su trama pétrea van desde las Sierras de Los Santos de Maimona,
al Sur, que servían de límite de Lusitania con la Bética, hasta la zona de
Helmántica (Salamanca)-Ocelo Duri (Zamora), por donde se encontraba el límite
con la
Provincia Tarraconense, luego Gallecia. Estas
administraciones (Bética y Tarraconense) que limitaban al Sur y al Norte con
Lusitania le dedicaron menos atención a esta calzada.
A parte de
la infraestructura de su firme estaban los “miliarios”. Eran columnas pétreas
en donde se solían inscribir el emperador que ejecutó o reparó la obra, y la
distancia en millas correspondientes (del latín: “millia passuum” = mil pasos =
una milla romana = 1480
metros). Así pues Emérita Augusta, al ser capital de
Lusitania, fue el “kilómetro cero” de la planificación viaria-administrativa
dentro de su territorio lusitano. Considerando esto, y considerando también que
su ubicación geográfica era estar en un extremo, limitando casi con la Bética, la proliferación de
miliarios sobre nuestra calzada fue desde esta ciudad hasta el límite con la Tarraconense. Ello
explica la gran cantidad de “miliarios” entre Mérida y Salamanca. En el resto
de las administraciones de este camino fue mucho menor o casi nula.
Además de su
infraestructura viaria, y a lo largo de todo se recorrido y en todas sus
administraciones, se realizan una serie de “mansios”, lugares de parada y avituallamiento
en el viaje. Solían estar situadas a una jornada de camino (entre 20 a 35 kilómetros
aproximadamente).
En resumen,
donde la calzada está mejor conservada es entre Los Santos y Salamanca; en el
resto del trazado, hasta Astúrica Augusta (Astorga) o hasta Itálica (Santiponce)-Hispalis
(Sevilla), en sus tramos Norte y Sur, los restos de calzada y miliarios son más
pobres por las razones expuestas; tramos considerados como “vía terrenae”. Un
paralelismo lo podríamos encontrar en la actualidad: hasta hace poco, cuando
íbamos en coche por carretera, y al cambiar de provincia o región, el firme
estaba en peor o mejor estado. Eso no quería decir que fueran distintas
carreteras, sino que era la misma pero bajo distintas administraciones.
4º)- “ITINERARIO ANTONINO”: En esta
época no hubo un nombre específico para este trazado, que unía el Sur más
romanizado, de la Bética,
con el Norte. La evidencia documental más antigua que conocemos que hace
referencia al diseño de este trazado, data del s. III., conocido con el nombre:
“Itinerario Antonino”. Es una recopilación de itinerarios variados de todo el
Imperio, muchos de ellos van en zig-zag, y no responden a un itinerario
uniforme y lógico. Ello se debe, según los estudiosos, a que estos itinerarios
sueltos eran los recorridos que los administradores hacían para el cobro de la “annona”,
o impuesto, entre otras necesidades administrativas; y que fueron recopilados
para servir a estas funciones, y no como una guía para los caminantes.
Un ingeniero
español del siglo XIX, Eduardo Saavedra, cogió los itinerarios peninsulares de
este documento y los enumeró con arreglo a la redacción existente. Si cogemos
todos ellos y lo ponemos en un plano, nos sorprenderíamos al ver cómo coincide
con las evidencias arqueológicas del itinerario pre- y protohistórico que hemos
descrito. Es decir, la panificación territorial romana tradujo este camino
primitivo, sobre todo desde Gades (Cádiz) hasta Astúrica (Astorga), de forma
continua y casi rectilínea, y lo
consolidó, dotándole de infraestructuras: puentes; firme, más o menos atendido;
“mansios” o lugares de parada y avituallamiento; “miliarios”, para marcar las
distancias en millas en algunos de sus tramos; etc. En su primer tramo,
Gades-Hispalis, es más conocido por formar parte de la “Vía Augusta”, aunque
hay aquí algún topónimo: “plata”; como hito geográfico relacionado con la
calzada romana. Con la numeración de Saavedra su trazado prerromano se
correspondería a diversos tramos romanos de los recopilados por el Itinerario
de Antonino:
--VÍA N.º VII: Gades (Cádiz)-Hispalis (Sevilla). Prosiguiendo
después hasta finalizar en Corduva (Córdoba).
--VÍA N.º IX: Hispalis-Itálica (Santiponce).
--VÍA N.º XXIII: Itálica-Emérita (Mérida). Este itinerario arranca
en la desembocadura del Guadiana, dando un rodeo.
--VÍA N.º XXIV: Emérita-Ocelo Duri (Zamora). Este itinerario
finaliza después en Caesaraugusta (Zaragoza), dando por tanto otro rodeo.
--VÍA N.º XXVI: Ocelo Duri-Astúrica Augusta (Astorga).
Arranca en Astorga para dirigirse a Zaragoza.
Es decir, un
trazado primitivo prerromano se consolida, a lo largo del Imperio, en distintos
tramos de itinerarios administrativos romanos. Algo similar lo vemos por
ejemplo en la “Vía Augusta”, Cádiz-Roma, traduciéndose en el Itinerario
Antonino como la suma de varios tramos de distintos itinerarios reflejados en
este antiguo documento.
5º)- CONSIDERACIONES DE LA CALZADA AL SUR DE
MÉRIDA: Este tramo Sur se comenzó, al menos, con Augusto, en la misma época
que éste edificara (y no fundara) Mérida, e incluso tal vez antes: A)- Las últimas investigaciones y
evidencias documentales nos vienen a demostrar que Emérita ya existía como
“municipia” bajo Julio César por ser este enclave estratégico para cruzar el
río. Julio César anduvo por aquí en las Guerras Lusitanas; de él también
tenemos testimonios en los epítetos “Iulia” de varias ciudades indígenas
próximas a Mérida, sobre todo al Sur de esta ciudad. Una de ellas, “Contributa
IULIA Ugultuniacum” (en el término municipal de Medina de las Torres, a unos 70 kilómetros al
Sur), es “mansio” de nuestra calzada. Y B)-
El mismo puente romano del río Guadiana, al Sur de Mérida, es de época de
Augusto, que tiene continuidad en la calzada romana que aún se conserva.
Posteriormente, y al igual que ocurriera al Norte de Mérida, esta
calzada fue mejorada por otros emperadores. Así tenemos algunos miliarios, al
Norte de Itálica (Santiponce) en nuestra calzada; tres al menos de Adriano. Hay
que advertir que Itálica es anterior a Emérita, y que en Sierra Morena se
encontraba unas importantes canteras de mármol, apreciado material. Está
demostrado que estas canteras suministraban a esta ciudad, y a las de Hispalis
(Sevilla) y Emérita (Mérida), por lo que para ello había la necesidad de una
calzada para su trasporte. Además, estas canteras se encuentran en la actual
población de Almadén DE LA PLATA, en donde se viene situando “Mos Mariorum”, la
“mansio” de la calzada que cita el Itinerario Antonino entre Itálica y Emérita.
Las
evidencias arqueológicas de la calzada entre Emérita Augusta (Mérida) e Itálica
(Santiponce)-Hispalis (Sevilla) son varias. Las investigaciones modernas han
descubierto algunos tramos de su trazado, siendo excavada y prospectada en
varios kilómetros.
En
conclusión: tanto la construcción de esta calzada al Sur y al Norte de Mérida
son de épocas similares, y no podríamos considerar que el tramo Sur fuera
estrictamente posterior, si no fruto de una evolución a lo largo de los siglos
de dominio romano que administrativamente se centró en parte de su trama Norte,
Emérita Augusta (Mérida)-Helmántica (Salamanca).
6º)- UNA CALZADA COMO UNIÓN ENTRE CAPITALES
ADMISNISTRATIVAS: Otra de las características de esta calzada era que unía
las cabeceras de distintas administraciones: básicamente Emérita-Hispalis y Emérita-Astorga
(y no sólo exclusivamente de este último tramo); de ahí la importancia global
de este camino, ya que posibilitaba la planificación del territorio de casi
todo el occidente peninsular en uno de los extremos del Imperio.
CAPÍTULO III
USO HISTÓRICO DE SU TRAZADO DE FORMA UNITARIA.
1º)- CAMINO DE EJÉRCITOS Y REYES: Esta
calzada, que fue la consolidación paulatina en época romana de un trazado pre-
y protohistórico, siguió siendo utilizada por culturas posteriores dado que su
infraestructura era estratégica (lugares de obligado paso, infraestructuras,
etc.) con fines militares y comerciales. Por ejemplo, tenemos un documento del
siglo VII d. c. conocido bajo el nombre: “Anónimo de Rávena”; en donde se
enumeran las mansiones o paradas de los diversos tramos de todo su recorrido,
añadiendo algunas poblaciones más a las del Itinerario Antonino. En época goda,
prácticamente desde todo el Norte hasta todo el Sur peninsular, sirvió como
itinerario para las tropas de varios reyes: Gunderico, Requila, Teodorico II,
Ágila…; siendo el puente romano de Mérida un paso clave. En época musulmana
nuestra calzada sirvió como un gran instrumento militar Sur-Norte para las
primeras tropas de Muza, en el 712, posibilitando su fulgurante conquista desde
las actuales tierras gaditanas y por Sevilla hasta Mérida (fue la primera
calzada que pisaron); siendo en este periodo utilizada por innumerables
campañas intestinas, correrías y desplazamientos. En los primeros momentos de
la conquista cristiana la anduvieron reyes como Alfonso IX y X, Sancho IV…; y,
después, por los propios Fernando el Católico y Carlos V. De todos estos reyes
tenemos documentación de su paso desde Cáceres-Mérida hasta Sevilla-Cádiz,
siguiendo la calzada, es decir: era utilizada de forma unitaria desde el Norte
de Mérida y hasta el Sur, y viceversa.
2º)- CAMINO DE CAMINOS: Este camino
romano fue aprovechado posteriormente, en algunos de sus tramos, por principales
“Cañadas Reales” para la trashumancia, herencia de un uso prehistórico. También
fue camino de diversas peregrinaciones (Santa Eulalia de Mérida, Santa María de
Tentudía, Virgen de Guadalupe…), siendo más conocido como “Camino Mozárabe de
Santiago” por los cristianos residentes en territorio musulmán, que
aprovechaban su infraestructura viaria hacia el Norte. Pero los peregrinos o viajeros de la época no siempre utilizaron el
trazado romano, ya que hubo ciudades de nueva creación que hicieron de polo de
atracción, saliendo de la calzada ramales medievales. Así tendríamos como por
ejemplo a las poblaciones de Zafra, Plasencia, Béjar, Guijuelo… que luego se
convirtieron en carreteras.
