por slow Miér 04 Dic 2013, 6:54 pm
El centro es tan bueno como el extremo
Un viaje de invierno
Etapa 4
Canet D’En Berenguer-E Toro
El pasado (4)
No hace tantos años, fue en el 2011, me propuse cruzar España, de norte a sur, subiendo hasta la provincia de Burgos me dejaba “caer” hasta Cadiz, era el inicio de una dualidad que denominé las Transibéricas...
En aquella época sabía, como ahora se, que es lo que me gustaría hacer con la bici en el futuro, en algunas ocasiones prefería no hablar de ello, en otras no me importaba dar pistas sin explicitar de que se trataba el viaje que tenía en mente…
Si duro fue el viaje de ese verano, más duro fue comprobar la calidad de la decencia de las personas… la decencia de las personas se mide, en mi opinión, en la necesidad de comprobar, de preguntar, de averiguar antes que navajear o tender trampas.
A mí, en su momento no me importó hacer más de mil km por tan solo explicar, mirar a los ojos, intentar convencer. El resultado de todo ello no fue, si se quiere, satisfactorio –no lo podía ser- pero acaso no es innegable que por lo menos existió ese esfuerzo?
Lo contrario de la decencia a la que me refiero es una posición clara: es mejor disparar y ni tan solo preguntar.
El año acababa con el mejor de los viajes de invierno. Un siempre recordado viaje por Galicia me despedía de aquel año.
Una barbaridad de viaje en el que perseguía faros, los cazaba con una sonrisa enorme al tiempo que mi cámara de fotos hacía su trabajo. El mar, el océano, el viento, la lluvia… en plenitud, recuerdo algo que escribí, lo tengo por algún lugar de mi ordenador. Lo buscaré y en algún momento lo compartiré.
Hoy he subido por el terreno conocido del verano pasado he visto pueblos, lugares que me son conocidos, que me enseñan lo obvio, y pensaba: esto no tiene mucho que ver con los días luminosos y calurosos del estío, los nombres me retrotraen a aquellas vivencias, las palmeras son señas de identidad de esta tierra que sabe y huele a música… he pasado algo perdido por un recoveco de una calle en la que se oye en la lejanía un sonido apagado.
Parece un violín…
La curiosidad ha hecho que me quite el casco y las gafas en un gesto que pretendía agudizar los sentidos y oír de una manera más nítida los compases de una pieza que intento descifrar.
Los acordes de la música son como el alma de las personas, se sabe, se presiente, se escucha, te produce emociones que en determinados momentos te trasladan a otras vivencias, a otros lugares, a escenas de tu vida pasada.
Y me lo he preguntado: Hay quien ha podido olvidar aquella escena en la que aquella prostituta al sentir la belleza de una ópera no puede evitar que se le caiga una lagrima que recorre su cara?
Tan solo es algo más de dos minutos y medio…
https://www.youtube.com/watch?v=kt_-pDC6Tlc
con una frase final que intenta quitar la emotividad del momento al tiempo que busca arrancar una falsa sonrisa.
a eso también me refiero con la indecencia, al final nada importa, podemos, en cualquier caso, sonreír.
La via verde pasa por la cercanía de multiples pueblos, en jerica he intentado coincidir sin conseguirlo, más adelante, en Viver sigo flechas amarillas que marcan un camino de Santiago, ese Camino no está marcado en ocasiones para bicis…
El Toro es una población pequeña situada a casi mil metros de altitud al pie de una montaña que sabe a pasado, si hoy ha sido duro mañana… lo será más.
Y así ha acabado otra etapa presidida por el pensamiento y la nostalgia del pasado 2011
Cena… en un tugurio del paseo maritimo… solo había ese abierto, en el hotel no daban cenas
Desayuno… aquí si que he podido desayunar en el hotel.
Desayuno dos… la huerta valenciana… dos mandarinas, tres palsantos… si, he pecado
Comida: En jerica restaurante Avenida
Alojamiento: Hostal Rural Abriles… magnifico.