Ahora que ya he digerido un poco la experiencia y que me van pasando algunas fotos del Camino os cuento así grosso modo como me ha ido.
Día 0 - PrólogoLos días anteriores al 5 de Agosto fueron un caos y un hervidero de nervios. En mi vida había hecho cicloturismo ni nada que se le pudiera parecer, y no tenía ni idea de cómo tenía que preparar el Camino. Leí docenas de post en este bendito foro y en otros que miré por internet en busca de la máxima información posible y cuando pude, fui al Decathlon con mi novia para equiparnos debidamente.
Allí fue donde me di cuenta de que a lo tonto se va un dineral en tonterias para la bicicleta y para la equipación: que si funda de gel para el sillin, que si pulpos nuevos, botellin, culotte, maillot, gomas, multiherramientas.... conclusión, cuando vi el dineral que me había gastado y lo poco que me quedaba para afrontar el viaje en sí, lo devolví todo menos el culotte, y a reciclar se ha dicho!!
Lo cierto es que si sacas un poco el ingenio, es increible la cantidad de cosas que puedes conseguir sin gastarte apenas unos euros. De aqui y de allí fui cogiendo algunas cosas, y pidiendo prestadas otras. Al final, a dos días de coger el bus para Burgos, solo me quedaba una decision trascendental ¿Que me llevo? Había leido docenas de veces que todos recomendais llevar lo imprescindible e incluso menos para no cargar peso de más, pero me parecía excesivamente poco. Y la puntilla es que no tenía alforjas ni pensaba comprarme unas, todo mi equipaje debía caber en una mochila normal y corriente, de esas que usan los chavales para el colegio. A la larga es la mejor decisión que pude tomar, al final ni me ha sobrado ni me ha faltado nada.
Con todo el equipaje ya hecho solo faltaba desmontar y embalar la bicicleta para poder meterla en el bus de Alsa. Eso me tenía cagao de miedo por si me ponían pegas y me dejaban en tierra, así que la embalé a conciencia. Cuando todo estaba terminado y faltaban apenas dos horas para marcharme a la estación de bus de Granada fui consciente por primera vez de que me iba de verdad a hacer el Camino...menuda sensación!! eso si que son mariposas en el estomago! Con tanto ajetreo con los preparativos no había sido consciente hasta el momento de lo que me quedaba por delante.
Comí con la familia, y a media tarde, partimos todos hacia la estación. Decir que el camino lo hemos hecho cuatro, mi novia partía desde Málaga directamente hacia Burgos que es donde nosotros dos comenzaríamos el Camino y donde nos juntamos con otra pareja amiga nuestra que venía haciendo el camino desde Roncesvalles.
Me subí al bus, con mi burrita en el maletero y mi mochila como único equipaje entre las piernas. Se escucha el pitido que indica la marcha atrás del vehículo...nos movemos. Digo adiós por última vez a mis padres y mi hermano a través de la ventana. Comienza la aventura.
Durante el viaje todo era nerviosismo y ganas de empezar a rodar ya. Llegué a Burgos a las 3 de la mañana del lunes día 6. Qué fresco por Dios! que gusto! Saqué la bicicleta del autobús y empecé a desembalarla y montarla.
Mi novia llegaría a las 7:30, así que como aun quedaban algunas horas, llamé a la otra pareja que ya estaba en Burgos pasando la noche en un camping de las afueras. Sincronización perfecta! Mientras vienen a por mi, me monto en la bicicleta y paseo por Burgos, totalmente solo y abrigado por el silencio de la noche. Menuda primera experiencia, me quedé impresionado, y eso que ya conocía Burgos. Ver la catedral de noche y todo el centro es increible.
A eso de las 4:30 me junto con Jon y Esti, la otra pareja, y desayunamos cerca de la estación en pleno centro de Burgos. Cuando me fijo en sus bicicletas, llenas de alforjas, espejos, patas, bolsas y cacharros me da el agobio y pienso que mi orbea tuareg de 200 euros de hace 9 años no aguantará ni la primera etapa. Menuda diferencia!! De primeras se sorprenden por mi equipaje tan reducido, pero lo ven como algo muy muy ventajoso. Entre risas, comentarios y nervios se pasa el tiempo y vamos a recoger a mi novia a la estación. Alli esta! Montando sus recien compradas alforjas y casi lista. Besos y abrazos, y los cuatro ya juntos, y vamos a la plaza de la Catedral a desayunar, conseguir nuestras dos credenciales y prepararnos para la primera etapa. Eso si que es llegar y besar el santo!
Temperatura agradable y un ambiente insuperable aumentan aun más nuestras ganas y nuestro nerviosismo... ¿seremos capaces? ¿aguantarán las bicicletas? ¿y nuestros musculos? Llenos de preguntas sin respuesta y cargados de entusiasmo nos sellan por primera vez nuestra credencial. Menudo cosquilleo!!
Nos hacemos las fotos de rigor, comentamos por encima las etapas y como pensamos ir de ritmo, y sin más, empezamos a dar pedales.... Comienza el Camino.