Como un río que cambia de
cauce sigue siendo el mismo río, la evolución y la modernización su trazado
primigenio da lugar a nuevos trazados y tipologías: Carretera Nacional 630,
Ferrocarril, Autovía-66; todas hijas del trazado romano y a su vez de un camino
primitivo. Es decir, en cada época se fosilizó un trazado, cada uno con su
valor histórico. Así se ha creado un corredor geográfico-viario que se ha
venido en denominar: “Ruta de la Plata”; nombre moderno que intenta reflejar un
eje de comunicación secular.
CAPÍTULO IV
ORIGEN Y EXTENSIÓN DEL NOMBRE DE ESTE CAMINO.
1º)- NINGÚN NOMBRE, PERO SÍ UN MISMO
TRAZADO: En resumen, como ya hemos dicho, en época romana toda la extensión
de este camino no tiene ningún nombre (que sepamos), pero su traza y su reflejo
en el Itinerario Antonino (con multitud de “mansios” o paradas en todo su
recorrido) se nos representa ante nuestros ojos como un cuerpo íntegro y casi
rectilíneo, básicamente desde Cádiz, pero sobre todo desde Sevilla hasta
Astorga, vertebrando todo el occidente peninsular y uniendo principales
ciudades administrativas romanas y medievales.
2º)- SOBRE EL TOPÓNIMO “PLATA”: Muy resumidamente
estas son las versiones sobre su procedencia: 1ª) del griego y del latín
“platus” (ancho, llano, avenida principal); 2ª) de la expresión latina tardía
“delapidata” (empedrada); y 3ª) del árabe “al-balath” (pavimento) o de “balata”
(camino enlosado, empedrado o importante), en donde su primera sílaba (ba-lata)
se pronuncia de una forma cerrada, con “a” muda, parecida a la “p”,
evolucionando al castellano en el medievo como “(p)lata”.
Por mi parte
propongo una solución intermedia: la expansión musulmana se encontró con una
magnífica y estratégica red viaria romana. Hubo entonces un “latinismo”, un
préstamo idiomático del latín al árabe, y después al castellano. En resumen:
“platus” (o “delapidata”) = “b(a)lata” = “plata” (ver Bibliografía: MUÑOZ
HIDALGO-2009).
Los
testimonios de “balata”, “albalat”, “albaladejo”… en la zona central y
meridional de la Península Ibérica,
son frecuentes verlos relacionados con itinerarios históricos, importantes o
calzadas romanas. También hay testimonios en el norte de África y Palestina.
Del mismo
modo “de la Plata” es frecuente encontrarla en otros puntos del territorio
hispano, básicamente en su mitad sur, asociándose a viejos o importantes caminos
(no obligatoriamente empedrados); siendo el eje occidental S.-N./N-S, desde el
Estrecho gaditano hasta la zona leonesa, en donde mejor se ha conservado en
toda su extensión geográfica; sobre todo desde Sevilla hasta Salamanca de forma
continuada, sin cortes, como “Camino de la Plata”. Al Sur de Mérida lo
encontramos, por ejemplo, en Los Santos de Maimona, como “Puerto de la Plata”. Como “Camino de la Plata” lo vemos prolongarse en
lo que fuera ya tierras de la
Bética, por los términos municipales de Zafra, Medina de las
Torres, Calzadilla de los Barros, Fuente de Cantos, Monesterio, Real de la Jara, Almadén “de la Plata”,
Castilblanco de los Arroyos, Alcalá del Río y hasta llegar a Sevilla. También al
Sur de la ciudad hispalense, y en tierras gaditanas, el topónimo “plata” lo
encontramos en hitos geográficos ligados a la calzada, más conocida en este
tramo como “Vía Augusta”.
Precisamente
el testimonio más antiguo que tenemos documentado como “Camino de la Plata”,
data del siglo XIV, de 1.370 (Archivo Municipal de Sevilla), en referencia a su
paso por Sierra Morena. También en este mismo entorno tenemos una pista
evidente, el nombre de la actual población de Almadén “de la Plata”, en cuyo
término se viene situando una de las paradas de nuestra calzada, citadas por el
Itinerario Antonino: “Mons Mariorum”; y en donde existen canteras de mármol
romanas que utilizaron esta calzada para suministrar su producción a Emérita
(Mérida), Itálica (Santiponce) e Hispalis (Sevilla).
Por tanto,
“Camino de la Plata” no es más que el nombre meramente circunstancial y
popular, surgido en el medievo, pero que expresa una unidad y realidad viaria e
histórica que ha vertebrado todo el occidente peninsular, y que ha servido de
instrumento en importantes acontecimientos; nombre que conocemos aquí desde, al
menos, mediados del siglo XIV.
Con el
tiempo, en el Renacimiento español, cuando se vuelve la mirada por el gusto de
la cultura clásica, y sobre todo a partir del siglo XVI, es cuando este nombre se
comienza a denominar de forma “culta” en
ciertos círculos académicos, como: “Vía de la Plata”; ya que “vía” es palabra
latina y quedaba mejor para nombrar a una calzada romana o a este importante
camino histórico. Como “camino” se ha seguido utilizando hasta nuestros días,
manteniéndose aún vivo en la conciencia colectiva en las zonas rurales, sobre
todo en la gente mayor, como lo he constatado en mis trabajos de campo; y tanto
al Norte como al Sur de Mérida.
CAPÍTULO V
ORIGEN DEL ENTUERTO MÉRIDA-ASTORGA.
1º)-
“ITER AB EMERITA ASTURICAM. EL CAMINO DE LA PLATA”: Aunque en latín, no es
más que el moderno y arbitrario título de una tesis doctoral de 1971, del
ilustre Profesor D. Roldán Hervás. Gran trabajo de investigación, su
importancia radica en la recopilación de múltiples estudios locales o generales
sobre algún especto de esta calzada. Aunque en algunos aspectos ha quedado
desfasado, es obra importantísima y de obligada consulta. Pero habría que
considerar dos cuestiones que ha dado lugar a un error de interpretación y
posterior embrollo en círculos académicos y sociales:
A)-El problema viene cuando, en esta
obra, nuestro camino lo hace arrancar en Mérida en base, por un lado, a algún
antiguo autor, como Antonio de Nebrija, que habla de esta calzada entre Mérida
y Salamanca y sus miliarios; y, por otro, al origen del cómputo de la
numeración de los mismos desde la ciudad emeritense. Pero hagamos una
reflexión: lógico era que, siendo Emérita Augusta la capital de Lusitania, aquí
estuviera la milla “cero” para diversos trazados que desde aquí se ordenaban
para el resto de su territorio provincial. Pero eso no quiere decir que Mérida
fuera “arranque” del Camino de la Plata (ya hemos demostrado que fue
“consecuencia” de un trazado que aquí aprovechaba un vado, luego puente, y una
ciudad para su control), sino que al ser el núcleo político-administrativo, las
millas se contaban desde aquí. Por otro lado, al Norte de Itálica (Santiponce)
se han encontrado miliarios pertenecientes a esta calzada. También tenemos
algunas noticias al sur de Mérida.
B)- Por otro lado hay que advertir una
inadvertida incongruencia en la importante obra de Roldán Hervás: identifica
como “Camino de la Plata” a la calzada que unía Emérita y Astúrica, pero reconociendo
en sus páginas que tal topónimo, como identificador de la vía romana que él
propone, se desconoce al Norte de Salamanca (aunque sí se conoce como camino
pecuario-trashumante existente en su entorno hasta la zona leonesa); del mismo
modo reconoce casi la inexistencia de miliarios y restos de calzada al Norte de
esta ciudad. Al mismo tiempo, no menciona, o no quiere reconocer, las
mansiones, restos y testimonios de calzada y el topónimo “de la Plata”
existentes hasta Hispalis (Sevilla), básicamente. Esta incongruencia echa por
tierra el propio titulo “ab Emerita Asturicam” de esta obra como identificación
exclusiva al “Camino” o “Vía de la Plata”.
2º)- LA “BOLA DE NIEVE” DE UNA
INTERPRETACIÓN ARBITRARIA: Desde la publicación de su Tesis, en 1971, tanto
los investigadores y escritores posteriores, sin advertir tales incongruencias
y sin tener conocimiento de la documentación aquí presentada, repitieron este
mismo error de enfoque que daba una imagen parcial (Mérida-Astorga), cosa que
ha sentado cátedra hasta tal punto que en prestigiosas obras de Historia y
modernos vehículos de información de Internet (Wikipedia, Instituto Cervantes,
etc.) repiten lo mismo; sin que se diga nada de que, por ejemplo, el más
antiguo testimonio documental que se menciona el topónimo “Camino de la Plata”,
hace referencia al tramo Sevilla-Mérida; etc.
3º)- DISPUTAS ESTÉRILES ENTRE “VÍA” Y “RUTA”:
Actualmente este farragoso entuerto ha dado lugar a serias disputas entre
asociaciones, también políticas entre ayuntamientos y organismos. Así vemos
cómo, con miras a la rentabilización del Patrimonio Cultural y Natural de este
histórico corredor viario, se crea la “Red de Cooperación de Ciudades en la Ruta de la Plata”. La
conforman algunas ciudades directamente relacionadas con el trazado real que
aquí hemos documentado, y otras próximas al trazado romano o indirectamente
relacionadas pertenecientes a otros ramales históricos vinculados con la Vía de
la Plata. El
cuerpo fundamental de esta asociación es el eje de la Carretera Nacional-630
Gijón-Sevilla.
Así se
suman las ciudades existentes en el histórico camino que va desde Benavente,
enclave de nuestra calzada, hasta León, Oviedo y Gijón por el Puerto de Pajares (ver bibliografía RABANAL ALONSO, M. A.),
que es un ramal secundario, prerromano y romano, de la básica Sevilla-Astorga. Este
camino tuvo una estrecha ligazón histórica con el eje de comunicación que aquí
estudiamos, del mismo modo que varios caminos pecuarios procedentes de los
valles asturianos que alimentaban el tráfico ganadero trashumante hasta Astorga
y León, y desde aquí hacia tierras extremeñas y andaluzas; como serian, entre
otras, la “Cañada Real de la Plata” o “de la Vizana”, o la “Leonesa Occidental”. De este caldo
de cultivo surgieron modernas infraestructuras, como la Carretera Nacional-630
Gijón-Sevilla, que ha articulado todo el occidente español, resultado de una
evolución histórica que no ha de ser desdeñada ya que es expresión de una
realidad geográfica-viaria secular.
