Hola!,
buah!...estoy tan tan liado que no me ha dado tiempo a escribir más, y por precaución, pa'por'si...voy a indicar lo más importante del resto del camino que vi en los otros tres días por si sirviera de algo.
Día2
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Salí de Galisteo, por una carretera que parte de la parte oeste del pueblo hacia Carcaboso. El tramo de carretera, es de unos 10 kilómetros, estrecha y sin arcén, así que cuidado.
Una vez llegado a Carcaboso el camino, ahora si de tierra, y muuucho barro (si llueve), se adentra por unos parajes de cuento. Ahora con tantas lluvias se ha puesto todo precioso y la verea que hay que seguir apenas supera el medio metro. Es un camino muy silencioso, muy solitario, que divaga surcando la dehesa extremeña atravesando campos en los que es habitual encontrarse con animales paciendo tranquilamente los pastos. En el caso de las vacas, siempre te dicen que son mansas, que no hacen nada y tal...así y todo, mucho cuidado.
Si llueve, hay que tener mucho cuidado ya que es muy probable que nos encontremos con arroyos cruzando el camino. Algunas veces con ayuda para cruzarlos..otras no tanto.
Hay que poner atención a las flechas, en mi opinión, las indicaciones son escasas por estos lugares y pueden dar luegar a errores, equivocaciones y muchas dudas a la hora de seguir el camino correcto. De hecho, yo me confundí dos veces, una tuve que volver para atrás un par de kilómetros, la otra, gracias a la ayuda de un aldeano de la zona logré saltar una alambrada bastante espinosa. Así que mucho ojo a las indicaciones y mucho sentido común a la hora de elegir la senda correcta.
Con el paso de los kilómetros nos encontramos el arco de Caparra, un monumento romano en medio de la nada hoy día, pero que antaño fue el cruce de una ciudad romana en la cual, ahí mismo, se está llevando a cabo una gran investigación arqueológica. Dicho arco es el que aparece en los cubos de señalización del camino.
Después de pasar por Caparra, seguimos más kilómetros en los que hay que poner especial atención nuevamente a las indicaciones y sobre todo al camino, porque puede estar en muy mal estado...y poco después, el final de la segunda etapa..Baños de Montemayor, último pueblo de Extremadura al norte.
Día 3
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Salgo de Extremadura y me dirijo a Salamanca. El día aparece muy lluvioso y frío. En una gasolinera me informan que el camino nuevamente está bastante malo así que opto por ir por la N-630. En algún momento al comienzo del día pierdo el casco..ups!..si si, no se ni dónde ni como...así que al llegar a Béjar he de buscar una tienda de bicis y comprarme otro nuevo..
Superado el trance, bajo el puerto de Béjar y llego a Guijuelo, aquí tenía pensado reincorporarme al Camino en Fuenterroble y así de paso visitar el famoso albergue de peregrinos de esta localidad, que dicho sea de paso, después de verlo, opino que es de lo mejorcito que hay.
En el albergue me informan que hasta Salamanca, por el camino, hay que cruzar 2 arroyos al menos cuyo cauce sobrepasa la cintura. Ya por la noche, en el albergue de Salamanca me dicen los primeros bicigrinos que encontré que es cierto, y que ellos tuvieron que pasar con la bicicleta a cuesta.
Viendo que nuevamente por el camino no podía continuar, en vez de volver atrás a Guijuelo y coger la n-630, opto por poner el gps y llegar hasta Salamanca por carreteras comarcales. Si alguien se va a Salamanca por estas carreteras, advertirle nuevamente que los pueblos están distantes bastantes kilómetros y habrá que ir con agua y comida suficiente para afrontar tales kilómetros.
Sobre las seis de la tarde y tras un aguacero de los que se recuerdan toda la vida, llego a Salamanca, calado hasta los huesos pero muy muy contento. Me dirijo a la oficina de turismo para informarme del albergue de peregrinos y por suerte tengo sitio en 'La calera', el albergue que está a 20 metros de las catedrales, al lado de los jardines de Calixto y Melibea. Antes de llegar me pego un 'piño' subiendo por el casco antiguo y es que, intentar subir un bordillo de lado, mojado, sólo puede traer resbalones de ruedas y si le sumamos la poca costumbre de sacar los pies de las calas de los pedales automáticos puuueess...plaff!. Una vez en el albergue, comparto estancia con dos bicigrinos más y otros peregrinos...ya en un ambiente más de camino.
Día 4
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Salgo de Salamanca temprano, el albergue más estricto que otros, nos dice que a las 8 tenemos que estar 'out'. Me paseo nuevamente un poco por el casco antiguo para impregnarme de esas calles tan bonitas que tiene y desde la plaza mayor, por la calle Zamora, camino voy para 'idem'.
Hasta Zamora poco más que contar, 60 kilómetros de distancia que transcurren dependiendo de como estaba el camino entre la nacional y el camino, llano, sin apenas dificultades, y un recorrido que en cuatro horitas y pico se lo ha comido uno casi sin darse cuenta.
Sobre el mediodía llego a Zamora, que dice el dicho "no se ganó en una hora", y en media hora cae una granizada y una tormenta de aúpa...menos mal que ya estaba yo a buen recaudo jejeje.
De Zamora decir que me encantó, la parte antigua está muy bien conservada y el estilo tosco románico sobre la cual se construye es precioso. De piedra blanca. De suelos limpios y calles silenciosas. Si señor, me parece la típica ciudad desconocida....que no se da mucho a conocer pero con un encanto especial.
Adjunto foto del albergue (nuevo) y de la catedral.
Y bueno, sobre la una de la madrugada, después de casi doce horas haciendo tiempo por Zamora, empaqueto la bici, cojo el autobús..y de nuevo para Cáceres..y en apenas 4 horas, hago el recorrido por el que tardé 4 días....ays..lo que son las cosas...
y colorín colorado, este medio o 'cacho' de la Vía de la Plata...se ha acabado.
Saludos amig@s