Hola a todos, a finales de octubre y primeros de noviembre realicé mi segundo camino, en un principio quise hacer el francés enterito pero debido a la economía decidí volver a salir de casa, de Madrid.
Esta vez fuí completamente sólo, no como el anterior que lo hice acompañado todo el camino, primero con unos amiguetes que conocí saliendo de Madrid y luego con un amigo desde Ponferrada. Soy de los que pienso que hay que hacerlo sólo o como mucho con una amigo pero lo ideal es ir sólo.
Tengo que reconocer que las pasé canutas, no físicamente si no por la meteorología, me hizo de todo viento,lluvia...faltó nevar, jejeje...mi próximo lo haré en épocas con mejor temperatura, mayo, junio...lo ideal. No os podéis imaginar el viento que hacía en el Cebreiro ¡la leche! si ya de por si es duro pues con viento y lluvia...¡de alucine!
Tuve el placer de conocer a Tomás, un tio grande, super simpático, si no hubiera sido por el no hubiera llegado a Santiago. Os cuento un poquito este agradecimiento.... debido a que no paró de llover en seis días y al barro de los caminos, el núcleo rotor falleció a 30 km de Santiago, concretamente en Arzúa y gracias al amigo Tomás logré llegar a ver al apostol ese mismo día.
Cuando tenga tiempo os hago una crónica en condiciones y con fotos, jejeje...
Sigue siendo una experiencia maravillosa, volveré hacer otro si Dios quiere.
Saludos a todos y en especial a Tomás, me encantó conocerle.
Esta vez fuí completamente sólo, no como el anterior que lo hice acompañado todo el camino, primero con unos amiguetes que conocí saliendo de Madrid y luego con un amigo desde Ponferrada. Soy de los que pienso que hay que hacerlo sólo o como mucho con una amigo pero lo ideal es ir sólo.
Tengo que reconocer que las pasé canutas, no físicamente si no por la meteorología, me hizo de todo viento,lluvia...faltó nevar, jejeje...mi próximo lo haré en épocas con mejor temperatura, mayo, junio...lo ideal. No os podéis imaginar el viento que hacía en el Cebreiro ¡la leche! si ya de por si es duro pues con viento y lluvia...¡de alucine!
Tuve el placer de conocer a Tomás, un tio grande, super simpático, si no hubiera sido por el no hubiera llegado a Santiago. Os cuento un poquito este agradecimiento.... debido a que no paró de llover en seis días y al barro de los caminos, el núcleo rotor falleció a 30 km de Santiago, concretamente en Arzúa y gracias al amigo Tomás logré llegar a ver al apostol ese mismo día.
Cuando tenga tiempo os hago una crónica en condiciones y con fotos, jejeje...
Sigue siendo una experiencia maravillosa, volveré hacer otro si Dios quiere.
Saludos a todos y en especial a Tomás, me encantó conocerle.