Pero aquí ocurre un problema, que hay
ciudades y pequeñas poblaciones por donde pasa nuestra calzada romana que no
están en esta “red de cooperación”. Al sentirse discriminadas denuncian, con
buena fe, pero de forma errónea, la “falsificación de la Historia” por parte de
la “Red de Ciudades” (que no buscan más que la puesta en valor del gran
potencial turístico que tiene el Patrimonio Cultural y Natural existente en
este corredor geográfico, como oportunidad para el desarrollo). Pero estos
pueblos en vez de reclamar adherirse, reivindicando sus legítimos derechos,
como es lógico y con razón, crean la “Asociación de Pueblos en Defensa de la
Vía de la Plata”, y comienza la bronca…
El problema se
agrava cuando utilizan la tesis de Roldán Hervás como fundamento, el trazado
Mérida-Astorga, con todo lo que ello conlleva de arbitraria interpretación
parcial de la amplitud real y protagonismo histórico de este camino (una
visión, digamos, “reduccionista”); y con una falta de miras de las grandes
posibilidades que ofrece el Patrimonio que contiene este histórico corredor
geográfico-viario con miras a su desarrollo socioeconómico conjunto.
Por otro
lado, aquí ocurre una contradicción por parte de la asociación de “Pueblos”,
mientras alzan la voz sobre cierto “purismo histórico”, se ignora o se olvida,
o no se quiere reconocer, las evidencias documentales y materiales
anteriormente expuestas, y la trascendencia histórica a lo largo de todo su
recorrido. Personalmente estoy con toda asociación que defienda este camino,
como es la de “Pueblos”, por lo que aplaudo su gran labor y esfuerzo, que me
causa admiración; pero con lo que no estoy de acuerdo es en que me corten este
camino en Mérida, y que tengan una visión más bien “localista” al no considerar
su corredor geográfico que, a mi parecer, sería enriquecedor para todos y para
ellos mismos. Y esto no es una “invención interesada”, ya que su trazado
también tuvo una proyección histórica en el territorio circundante; y que a su
vez, de forma recíproca, alimentó a este “camino” o “vía”.
CAPÍTULO VI
¿DE QUÉ CAMINO HABLAMOS?
Las dos
“piedras angulares” de toda esta discusión son:
A)- El “arranque” y “final” de la CALZADA. Teniendo
en cuenta que en realidad no hay un arranque y un final exacto pues en ningún
sitio está escrito, sí podemos hablar de que teniendo en cuenta el origen
evolutivo de su recorrido, los restos y evidencias existentes, la época de
construcción, el cúmulo de intenciones y usos… básicamente su trazado sería Hispalis
(Sevilla)-Astúrica (Astorga), que fue la traducción romana de un antiguo camino
pre- y protohistórico. Por otro lado había prolongaciones por el Norte hasta
Lugo y La Coruña
desde Astorga; León, Oviedo y Gijón desde Benavente; y por el Sur, hasta Cádiz.
B)- El “rompecabezas” del NOMBRE. Es
precisamente en este punto, en su extensión territorial en donde se documenta,
e interpretaciones según los autores… en donde está también montado el equívoco
a la hora de su definición. Intentaremos dar luz al tema, veamos:
1º)- CAMINO DE LA PLATA. Habría que reflexionar sobre una evidencia (que no
interpretación) que la mayor parte de la literatura científica no ha
considerado o se niega a considerar: que como calzada o itinerario romano,
estrechamente ligado al topónimo “Camino de la Plata”, y según las fuentes
documentales de los siglos XIV, XV y XVI, la encontramos de forma continuada, ¡sin
cortes!, desde Sevilla hasta Salamanca. Desde ésta última y hasta la zona de
Astorga se conserva como cañada ganadera: la Cañada Real “de la
Plata” o “de la Vizana”,
tramo en donde no hay casi evidencias de calzada pétrea; esto no quiere decir
que este itinerario romano no existiera, sino que sería una “via terrenae” (o
de inferior construcción, o que tal vez iría algo al este de Zamora, por Alba
de Villalazán). Por otro lado la denominación “Vía” es posterior a “Camino”, y
fue una forma culta o académica de llamar a esta calzada. Teniendo en cuenta
todo esto, ¿es justo que llamemos “Vía de la Plata” al tramo Salamanca-Astorga
(cuando no existe esa estrecha ligazón) como nos confundió Roldán Hervás en su
gran obra “Iter ab Emerita Asturicam. El Camino de la Plata”; mientras que nos
negamos a llamarla así al tramo Sevilla-Mérida (cuando sí está documentado con este
mismo nombre)?...
2º)- CAMINO MOZÁRABE DE SANTIAGO. Este
nombre es relativamente moderno. “Mozárabe” es el nombre que se le daba a los
cristianos que convivían en territorio musulmán, y proviene de la voz “musta´arabib” = arabizado. Existieron
grandes comunidades mozárabes en el Sur peninsular, las más importantes fueron
las de Sevilla, Mérida y Córdoba. Hay constancia documental de que en los
primeros siglos (IX, X y XI), tras el supuesto descubrimiento del sepulcro del
Apóstol, eran más los que iban en peregrinación a Santiago de Compostela desde
el Sur, de “tierra de moros”. Como es lógico aprovecharon las principales vías
de comunicación de la época: el conocido como “Camino de la Plata” y la calzada
que desde Córdoba se dirigía a Mérida. En relación a nuestra calzada tenemos,
en 1622, el testimonio de Gonzalo de Illescas que narra el traslado de las
reliquias de San Isidoro de Sevilla en 1.063, y que dice así: “... llevándole a León, por el muy antiguo
camino romano, hoy de peregrinos...”. Aún así, hubo ciudades nacidas de
nueva planta en el medievo que crecieron al lado de este trazado, haciendo de
polo de atracción, dando lugar a trazados medievales nuevos, algunos
reconvertidos en la
Carretera Nacional 630-Ruta de la Plata. Hoy este camino jacobeo
las asociaciones lo hemos señalizado desde Sevilla hasta Astorga, teniendo como
guión, y en lo posible, el trazado de esta calzada. También hemos señalizado
desde Granja de Moreruela, al Norte de Zamora, en donde, como alternativa de
abandonaba la calzada para dirigirse hasta Sanabria, Orense, Santiago;
siguiendo también otro histórico camino. Del mismo modo se han señalizado otros
ramales: Huelva-Zafra y Málaga-Granada-Córdoba-Mérida por otros históricos
itinerarios; las raíces que mencionábamos en la metáfora del árbol de este
escrito.
3º)- RUTA DE LA PLATA. “Ruta” es un
préstamo del francés que comenzó a utilizarse aquí en los años sesenta con el
“Tren Ruta de la Plata” y creo que al poco con la “Carretera Nacional 630 Gijón-Sevilla
Ruta de la Plata”. Sin coincidir estrictamente con la calzada, estas modernas
infraestructuras de hierro y asfalto son también un hecho histórico a tener en
cuenta, ya que también se basan en el trazado de caminos medievales y reales,
que fueron luego consolidados entre los siglos XVIII al XX. Por tanto, Tren y Carretera aquí existentes fueron una
herencia de la calzada romana; del mismo modo que la calzada lo fue de un
camino primitivo. Habría que considerar también que esta carretera, en su arranque
Norte, es reflejo de un trazado, aunque secundario, igualmente histórico, de
origen indígena, romano y medieval. Todo ello ha dado como resultado a un
fenómeno viario que no tendríamos que desprestigiar ni excluir pues, como
fenómeno histórico-evolutivo, es hoy una realidad que vertebra territorialmente
el occidente peninsular. Además de este trazado habría que considerar su continuación
hasta la fenicia y romana Gades (Cádiz) al Sur, por la “Vía Augusta”; recordemos
que de Cádiz a Sevilla existe calzada y el topónimo “plata”. En conclusión como
“Ruta de la Plata” podríamos denominar al corredor geográfico
Cádiz-Sevilla-Astorga-Gijón, aglutinando aquí a un histórico eje viario y sus
diversas manifestaciones (calzada, camino, cañadas, carretera, ferrocarril y
autovía), cuya concentración de hermanados trazados es sorprendente y casi
único en Europa. Todo ello ha sido el fruto de una común evolución y de avatares
históricos que ha esculpido un mismo cauce con distintas corrientes; mas, todas
con su valor histórico, sin exceptuar ninguna, ya que este eje de comunicación
es la suma de todos estos caudales, lo que ha dado y seguirá dando vida a este
itinerario. En conclusión: la denominación “Ruta de la Plata” condensaría una visión
globalizadora e integradora. Esto no tiene por qué ir en contra de la
delimitación y la reivindicación de cada uno de esos trazados por separado,
como más arriba hemos visto; el error sería tener una visión sólo parcial y
excluyente de uno de ellos.
CAPÍTULO VII
LA
VÍA DE LA PLATA UN CAMINO PARA
NUESTRO DESARROLLO.
1º)- SOLUCIÓN INTEGRADORA:
A)- Por un lado hay que tener una
visión no parcial de la Vía de la Plata (Mérida como “arranque” del camino),
sino en su totalidad, como la documentación lo constata (Mérida como
“consecuencia” del paso del camino).
B)- Por otro, sería el reconocimiento
precisamente de la Historia a la que se hace referencia, y de tener una visión
integradora teniendo el concepto de “corredor geográfico”, en donde se consideren,
sin exclusiones, todos sus trazados conjuntamente, y que aquí coinciden, se
abrazan y se interrelacionan (Calzada Romana, Camino Mozárabe de Santiago,
Cañadas Reales, Carretera Nacional-630, Ferrocarril y Autovía-66). Esto hay que
hacerlo distinguiendo sus diferencias de trazados pero, también, sus
coincidencias, dentro de un mismo paisaje y entorno, ya que todos estos
trazados son el fruto de una misma evolución histórica; un mismo río que se
alimenta de varios caudales y que ha esculpido un mismo cauce. En conclusión,
tener la visión de un “cuerpo integral”.
2º)- POSIBILIDADES DE FUTURO: En
relación a todo ello tener conciencia de la gran trascendencia de este “itinerario
cultural” (Calzada Romana, Camino de Civilizaciones, Camino de Santiago, etc.);
sin olvidarnos también como “itinerario natural”, en donde se abrazan entornos
medioambientales de gran importancia, siendo este corredor geográfico
reconocido como la “reserva natural de Europa”. Toda esta suma nos serviría
para hacer que la Vía de la Plata, en ese concepto de “paisaje cultural”, sea
reconocida como “ITINERARIO CULTURAL EUROPEO” y como “PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD” (advertir que
está en la lista del Ministerio de Cultura para esta última declaración). Y
puesto que este camino es el resultado de un “crisol” de civilizaciones, es una
gran oportunidad para el encuentro y el diálogo de culturas: un “Camino para la
Paz”.
CONCLUSIONES.
