por juanpol Mar 17 Jul 2012, 4:23 pm
970 kilómetros, 1 pinchazo y un pedal automático roto, 19 días pedaleando.
Entramos en la Praza do Obradoiro hoy a las 5 de la tarde.
Salimos tarde de Melide, sitio donde dormimos ayer por la noche, el día anterior lo hicimos en Sarria. En los dos días completamos cuatro etapas de los peregrinos a pie, la lluvia y el frío nos abandonó y volvieron el sol y las temperaturas de verano, por suerte no las del sur.
Desde O Cebreiro no hemos dejado de cruzarnos con peregrinos, como se nota el Caminos Francés...
Como decis, la última jornada la hicimos desde Melide hasta Santiago, mucho sol y bastante calor, muy diferente a las jornadas anteriores. Paramos en O Pedrouzo un rato, luego de comer unos dátiles seguimos hasta Santiago sin parar.
Entrábamos en la plaza del Obradoiro a las 5 y media de la tarde. Después de mirar la fachada de la catedral durante varios minutos nos fuimos a la oficina del peregrino, presentamos las credenciales nos dieron la compostela.
En ese mismo lugar gestionamos el envío de las bicicletas a Málaga con Seur. Nos ha sorprendido el servicio, literalmente te bajas de la bici y la entregas con las alforjas puestas, por 50 € ellos la meten en una caja especial y te la mandan. Nosotros como tenemos cuenta en Seur presentamos el código de empresa y obtendremos un descuento, el pago se hace cuando las da bicis llegan a Málaga, nuestra ciudad.
Con la compostela hecha, volvimos a la plaza y entramos en la catedral para seguir una de las tradiciones de los peregrinos, abrazar la figura de Santiago.
Volvimos a la plaza, nos sentamos justo enfrente y sacamos e iPad, desde allí, sentados en el suelo reservamos una habitación en la Hospedería Seminario Mayor, San Martín Pinario, excelente sitio, justo al lado de la catedral.
Tras la ducha, periplo nocturno obligado para cenar... ¡Qué bien se cena en Galicia!
Hoy por la mañana asistimos a la misa del peregrino, por suerte Yoli ha podido ver en vivo volar al botafumeiro, en mis otros caminos yo siempre lo he visto volar pero ella no.
Ahora estamos en la cafetería de la hospedería, en un rato cogeremos un bus para ir hasta el aeropuerto, de allí... directo a Málaga.
Este viaje ha sido muy bueno, muy interesante en muchos aspectos, conclusiones y reflexiones llegarán pero en unos días, hace un rato estábamos alforzando en El Gato Negro (sitio clásico de Santiago) y le decía a Yolanda que aún no caigo...
Lo que puedo decir o mejor dicho hacer, es dar las gracias por haber podido vivir otra vez la experiencia de hacer un viaje como este, esta vez acompañado, con tranquilidad, sin correr carreras.
Se crece viajando con la casa a cuestas, probadlo.