De la planificación mejor no hablamos. Bueno. La burra sí que está revisada (o mejor dicho, “restaurada”, por que de la ITV no se ha salvado ni la cadena, ni los piñones ni los frenos).
De la preparación física……….pues he caminado más que rodado, así que espero que la inversión en sillín y culotes (el de bicigrino y otro del “decarton” de categoría 7) atenúe algo los rigores de esta ruta con fama de “destrozaculos”, sobre todo en su tramo manchego. Al menos me voy con el mismo peso con el que llegué a Santiago el año pasado. Algo ayudará………Y el Mitosyl también.
No he probado la bici cargada y el equipaje sin hacer. Lo dicho. Todo un ejemplo de previsión.
Eso sí, con ilusión, consciente de mis limitaciones (léase nada de kilometradas) y días por delante, voy a intentar empaparme de esta ruta con la que llevo soñando desde hace prácticamente un año.
Definitivamente debo de estar envenenado por el Camino. ¿Alguien sabe si hay alguna asociación de “bicigrinos anónimos”?