1ª)- Por un lado el “Camino” o “Vía de
la Plata” comprendería SEVILLA-ASTORGA, por lo que es una realidad más amplia
de la que algunos pretenden; es decir, Mérida no es “arranque” sino
“consecuencia” de un mismo camino y calzada Sur-Norte/Norte-Sur. Si no, ¿por
qué ubicar esta ciudad aquí para el control de su magnífico puente romano sobre
el Río Guadiana, que se construyó para consolidar un primitivo camino que
aprovechaba aquí un antiguo e histórico vado? O, repitiendo una
pregunta-reflexión que hicimos anteriormente, ¿por qué tenemos que llamar
“Camino de la Plata” al tramo Salamanca-Astorga (que como tal no está
documentado), en cambio no podemos llamarlo así a su continuidad hacia el Sur:
Mérida-Sevilla (que sí está documentado como tal desde el siglo XIV, siendo
además este tramo el más antiguo datado con este nombre)?...
2ª)- Por otro, la denominación “Ruta de
la Plata” comprendería CÁDIZ-GIJÓN, y sería una buena fórmula para condensar la
suma integral de los distintos trazados físicos aquí hermanados en un mismo
corredor geográfico-viario (camino primitivo, calzada, vía pecuaria, camino de
Santiago, carretera, ferrocarril y autovía), fruto de una serie de necesidades
y realidades en cada época; es decir, surgida de una evolución histórica.
3ª)- La puesta en valor de los grandes
y singulares atractivos del Patrimonio Cultural y Natural de este corredor
viario es una gran oportunidad para el “desarrollo sostenible” de los pueblos y
comunidades que lo jalonan. Para ello es necesario una previa visión
globalizadora que nos ofrece aquí la Historia, no inventada.
POSTRE POÉTICO.
Para terminar
todo esto, volvamos a aquella metáfora con la que iniciamos este escrito. Os
brindo una poesía de mi cosecha del libro: “Del Hombre y sus Ruinas. Un viaje
poético, de mar a mar, por la Vía de la Plata”. Espero que os anime a apreciar
los múltiples aromas y trinos que nos ofrece este ancestral y fértil árbol:
DE UNA UNIVERSIDAD
ABIERTA
Y DE LAS HUMILDES
ENSEÑANZAS QUE ESCONDE
EN SUS PAISJES Y EN
SUS PIEDRAS
(A la Vía de la
Plata, en un iniciático viaje
desde las “Columnas” a
la “Torre” de Hércules)
Eres un camino viejo y fecundo,
como un gran árbol
con raíces y ramas;
un sabio jardín de
encinas, retamas…
un rico hogar del
pobre vagabundo.
Sacias tu sed en mares andaluces,
subes tu savia por
tronco extremeño,
castilla y león
multiplica tu sueño,
y al galaico, astur,
cántabro… seduces.
De hondos océanos a copas al viento,
viajan -hermanos-
hombre y cigüeñas…
¡cuánta piedra entre
silencio y espliego!
Hoy ando tu dormido pavimento,
reflejos de plata en
valles y peñas…
-de mar a mar en tus
sueños navego-.
Diego Muñoz Hidalgo
(Historiador y Escritor)
Amigos de la Vía de la Plata-Camino de
Santiago
606-19 45 82
diegobeturiense@hotmail.com
www.viaplata.org
http://boards5.melodysoft.com/app?ID=viadelaplata
En Zafra (Badajoz), a 29 de Noviembre de 2009.
BIBLIOGRAFÍA
BÁSICA (por orden cronológico):
--HERNÁNDEZ GIMÉNEZ, FÉLIX: “El Itinerario de Mùsà, de
Algeciras a Mérida”. Al-Ándalus, Revista de las Escuelas de Estudios Árabes de
Madrid y Granada. Volumen XXVI. Págs. 43-143.
Madrid-Granada, 1961. (Ver las págs. 96-98, sobre el documento que hace
referencia al “Camino de la Plata” a su paso por Sierra Morena).
--ROLDÁN HERVÁS, Manuel.: “Iter ab Emérita Asturicam. El
Camino de la Plata”. Memorias del Seminario de Prehistoria y Arqueología,
Universidad de Salamanca, Facultad de Filosofía y Letras. Salamanca, 1971
--SILLIERES. Pierre:
1982: “Centuriatio et voie
romaine au sud de Mérida: contribution a la delimitation de la Betique et de la Lusitenie”.
Melanges de ls Casa de Velásquez. T. XVII/1, págs..437-448
1990: “Voies Romaines et Limites de
provices et de cités en Lusittainie”. Villes de Lusitanie Romaine. París.
1990: “Les voies de communicatio de
l´Hispaine meridionales”. París
--RABANAL ALONSO, Manuel Abilio:
“La Vía de la Plata en León y la Vía de león a Asturias: de calzadas romanas a
camino de peregrinación a Santiago”.
--RODRÍGUEZ DÍAZ, Alonso: “Arqueología
de Tierra de Barros”. Zafra, 1986
--MUÑOZ HIDALGO, D.:
“Aportaciones al conocimiento de la Prehistoria, Historia Antigua y Medieval de la Comarca de Zafra”, Actas del Congreso Conmemorativo del VI
Centenario del Señorío de Feria (1394-1994), Zafra, 1994
--MUÑOZ HIDALGO, D.: “Del Hombre y sus Ruinas. Un viaje
poético, de mar a mar, por la Vía de la Plata”. Zafra, 1994.
--VVAA.:“Guía del Camino Mozárabe de Santiago. Vía de la
Plata”. Varios autores (del que Diego Muñoz Hidalgo es coautor). Sevilla, 2001.
(De aquí se ha extraído gran parte de este artículo).
--MUÑOZ HIDALGO, D.: “Los Santos de Maimona: cruce de
caminos y viajeros”. Los Santos de Maimona en la Historia. Congreso
celebrado en Noviembre de 2008. Los Santos de Maimona, 2009. (Aquí se presenta
nueva teoría sobre el topónimo “plata”).
LA VÍA DE LA PLATA: NO ES SÓLO MÉRIDA-ASTORGA.
Una aproximación histórica
y globalizadora de este Patrimonio viario y recurso socioeconómico.
PREÁMBULO.
Le dedico
este escrito, con todo el respeto y cariño, a todos los que afirman que la Vía
de la Plata sólo es de Mérida a Astorga. Espero que una vez que lo leáis,
reflexionéis vuestro punto de vista. Este artículo está basado en evidencias
documentales hasta hora poco conocidas, y pretende reparar un concepto
territorial parcial que se tenía de este camino, debido al desconocimiento de
esas evidencias que más abajo os expongo.
Sin
inventarnos nada, ya que nuestra argumentación se fundamenta en pruebas materiales
y documentales, el primer objetivo es
que os acerquéis, con más amplitud de miras, a su realidad histórica. El
segundo objetivo es que comprendáis también las grandes posibilidades sociales
y económicas de este recurso viario. Y es que el Patrimonio Cultural y Natural
de su corredor geográfico, crisol de civilizaciones, es multicolor y una
envidiable oportunidad para nuestro progreso en el seguimiento de un desarrollo
espiritual y material “sostenible”, respetuoso con nuestro legado, y para el
hermanamiento y unión entre los pueblos.
A los que
estéis de acuerdo con este escrito os pediría le dierais la máxima difusión;
gracias. También sería oportuno
que este artículo sirva, en lo sucesivo, a los que se aventuren a escribir
sobre este fantástico camino milenario, y valga para corregir los textos que
tengáis en vuestras web y blogs.
INTRODUCCIÓN.
Son ya más
de veinte años los que unos pocos amigos llevamos dedicando nuestro tiempo al
estudio, recuperación, defensa y promoción de la Vía de la Plata. Años más tarde
fundamos, en 1991, las asociaciones de Amigos del Camino de Santiago-Vía de la Plata. Fruto de todo
ello fue la primera Guía de este camino (1º Edición: 1994; y última: 2001; de
las que soy coautor); y, a nivel personal, un librito de poesías y dibujos
sobre sus bellos rincones y monumentos (“Del Hombre u sus Ruinas. Un viaje
poético de mar a mar por la Vía de la Plata”; ver Bibliografía al final).
También su total señalización con flechas amarillas desde Sevilla hasta
Astorga, calzada romana; y el ramal medieval-jacobeo: Moreruela-Sanabria-Orense-Santiago. Pero, sobre todo, hemos salvado miliarios y
kilómetros de calzada romana de las garras de diversas obras (Autovía,
proyectos privados, etc.). También hemos promovido su recuperación por parte de
nuestras instituciones (proyecto “Alba Plata” en Extremadura), y su defensa con
la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC), aún en trámite por las
administraciones autonómicas de Extremadura y Castilla-León; etc.
Toda esta
labor ha dado como resultado que la Vía de la Plata haya dado la vuelta al
Mundo y se hayan editado múltiples guías en diversos idiomas; y que hoy sea
hollada por corazones venidos de todos los rincones del planeta, sean como
peregrinos a Santiago de Compostela, con fines deportivos, o para conocer la
maravilla cultural y natural que se esconde en sus sendas. Sobre todo, hemos
conseguido que la Vía e la Plata esté en la lista del Ministerio de Cultural
para ser declarada por la
UNESCO: “PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD”.
Pero con la
intención de arreglar un gran entuerto que está causando errores de
interpretación histórica, incluso rayando el insulto a los que defendemos una
amplitud de miras sobre este camino (acusándonos de que estamos: “falsificando
la Historia”); este artículo que os presento pretende aproximarnos a la
verdadera realidad histórico-geográfica de este camino.
Y es que perfilar
los extremos geográficos de la Vía de la Plata no es tan fácil, hay que
profundizar tanto en su dilatada Historia, como en el origen etimológico de su nombre
y fenómeno territorial del mismo. De una forma metafórica-poética podríamos
decir que este camino es como un gran árbol, con sus raíces y ramas, que ha
conformado la ordenación territorial de gran parte del occidente peninsular,
además de haber contribuido decisivamente en la Historia española, europea y
universal. Al respecto, la visión que algunos (con buena fe) tienen de este
camino, es parcial; volviendo a la metáfora anterior: es como ver sólo la mitad
superior del tronco, y sin ramas, mientras que la otra mitad inferior la
ignoran, sin tener en cuenta que precisamente esta mitad inferior, y su copa,
es la que le da vida y significado, y sustenta a la otra mitad.
Haré aquí
una breve reflexión sobre algunos aspectos que debemos considerar a la hora de
tener una visión más integral y acertada de este fenómeno viario. Hay que
advertir que su nombre no es más que una expresión moderna de una realidad
milenaria. Intentaré resumir, aún así va a quedar larga mi argumentación que es
necesaria para fundamentar mejor mi exposición. Pido disculpas.
CAPÍTULO I
FACTORES QUE DIERON LUGAR A ESTE CAMINO.
Este
histórico eje de comunicación Sur-Norte/Norte-Sur, que vertebra todo el
occidente peninsular, fue fruto básicamente de dos factores:
1º)-NECESIDADES HUMANAS: Los cambios
estacionales dieron lugar a continuas migraciones de la fauna salvaje en busca
de pastos, debido a las nieves y a los estíos. Tras ella, y por razones
cinegéticas, los primitivos cazadores comenzaron a trazar los primeros senderos
a lo largo de todo el occidente peninsular. Después, con la revolución neolítica
y la domesticación de los animales, llega la trashumancia, aprovechando y
consolidando estos primitivos cauces. Todo esto ocurre desde las actuales zonas
atlánticas andaluzas hasta tierras leonesas y cornisa cantábrica. Por otro lado
en época prehistórica y protohistórica detectamos, en excavaciones
arqueológicas, un incipiente flujo comercial por este recorrido. Así, en la
“Edad del Bronce Orientalizante” (I milenio a.C.) y Edad del Hierro (s. V a.
C.), descubrimos, sorprendentemente, cómo una serie de elementos comerciales de
prestigio (cerámicas, marfiles, vidrios, bronces…) venidos del otro lado del
Mediterráneo (de Oriente Próximo, Egipto y Grecia) penetran, como una “cuña”,
en el interior de la
Península Ibérica casi exclusiva y sorprendentemente por este
corredor viario, desde la factoría fenicia de Cádiz hasta la zona leonesa. Por
otro lado se aprovecha este trazado con fines militares para la dominación del
territorio, básicamente desde el siglo III a.c. hasta hoy.
2º)- CONDICIONANTES FÍSICOS: Para poder
saciar todas estas necesidades humanas (cinegéticas-trashumantes, comerciales y
militares) este itinerario tiene que salvar barreras naturales que obstaculizan
perpendicularmente su recorrido; son los grandes ríos y sistemas montañosos
aquí existentes. Esto se realiza por lugares de obligado paso, como son los
vados y los puertos de montaña. Pero he aquí que lo que posibilitó que este itinerario
tuviera un “cuerpo” en toda su extensión, desde la zona gaditana a la leonesa,
fue la coincidencia aquí de esos pasos naturales obligados, posibilitando un
trazado histórico casi rectilíneo. Así tendríamos: la conjunción de varios
vados en el Guadalquivir, en el entorno de Sevilla; el Puerto del Viso, en
Sierra Morena, en Monasterio; el Vado del Guadiana, en Mérida; el Puerto de las
Herrerías, en la Sierra
de San Pedro, en Alcuéscar; el Vado de Alconétar, en el Tajo; el Puerto de los
Castaños, en Cañaveral; el Puerto de Béjar; el Vado del Tormes, en Salamanca;
el Vado del Duero, en Zamora; etc. Como ya veremos, en estos pasos estratégicos
es frecuente el asentamiento humano, que se confirma en el descubrimiento de
una concentración de restos arqueológicos; lugares de nacimiento de principales
ciudades históricas.
CAPÍTULO II
ROMA CONSOLIDA UN CAMINO.
1º)- CONQUISTA DEL TERRITORIO: La
conquista del territorio de la zona occidental de la Península Ibérica
se produce de Sur a Norte, desde la vega del Guadalquivir, aprovechando pasos
naturales de obligado tránsito (puertos de montaña y vados de los ríos), muchos
de los cuales se concentraban en este
antiguo trazado. Tenemos documentación de cómo, los cuarteles de Itálica
(Santiponce), Hispalis (Sevilla) y Córduva (Córdoba), son puntos de partida de
tropas romanas o recepción de razias indígenas, en las Guerras Lusitanas.
2º)- INFRAESTRUCTURA: EL PUENTE DE MÉRIDA:
Lo único que hacen los romanos fue consolidar un camino ya preexistente. Un
ejemplo de ello fueron sus puentes. Centrándonos en el Puente de Mérida sobre
el Río Guadiana, habría que decir que aquí existe un histórico vado. Las
informaciones arqueológicas de las que disponemos es que desde la prehistoria
hay una gran concentración de asentamientos en todas las épocas (incluso debajo
de su casco urbano); cosa lógica por la existencia de este paso natural. Donde
hubo un vado de este camino los romanos hacen este puente; y para controlar
este paso obligado del camino Augusto funda una ciudad (25 a.c.). Aunque hay
evidencias que con anterioridad, con César, pudo haber aquí un asentamiento
militar por su estratégica situación. Este Puente se encuentra al sur de Mérida
y se puede considerar el más largo de la antigüedad; fruto, en realidad, de dos
puentes romanos que aprovechaban aquí una isla intermedia. Todo esto es
significativo y tiene un gran valor a la hora de comprender la integridad y
realidad territorial Sur-Norte/Norte-Sur de esta calzada.
3º)- PLANIFICACIÓN VIARIA DEL TERRITORIO:
A lo largo de varios siglos de dominación romana este camino, pre- y
protohistórico, fue consolidándose por tramos con arreglo a las intenciones y posibilidades
militares-económico-administrativas en cada momento. Así pues la Provincia de Lusitania,
con capital en Augusta Emérita (Mérida), se dedica más inversión y dedicación a
este trazado, sobre todo cuando Emérita se encuentra en un extremo de la
provincia, casi limitando con la Provincia
Bética. Es por ello que vemos que los restos más evidentes
documentados de su trama pétrea van desde las Sierras de Los Santos de Maimona,
al Sur, que servían de límite de Lusitania con la Bética, hasta la zona de
Helmántica (Salamanca)-Ocelo Duri (Zamora), por donde se encontraba el límite
con la
Provincia Tarraconense, luego Gallecia. Estas
administraciones (Bética y Tarraconense) que limitaban al Sur y al Norte con
Lusitania le dedicaron menos atención a esta calzada.
A parte de
la infraestructura de su firme estaban los “miliarios”. Eran columnas pétreas
en donde se solían inscribir el emperador que ejecutó o reparó la obra, y la
distancia en millas correspondientes (del latín: “millia passuum” = mil pasos =
una milla romana = 1480
metros). Así pues Emérita Augusta, al ser capital de
Lusitania, fue el “kilómetro cero” de la planificación viaria-administrativa
dentro de su territorio lusitano. Considerando esto, y considerando también que
su ubicación geográfica era estar en un extremo, limitando casi con la Bética, la proliferación de
miliarios sobre nuestra calzada fue desde esta ciudad hasta el límite con la Tarraconense. Ello
explica la gran cantidad de “miliarios” entre Mérida y Salamanca. En el resto
de las administraciones de este camino fue mucho menor o casi nula.
Además de su
infraestructura viaria, y a lo largo de todo se recorrido y en todas sus
administraciones, se realizan una serie de “mansios”, lugares de parada y avituallamiento
en el viaje. Solían estar situadas a una jornada de camino (entre 20 a 35 kilómetros
aproximadamente).
En resumen,
donde la calzada está mejor conservada es entre Los Santos y Salamanca; en el
resto del trazado, hasta Astúrica Augusta (Astorga) o hasta Itálica (Santiponce)-Hispalis
(Sevilla), en sus tramos Norte y Sur, los restos de calzada y miliarios son más
pobres por las razones expuestas; tramos considerados como “vía terrenae”. Un
paralelismo lo podríamos encontrar en la actualidad: hasta hace poco, cuando
íbamos en coche por carretera, y al cambiar de provincia o región, el firme
estaba en peor o mejor estado. Eso no quería decir que fueran distintas
carreteras, sino que era la misma pero bajo distintas administraciones.
4º)- “ITINERARIO ANTONINO”: En esta
época no hubo un nombre específico para este trazado, que unía el Sur más
romanizado, de la Bética,
con el Norte. La evidencia documental más antigua que conocemos que hace
referencia al diseño de este trazado, data del s. III., conocido con el nombre:
“Itinerario Antonino”. Es una recopilación de itinerarios variados de todo el
Imperio, muchos de ellos van en zig-zag, y no responden a un itinerario
uniforme y lógico. Ello se debe, según los estudiosos, a que estos itinerarios
sueltos eran los recorridos que los administradores hacían para el cobro de la “annona”,
o impuesto, entre otras necesidades administrativas; y que fueron recopilados
para servir a estas funciones, y no como una guía para los caminantes.
Un ingeniero
español del siglo XIX, Eduardo Saavedra, cogió los itinerarios peninsulares de
este documento y los enumeró con arreglo a la redacción existente. Si cogemos
todos ellos y lo ponemos en un plano, nos sorprenderíamos al ver cómo coincide
con las evidencias arqueológicas del itinerario pre- y protohistórico que hemos
descrito. Es decir, la panificación territorial romana tradujo este camino
primitivo, sobre todo desde Gades (Cádiz) hasta Astúrica (Astorga), de forma
continua y casi rectilínea, y lo
consolidó, dotándole de infraestructuras: puentes; firme, más o menos atendido;
“mansios” o lugares de parada y avituallamiento; “miliarios”, para marcar las
distancias en millas en algunos de sus tramos; etc. En su primer tramo,
Gades-Hispalis, es más conocido por formar parte de la “Vía Augusta”, aunque
hay aquí algún topónimo: “plata”; como hito geográfico relacionado con la
calzada romana. Con la numeración de Saavedra su trazado prerromano se
correspondería a diversos tramos romanos de los recopilados por el Itinerario
de Antonino:
--VÍA N.º VII: Gades (Cádiz)-Hispalis (Sevilla). Prosiguiendo
después hasta finalizar en Corduva (Córdoba).
--VÍA N.º IX: Hispalis-Itálica (Santiponce).
--VÍA N.º XXIII: Itálica-Emérita (Mérida). Este itinerario arranca
en la desembocadura del Guadiana, dando un rodeo.
--VÍA N.º XXIV: Emérita-Ocelo Duri (Zamora). Este itinerario
finaliza después en Caesaraugusta (Zaragoza), dando por tanto otro rodeo.
--VÍA N.º XXVI: Ocelo Duri-Astúrica Augusta (Astorga).
Arranca en Astorga para dirigirse a Zaragoza.
Es decir, un
trazado primitivo prerromano se consolida, a lo largo del Imperio, en distintos
tramos de itinerarios administrativos romanos. Algo similar lo vemos por
ejemplo en la “Vía Augusta”, Cádiz-Roma, traduciéndose en el Itinerario
Antonino como la suma de varios tramos de distintos itinerarios reflejados en
este antiguo documento.
5º)- CONSIDERACIONES DE LA CALZADA AL SUR DE
MÉRIDA: Este tramo Sur se comenzó, al menos, con Augusto, en la misma época
que éste edificara (y no fundara) Mérida, e incluso tal vez antes: A)- Las últimas investigaciones y
evidencias documentales nos vienen a demostrar que Emérita ya existía como
“municipia” bajo Julio César por ser este enclave estratégico para cruzar el
río. Julio César anduvo por aquí en las Guerras Lusitanas; de él también
tenemos testimonios en los epítetos “Iulia” de varias ciudades indígenas
próximas a Mérida, sobre todo al Sur de esta ciudad. Una de ellas, “Contributa
IULIA Ugultuniacum” (en el término municipal de Medina de las Torres, a unos 70 kilómetros al
Sur), es “mansio” de nuestra calzada. Y B)-
El mismo puente romano del río Guadiana, al Sur de Mérida, es de época de
Augusto, que tiene continuidad en la calzada romana que aún se conserva.
Posteriormente, y al igual que ocurriera al Norte de Mérida, esta
calzada fue mejorada por otros emperadores. Así tenemos algunos miliarios, al
Norte de Itálica (Santiponce) en nuestra calzada; tres al menos de Adriano. Hay
que advertir que Itálica es anterior a Emérita, y que en Sierra Morena se
encontraba unas importantes canteras de mármol, apreciado material. Está
demostrado que estas canteras suministraban a esta ciudad, y a las de Hispalis
(Sevilla) y Emérita (Mérida), por lo que para ello había la necesidad de una
calzada para su trasporte. Además, estas canteras se encuentran en la actual
población de Almadén DE LA PLATA, en donde se viene situando “Mos Mariorum”, la
“mansio” de la calzada que cita el Itinerario Antonino entre Itálica y Emérita.
Las
evidencias arqueológicas de la calzada entre Emérita Augusta (Mérida) e Itálica
(Santiponce)-Hispalis (Sevilla) son varias. Las investigaciones modernas han
descubierto algunos tramos de su trazado, siendo excavada y prospectada en
varios kilómetros.
En
conclusión: tanto la construcción de esta calzada al Sur y al Norte de Mérida
son de épocas similares, y no podríamos considerar que el tramo Sur fuera
estrictamente posterior, si no fruto de una evolución a lo largo de los siglos
de dominio romano que administrativamente se centró en parte de su trama Norte,
Emérita Augusta (Mérida)-Helmántica (Salamanca).
6º)- UNA CALZADA COMO UNIÓN ENTRE CAPITALES
ADMISNISTRATIVAS: Otra de las características de esta calzada era que unía
las cabeceras de distintas administraciones: básicamente Emérita-Hispalis y Emérita-Astorga
(y no sólo exclusivamente de este último tramo); de ahí la importancia global
de este camino, ya que posibilitaba la planificación del territorio de casi
todo el occidente peninsular en uno de los extremos del Imperio.
CAPÍTULO III
USO HISTÓRICO DE SU TRAZADO DE FORMA UNITARIA.
1º)- CAMINO DE EJÉRCITOS Y REYES: Esta
calzada, que fue la consolidación paulatina en época romana de un trazado pre-
y protohistórico, siguió siendo utilizada por culturas posteriores dado que su
infraestructura era estratégica (lugares de obligado paso, infraestructuras,
etc.) con fines militares y comerciales. Por ejemplo, tenemos un documento del
siglo VII d. c. conocido bajo el nombre: “Anónimo de Rávena”; en donde se
enumeran las mansiones o paradas de los diversos tramos de todo su recorrido,
añadiendo algunas poblaciones más a las del Itinerario Antonino. En época goda,
prácticamente desde todo el Norte hasta todo el Sur peninsular, sirvió como
itinerario para las tropas de varios reyes: Gunderico, Requila, Teodorico II,
Ágila…; siendo el puente romano de Mérida un paso clave. En época musulmana
nuestra calzada sirvió como un gran instrumento militar Sur-Norte para las
primeras tropas de Muza, en el 712, posibilitando su fulgurante conquista desde
las actuales tierras gaditanas y por Sevilla hasta Mérida (fue la primera
calzada que pisaron); siendo en este periodo utilizada por innumerables
campañas intestinas, correrías y desplazamientos. En los primeros momentos de
la conquista cristiana la anduvieron reyes como Alfonso IX y X, Sancho IV…; y,
después, por los propios Fernando el Católico y Carlos V. De todos estos reyes
tenemos documentación de su paso desde Cáceres-Mérida hasta Sevilla-Cádiz,
siguiendo la calzada, es decir: era utilizada de forma unitaria desde el Norte
de Mérida y hasta el Sur, y viceversa.
2º)- CAMINO DE CAMINOS: Este camino
romano fue aprovechado posteriormente, en algunos de sus tramos, por principales
“Cañadas Reales” para la trashumancia, herencia de un uso prehistórico. También
fue camino de diversas peregrinaciones (Santa Eulalia de Mérida, Santa María de
Tentudía, Virgen de Guadalupe…), siendo más conocido como “Camino Mozárabe de
Santiago” por los cristianos residentes en territorio musulmán, que
aprovechaban su infraestructura viaria hacia el Norte. Pero los peregrinos o viajeros de la época no siempre utilizaron el
trazado romano, ya que hubo ciudades de nueva creación que hicieron de polo de
atracción, saliendo de la calzada ramales medievales. Así tendríamos como por
ejemplo a las poblaciones de Zafra, Plasencia, Béjar, Guijuelo… que luego se
convirtieron en carreteras.
Como un río que cambia de
cauce sigue siendo el mismo río, la evolución y la modernización su trazado
primigenio da lugar a nuevos trazados y tipologías: Carretera Nacional 630,
Ferrocarril, Autovía-66; todas hijas del trazado romano y a su vez de un camino
primitivo. Es decir, en cada época se fosilizó un trazado, cada uno con su
valor histórico. Así se ha creado un corredor geográfico-viario que se ha
venido en denominar: “Ruta de la Plata”; nombre moderno que intenta reflejar un
eje de comunicación secular.
CAPÍTULO IV
ORIGEN Y EXTENSIÓN DEL NOMBRE DE ESTE CAMINO.
1º)- NINGÚN NOMBRE, PERO SÍ UN MISMO
TRAZADO: En resumen, como ya hemos dicho, en época romana toda la extensión
de este camino no tiene ningún nombre (que sepamos), pero su traza y su reflejo
en el Itinerario Antonino (con multitud de “mansios” o paradas en todo su
recorrido) se nos representa ante nuestros ojos como un cuerpo íntegro y casi
rectilíneo, básicamente desde Cádiz, pero sobre todo desde Sevilla hasta
Astorga, vertebrando todo el occidente peninsular y uniendo principales
ciudades administrativas romanas y medievales.
2º)- SOBRE EL TOPÓNIMO “PLATA”: Muy resumidamente
estas son las versiones sobre su procedencia: 1ª) del griego y del latín
“platus” (ancho, llano, avenida principal); 2ª) de la expresión latina tardía
“delapidata” (empedrada); y 3ª) del árabe “al-balath” (pavimento) o de “balata”
(camino enlosado, empedrado o importante), en donde su primera sílaba (ba-lata)
se pronuncia de una forma cerrada, con “a” muda, parecida a la “p”,
evolucionando al castellano en el medievo como “(p)lata”.
Por mi parte
propongo una solución intermedia: la expansión musulmana se encontró con una
magnífica y estratégica red viaria romana. Hubo entonces un “latinismo”, un
préstamo idiomático del latín al árabe, y después al castellano. En resumen:
“platus” (o “delapidata”) = “b(a)lata” = “plata” (ver Bibliografía: MUÑOZ
HIDALGO-2009).
Los
testimonios de “balata”, “albalat”, “albaladejo”… en la zona central y
meridional de la Península Ibérica,
son frecuentes verlos relacionados con itinerarios históricos, importantes o
calzadas romanas. También hay testimonios en el norte de África y Palestina.
Del mismo
modo “de la Plata” es frecuente encontrarla en otros puntos del territorio
hispano, básicamente en su mitad sur, asociándose a viejos o importantes caminos
(no obligatoriamente empedrados); siendo el eje occidental S.-N./N-S, desde el
Estrecho gaditano hasta la zona leonesa, en donde mejor se ha conservado en
toda su extensión geográfica; sobre todo desde Sevilla hasta Salamanca de forma
continuada, sin cortes, como “Camino de la Plata”. Al Sur de Mérida lo
encontramos, por ejemplo, en Los Santos de Maimona, como “Puerto de la Plata”. Como “Camino de la Plata” lo vemos prolongarse en
lo que fuera ya tierras de la
Bética, por los términos municipales de Zafra, Medina de las
Torres, Calzadilla de los Barros, Fuente de Cantos, Monesterio, Real de la Jara, Almadén “de la Plata”,
Castilblanco de los Arroyos, Alcalá del Río y hasta llegar a Sevilla. También al
Sur de la ciudad hispalense, y en tierras gaditanas, el topónimo “plata” lo
encontramos en hitos geográficos ligados a la calzada, más conocida en este
tramo como “Vía Augusta”.
Precisamente
el testimonio más antiguo que tenemos documentado como “Camino de la Plata”,
data del siglo XIV, de 1.370 (Archivo Municipal de Sevilla), en referencia a su
paso por Sierra Morena. También en este mismo entorno tenemos una pista
evidente, el nombre de la actual población de Almadén “de la Plata”, en cuyo
término se viene situando una de las paradas de nuestra calzada, citadas por el
Itinerario Antonino: “Mons Mariorum”; y en donde existen canteras de mármol
romanas que utilizaron esta calzada para suministrar su producción a Emérita
(Mérida), Itálica (Santiponce) e Hispalis (Sevilla).
Por tanto,
“Camino de la Plata” no es más que el nombre meramente circunstancial y
popular, surgido en el medievo, pero que expresa una unidad y realidad viaria e
histórica que ha vertebrado todo el occidente peninsular, y que ha servido de
instrumento en importantes acontecimientos; nombre que conocemos aquí desde, al
menos, mediados del siglo XIV.
Con el
tiempo, en el Renacimiento español, cuando se vuelve la mirada por el gusto de
la cultura clásica, y sobre todo a partir del siglo XVI, es cuando este nombre se
comienza a denominar de forma “culta” en
ciertos círculos académicos, como: “Vía de la Plata”; ya que “vía” es palabra
latina y quedaba mejor para nombrar a una calzada romana o a este importante
camino histórico. Como “camino” se ha seguido utilizando hasta nuestros días,
manteniéndose aún vivo en la conciencia colectiva en las zonas rurales, sobre
todo en la gente mayor, como lo he constatado en mis trabajos de campo; y tanto
al Norte como al Sur de Mérida.
CAPÍTULO V
ORIGEN DEL ENTUERTO MÉRIDA-ASTORGA.
1º)-
“ITER AB EMERITA ASTURICAM. EL CAMINO DE LA PLATA”: Aunque en latín, no es
más que el moderno y arbitrario título de una tesis doctoral de 1971, del
ilustre Profesor D. Roldán Hervás. Gran trabajo de investigación, su
importancia radica en la recopilación de múltiples estudios locales o generales
sobre algún especto de esta calzada. Aunque en algunos aspectos ha quedado
desfasado, es obra importantísima y de obligada consulta. Pero habría que
considerar dos cuestiones que ha dado lugar a un error de interpretación y
posterior embrollo en círculos académicos y sociales:
A)-El problema viene cuando, en esta
obra, nuestro camino lo hace arrancar en Mérida en base, por un lado, a algún
antiguo autor, como Antonio de Nebrija, que habla de esta calzada entre Mérida
y Salamanca y sus miliarios; y, por otro, al origen del cómputo de la
numeración de los mismos desde la ciudad emeritense. Pero hagamos una
reflexión: lógico era que, siendo Emérita Augusta la capital de Lusitania, aquí
estuviera la milla “cero” para diversos trazados que desde aquí se ordenaban
para el resto de su territorio provincial. Pero eso no quiere decir que Mérida
fuera “arranque” del Camino de la Plata (ya hemos demostrado que fue
“consecuencia” de un trazado que aquí aprovechaba un vado, luego puente, y una
ciudad para su control), sino que al ser el núcleo político-administrativo, las
millas se contaban desde aquí. Por otro lado, al Norte de Itálica (Santiponce)
se han encontrado miliarios pertenecientes a esta calzada. También tenemos
algunas noticias al sur de Mérida.
B)- Por otro lado hay que advertir una
inadvertida incongruencia en la importante obra de Roldán Hervás: identifica
como “Camino de la Plata” a la calzada que unía Emérita y Astúrica, pero reconociendo
en sus páginas que tal topónimo, como identificador de la vía romana que él
propone, se desconoce al Norte de Salamanca (aunque sí se conoce como camino
pecuario-trashumante existente en su entorno hasta la zona leonesa); del mismo
modo reconoce casi la inexistencia de miliarios y restos de calzada al Norte de
esta ciudad. Al mismo tiempo, no menciona, o no quiere reconocer, las
mansiones, restos y testimonios de calzada y el topónimo “de la Plata”
existentes hasta Hispalis (Sevilla), básicamente. Esta incongruencia echa por
tierra el propio titulo “ab Emerita Asturicam” de esta obra como identificación
exclusiva al “Camino” o “Vía de la Plata”.
2º)- LA “BOLA DE NIEVE” DE UNA
INTERPRETACIÓN ARBITRARIA: Desde la publicación de su Tesis, en 1971, tanto
los investigadores y escritores posteriores, sin advertir tales incongruencias
y sin tener conocimiento de la documentación aquí presentada, repitieron este
mismo error de enfoque que daba una imagen parcial (Mérida-Astorga), cosa que
ha sentado cátedra hasta tal punto que en prestigiosas obras de Historia y
modernos vehículos de información de Internet (Wikipedia, Instituto Cervantes,
etc.) repiten lo mismo; sin que se diga nada de que, por ejemplo, el más
antiguo testimonio documental que se menciona el topónimo “Camino de la Plata”,
hace referencia al tramo Sevilla-Mérida; etc.
3º)- DISPUTAS ESTÉRILES ENTRE “VÍA” Y “RUTA”:
Actualmente este farragoso entuerto ha dado lugar a serias disputas entre
asociaciones, también políticas entre ayuntamientos y organismos. Así vemos
cómo, con miras a la rentabilización del Patrimonio Cultural y Natural de este
histórico corredor viario, se crea la “Red de Cooperación de Ciudades en la Ruta de la Plata”. La
conforman algunas ciudades directamente relacionadas con el trazado real que
aquí hemos documentado, y otras próximas al trazado romano o indirectamente
relacionadas pertenecientes a otros ramales históricos vinculados con la Vía de
la Plata. El
cuerpo fundamental de esta asociación es el eje de la Carretera Nacional-630
Gijón-Sevilla.
Así se
suman las ciudades existentes en el histórico camino que va desde Benavente,
enclave de nuestra calzada, hasta León, Oviedo y Gijón por el Puerto de Pajares (ver bibliografía RABANAL ALONSO, M. A.),
que es un ramal secundario, prerromano y romano, de la básica Sevilla-Astorga. Este
camino tuvo una estrecha ligazón histórica con el eje de comunicación que aquí
estudiamos, del mismo modo que varios caminos pecuarios procedentes de los
valles asturianos que alimentaban el tráfico ganadero trashumante hasta Astorga
y León, y desde aquí hacia tierras extremeñas y andaluzas; como serian, entre
otras, la “Cañada Real de la Plata” o “de la Vizana”, o la “Leonesa Occidental”. De este caldo
de cultivo surgieron modernas infraestructuras, como la Carretera Nacional-630
Gijón-Sevilla, que ha articulado todo el occidente español, resultado de una
evolución histórica que no ha de ser desdeñada ya que es expresión de una
realidad geográfica-viaria secular.
Pero aquí ocurre un problema, que hay
ciudades y pequeñas poblaciones por donde pasa nuestra calzada romana que no
están en esta “red de cooperación”. Al sentirse discriminadas denuncian, con
buena fe, pero de forma errónea, la “falsificación de la Historia” por parte de
la “Red de Ciudades” (que no buscan más que la puesta en valor del gran
potencial turístico que tiene el Patrimonio Cultural y Natural existente en
este corredor geográfico, como oportunidad para el desarrollo). Pero estos
pueblos en vez de reclamar adherirse, reivindicando sus legítimos derechos,
como es lógico y con razón, crean la “Asociación de Pueblos en Defensa de la
Vía de la Plata”, y comienza la bronca…
El problema se
agrava cuando utilizan la tesis de Roldán Hervás como fundamento, el trazado
Mérida-Astorga, con todo lo que ello conlleva de arbitraria interpretación
parcial de la amplitud real y protagonismo histórico de este camino (una
visión, digamos, “reduccionista”); y con una falta de miras de las grandes
posibilidades que ofrece el Patrimonio que contiene este histórico corredor
geográfico-viario con miras a su desarrollo socioeconómico conjunto.
Por otro
lado, aquí ocurre una contradicción por parte de la asociación de “Pueblos”,
mientras alzan la voz sobre cierto “purismo histórico”, se ignora o se olvida,
o no se quiere reconocer, las evidencias documentales y materiales
anteriormente expuestas, y la trascendencia histórica a lo largo de todo su
recorrido. Personalmente estoy con toda asociación que defienda este camino,
como es la de “Pueblos”, por lo que aplaudo su gran labor y esfuerzo, que me
causa admiración; pero con lo que no estoy de acuerdo es en que me corten este
camino en Mérida, y que tengan una visión más bien “localista” al no considerar
su corredor geográfico que, a mi parecer, sería enriquecedor para todos y para
ellos mismos. Y esto no es una “invención interesada”, ya que su trazado
también tuvo una proyección histórica en el territorio circundante; y que a su
vez, de forma recíproca, alimentó a este “camino” o “vía”.
CAPÍTULO VI
¿DE QUÉ CAMINO HABLAMOS?
Las dos
“piedras angulares” de toda esta discusión son:
A)- El “arranque” y “final” de la CALZADA. Teniendo
en cuenta que en realidad no hay un arranque y un final exacto pues en ningún
sitio está escrito, sí podemos hablar de que teniendo en cuenta el origen
evolutivo de su recorrido, los restos y evidencias existentes, la época de
construcción, el cúmulo de intenciones y usos… básicamente su trazado sería Hispalis
(Sevilla)-Astúrica (Astorga), que fue la traducción romana de un antiguo camino
pre- y protohistórico. Por otro lado había prolongaciones por el Norte hasta
Lugo y La Coruña
desde Astorga; León, Oviedo y Gijón desde Benavente; y por el Sur, hasta Cádiz.
B)- El “rompecabezas” del NOMBRE. Es
precisamente en este punto, en su extensión territorial en donde se documenta,
e interpretaciones según los autores… en donde está también montado el equívoco
a la hora de su definición. Intentaremos dar luz al tema, veamos:
1º)- CAMINO DE LA PLATA. Habría que reflexionar sobre una evidencia (que no
interpretación) que la mayor parte de la literatura científica no ha
considerado o se niega a considerar: que como calzada o itinerario romano,
estrechamente ligado al topónimo “Camino de la Plata”, y según las fuentes
documentales de los siglos XIV, XV y XVI, la encontramos de forma continuada, ¡sin
cortes!, desde Sevilla hasta Salamanca. Desde ésta última y hasta la zona de
Astorga se conserva como cañada ganadera: la Cañada Real “de la
Plata” o “de la Vizana”,
tramo en donde no hay casi evidencias de calzada pétrea; esto no quiere decir
que este itinerario romano no existiera, sino que sería una “via terrenae” (o
de inferior construcción, o que tal vez iría algo al este de Zamora, por Alba
de Villalazán). Por otro lado la denominación “Vía” es posterior a “Camino”, y
fue una forma culta o académica de llamar a esta calzada. Teniendo en cuenta
todo esto, ¿es justo que llamemos “Vía de la Plata” al tramo Salamanca-Astorga
(cuando no existe esa estrecha ligazón) como nos confundió Roldán Hervás en su
gran obra “Iter ab Emerita Asturicam. El Camino de la Plata”; mientras que nos
negamos a llamarla así al tramo Sevilla-Mérida (cuando sí está documentado con este
mismo nombre)?...
2º)- CAMINO MOZÁRABE DE SANTIAGO. Este
nombre es relativamente moderno. “Mozárabe” es el nombre que se le daba a los
cristianos que convivían en territorio musulmán, y proviene de la voz “musta´arabib” = arabizado. Existieron
grandes comunidades mozárabes en el Sur peninsular, las más importantes fueron
las de Sevilla, Mérida y Córdoba. Hay constancia documental de que en los
primeros siglos (IX, X y XI), tras el supuesto descubrimiento del sepulcro del
Apóstol, eran más los que iban en peregrinación a Santiago de Compostela desde
el Sur, de “tierra de moros”. Como es lógico aprovecharon las principales vías
de comunicación de la época: el conocido como “Camino de la Plata” y la calzada
que desde Córdoba se dirigía a Mérida. En relación a nuestra calzada tenemos,
en 1622, el testimonio de Gonzalo de Illescas que narra el traslado de las
reliquias de San Isidoro de Sevilla en 1.063, y que dice así: “... llevándole a León, por el muy antiguo
camino romano, hoy de peregrinos...”. Aún así, hubo ciudades nacidas de
nueva planta en el medievo que crecieron al lado de este trazado, haciendo de
polo de atracción, dando lugar a trazados medievales nuevos, algunos
reconvertidos en la
Carretera Nacional 630-Ruta de la Plata. Hoy este camino jacobeo
las asociaciones lo hemos señalizado desde Sevilla hasta Astorga, teniendo como
guión, y en lo posible, el trazado de esta calzada. También hemos señalizado
desde Granja de Moreruela, al Norte de Zamora, en donde, como alternativa de
abandonaba la calzada para dirigirse hasta Sanabria, Orense, Santiago;
siguiendo también otro histórico camino. Del mismo modo se han señalizado otros
ramales: Huelva-Zafra y Málaga-Granada-Córdoba-Mérida por otros históricos
itinerarios; las raíces que mencionábamos en la metáfora del árbol de este
escrito.
3º)- RUTA DE LA PLATA. “Ruta” es un
préstamo del francés que comenzó a utilizarse aquí en los años sesenta con el
“Tren Ruta de la Plata” y creo que al poco con la “Carretera Nacional 630 Gijón-Sevilla
Ruta de la Plata”. Sin coincidir estrictamente con la calzada, estas modernas
infraestructuras de hierro y asfalto son también un hecho histórico a tener en
cuenta, ya que también se basan en el trazado de caminos medievales y reales,
que fueron luego consolidados entre los siglos XVIII al XX. Por tanto, Tren y Carretera aquí existentes fueron una
herencia de la calzada romana; del mismo modo que la calzada lo fue de un
camino primitivo. Habría que considerar también que esta carretera, en su arranque
Norte, es reflejo de un trazado, aunque secundario, igualmente histórico, de
origen indígena, romano y medieval. Todo ello ha dado como resultado a un
fenómeno viario que no tendríamos que desprestigiar ni excluir pues, como
fenómeno histórico-evolutivo, es hoy una realidad que vertebra territorialmente
el occidente peninsular. Además de este trazado habría que considerar su continuación
hasta la fenicia y romana Gades (Cádiz) al Sur, por la “Vía Augusta”; recordemos
que de Cádiz a Sevilla existe calzada y el topónimo “plata”. En conclusión como
“Ruta de la Plata” podríamos denominar al corredor geográfico
Cádiz-Sevilla-Astorga-Gijón, aglutinando aquí a un histórico eje viario y sus
diversas manifestaciones (calzada, camino, cañadas, carretera, ferrocarril y
autovía), cuya concentración de hermanados trazados es sorprendente y casi
único en Europa. Todo ello ha sido el fruto de una común evolución y de avatares
históricos que ha esculpido un mismo cauce con distintas corrientes; mas, todas
con su valor histórico, sin exceptuar ninguna, ya que este eje de comunicación
es la suma de todos estos caudales, lo que ha dado y seguirá dando vida a este
itinerario. En conclusión: la denominación “Ruta de la Plata” condensaría una visión
globalizadora e integradora. Esto no tiene por qué ir en contra de la
delimitación y la reivindicación de cada uno de esos trazados por separado,
como más arriba hemos visto; el error sería tener una visión sólo parcial y
excluyente de uno de ellos.
CAPÍTULO VII
LA
VÍA DE LA PLATA UN CAMINO PARA
NUESTRO DESARROLLO.
1º)- SOLUCIÓN INTEGRADORA:
A)- Por un lado hay que tener una
visión no parcial de la Vía de la Plata (Mérida como “arranque” del camino),
sino en su totalidad, como la documentación lo constata (Mérida como
“consecuencia” del paso del camino).
B)- Por otro, sería el reconocimiento
precisamente de la Historia a la que se hace referencia, y de tener una visión
integradora teniendo el concepto de “corredor geográfico”, en donde se consideren,
sin exclusiones, todos sus trazados conjuntamente, y que aquí coinciden, se
abrazan y se interrelacionan (Calzada Romana, Camino Mozárabe de Santiago,
Cañadas Reales, Carretera Nacional-630, Ferrocarril y Autovía-66). Esto hay que
hacerlo distinguiendo sus diferencias de trazados pero, también, sus
coincidencias, dentro de un mismo paisaje y entorno, ya que todos estos
trazados son el fruto de una misma evolución histórica; un mismo río que se
alimenta de varios caudales y que ha esculpido un mismo cauce. En conclusión,
tener la visión de un “cuerpo integral”.
2º)- POSIBILIDADES DE FUTURO: En
relación a todo ello tener conciencia de la gran trascendencia de este “itinerario
cultural” (Calzada Romana, Camino de Civilizaciones, Camino de Santiago, etc.);
sin olvidarnos también como “itinerario natural”, en donde se abrazan entornos
medioambientales de gran importancia, siendo este corredor geográfico
reconocido como la “reserva natural de Europa”. Toda esta suma nos serviría
para hacer que la Vía de la Plata, en ese concepto de “paisaje cultural”, sea
reconocida como “ITINERARIO CULTURAL EUROPEO” y como “PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD” (advertir que
está en la lista del Ministerio de Cultura para esta última declaración). Y
puesto que este camino es el resultado de un “crisol” de civilizaciones, es una
gran oportunidad para el encuentro y el diálogo de culturas: un “Camino para la
Paz”.
CONCLUSIONES.
1ª)- Por un lado el “Camino” o “Vía de
la Plata” comprendería SEVILLA-ASTORGA, por lo que es una realidad más amplia
de la que algunos pretenden; es decir, Mérida no es “arranque” sino
“consecuencia” de un mismo camino y calzada Sur-Norte/Norte-Sur. Si no, ¿por
qué ubicar esta ciudad aquí para el control de su magnífico puente romano sobre
el Río Guadiana, que se construyó para consolidar un primitivo camino que
aprovechaba aquí un antiguo e histórico vado? O, repitiendo una
pregunta-reflexión que hicimos anteriormente, ¿por qué tenemos que llamar
“Camino de la Plata” al tramo Salamanca-Astorga (que como tal no está
documentado), en cambio no podemos llamarlo así a su continuidad hacia el Sur:
Mérida-Sevilla (que sí está documentado como tal desde el siglo XIV, siendo
además este tramo el más antiguo datado con este nombre)?...
2ª)- Por otro, la denominación “Ruta de
la Plata” comprendería CÁDIZ-GIJÓN, y sería una buena fórmula para condensar la
suma integral de los distintos trazados físicos aquí hermanados en un mismo
corredor geográfico-viario (camino primitivo, calzada, vía pecuaria, camino de
Santiago, carretera, ferrocarril y autovía), fruto de una serie de necesidades
y realidades en cada época; es decir, surgida de una evolución histórica.
3ª)- La puesta en valor de los grandes
y singulares atractivos del Patrimonio Cultural y Natural de este corredor
viario es una gran oportunidad para el “desarrollo sostenible” de los pueblos y
comunidades que lo jalonan. Para ello es necesario una previa visión
globalizadora que nos ofrece aquí la Historia, no inventada.
POSTRE POÉTICO.
Para terminar
todo esto, volvamos a aquella metáfora con la que iniciamos este escrito. Os
brindo una poesía de mi cosecha del libro: “Del Hombre y sus Ruinas. Un viaje
poético, de mar a mar, por la Vía de la Plata”. Espero que os anime a apreciar
los múltiples aromas y trinos que nos ofrece este ancestral y fértil árbol:
DE UNA UNIVERSIDAD
ABIERTA
Y DE LAS HUMILDES
ENSEÑANZAS QUE ESCONDE
EN SUS PAISJES Y EN
SUS PIEDRAS
(A la Vía de la
Plata, en un iniciático viaje
desde las “Columnas” a
la “Torre” de Hércules)
Eres un camino viejo y fecundo,
como un gran árbol
con raíces y ramas;
un sabio jardín de
encinas, retamas…
un rico hogar del
pobre vagabundo.
Sacias tu sed en mares andaluces,
subes tu savia por
tronco extremeño,
castilla y león
multiplica tu sueño,
y al galaico, astur,
cántabro… seduces.
De hondos océanos a copas al viento,
viajan -hermanos-
hombre y cigüeñas…
¡cuánta piedra entre
silencio y espliego!
Hoy ando tu dormido pavimento,
reflejos de plata en
valles y peñas…
-de mar a mar en tus
sueños navego-.
Diego Muñoz Hidalgo
(Historiador y Escritor)
Amigos de la Vía de la Plata-Camino de
Santiago
606-19 45 82
diegobeturiense@hotmail.com
www.viaplata.org
http://boards5.melodysoft.com/app?ID=viadelaplata
En Zafra (Badajoz), a 29 de Noviembre de 2009.
BIBLIOGRAFÍA
BÁSICA (por orden cronológico):
--HERNÁNDEZ GIMÉNEZ, FÉLIX: “El Itinerario de Mùsà, de
Algeciras a Mérida”. Al-Ándalus, Revista de las Escuelas de Estudios Árabes de
Madrid y Granada. Volumen XXVI. Págs. 43-143.
Madrid-Granada, 1961. (Ver las págs. 96-98, sobre el documento que hace
referencia al “Camino de la Plata” a su paso por Sierra Morena).
--ROLDÁN HERVÁS, Manuel.: “Iter ab Emérita Asturicam. El
Camino de la Plata”. Memorias del Seminario de Prehistoria y Arqueología,
Universidad de Salamanca, Facultad de Filosofía y Letras. Salamanca, 1971
--SILLIERES. Pierre:
1982: “Centuriatio et voie
romaine au sud de Mérida: contribution a la delimitation de la Betique et de la Lusitenie”.
Melanges de ls Casa de Velásquez. T. XVII/1, págs..437-448
1990: “Voies Romaines et Limites de
provices et de cités en Lusittainie”. Villes de Lusitanie Romaine. París.
1990: “Les voies de communicatio de
l´Hispaine meridionales”. París
--RABANAL ALONSO, Manuel Abilio:
“La Vía de la Plata en León y la Vía de león a Asturias: de calzadas romanas a
camino de peregrinación a Santiago”.
--RODRÍGUEZ DÍAZ, Alonso: “Arqueología
de Tierra de Barros”. Zafra, 1986
--MUÑOZ HIDALGO, D.:
“Aportaciones al conocimiento de la Prehistoria, Historia Antigua y Medieval de la Comarca de Zafra”, Actas del Congreso Conmemorativo del VI
Centenario del Señorío de Feria (1394-1994), Zafra, 1994
--MUÑOZ HIDALGO, D.: “Del Hombre y sus Ruinas. Un viaje
poético, de mar a mar, por la Vía de la Plata”. Zafra, 1994.
--VVAA.:“Guía del Camino Mozárabe de Santiago. Vía de la
Plata”. Varios autores (del que Diego Muñoz Hidalgo es coautor). Sevilla, 2001.
(De aquí se ha extraído gran parte de este artículo).
--MUÑOZ HIDALGO, D.: “Los Santos de Maimona: cruce de
caminos y viajeros”. Los Santos de Maimona en la Historia. Congreso
celebrado en Noviembre de 2008. Los Santos de Maimona, 2009. (Aquí se presenta
nueva teoría sobre el topónimo “plata”).