Hola a todos incluidos los negociantes.
Después de haber leido el hilo, pues me ratifico en lo que siempre he pensado al respecto.
El Camino Francés acabará sufriendo una profunda crisis por el consumismo y el mercantilismo que ya lo comienzan a ahogar.
En su proceso de evolución propio de todo ser que se encuentra vivo, el camino está en su fase mercantilista, el comercio se lo está comiendo en su base, en su filosofía y se está convirtiendo si no lo es ya, en una ruta turística. En la que todavía hay peregrinos y bicigrinos, pero en la que pululan y deambulan miles y , miles de turisgrinos y turistas, cada día más, que con su ir y venir constante en coches y autobuses desvirtuan, transforman el camino.
Antes de hacer mi primer Camino en 2008, había leido, oido sobre qué era el camino para unos y para otros y luego me puse a dar pedales con mis amigos y entonces comencé a ver el camino francés, desde mi punto de vista, desde Mi Camino.
Claro que hay hospitalidad en determinados puntos y personas, en muchos peregrinos, pero se hacía patente y evidente la presencia abrumadora del mercantilismo, de esa filosofía de que aquí se puede "apañar pasta", además todavía vivíamos las vacas gordas.
En el 2009 vino La vía de la Plata y desde Astorga el francés de nuevo, según nos acercábamos a Galicia la cosa iba a peor, masificación, máquinas y chiringuitos por doquier, muchos más que el año anterior, masificación de peregrinos, masificación de negocios "apañando pasta".
El francés seguro que a no tardar mucho sufrirá el colapso y se convertirá en un camino no apetecible, masificado donde los sablazos, los abusos, los engaños serán de tal magnitud que no lo harán deseable, que no lo harán aconsejable.
Y posiblemente a partir de ese momento comience su recuperación, su purificación, quedarán los que deben quedar y los arribistas y oportunistas desaparecerán y se irán a "otros caminos" porque ya no será rentable para "apañar pasta".
A partir de entonces quizás vuelva a ser El Camino.
Por supuesto que el negocio debe existir, pero legal y con dignidad, con respeto a todos y a todo.
Estamos en plena crisis, en los momentos más duros, ojalá así sea y desde ahora se comience a salir de ella, pero parece que nos nos ha enseñado nada, pues los "apaña pasta" y sus protectores los políticos de turno, siguen en sus trece de que aquí todo vale y que el personal va a soltar la pasta si o si, como ocurría en esos tiempos en los que "todos eramos ricos" y todo valía, cobrar lo que se quisiera, lo valiera o no, siempre habría alguien que lo pagara. Os suena???
La crisis además de los daños propios ya conocidos, no favorece nada la situación que nos ocupa, pues las administraciones siguen una consigna "no poner dificultades al inicio y desarrollo de los negocios" es decir, manga ancha y todo para delante que la cosa está muy malita como para pedirle a la gente que cumpla con esto y con lo otro.
Y aquí una vez más los "apaña pasta" son lo reyes del mambo con todo lo que ello implica.
Los albergues subvencionados sean de la titularidad que sea, deben ser donativo voluntario (por eso es donativo, de lo contrario es precio).
El resto de establecimientos si son con ánimo de lucro, precio libre, pues son establecimientos de hostelería y deben regirse por el mercado.
Eso si, debería existir una relación de establecimientos con su clasificación y lista oficial de precios y servicios. Todo ello implicaría que todos serían oficialmente conocidos y por ende autorizados, controlados por la administración que debe ser garante de la calidad de los mismos.
Para unos y otros la administración debe intervenir en lo que tiene competencias y eso es en el control de los establecimientos, la inspección adecuada de los establecimientos es fundamental para garantizar los servicios y sus calidades.
Así se evitaría a los peregrinos tener que soportar situaciones bochornosas y humillantes a la hora de hacer uso de determinadas instalaciones y servicios. Por las que no nos olvidemos, se está pagando.
Catastrofista?? quizás si, pero creo que es el proceso de evolución correspondiente a la naturaleza del camino y que traerá momentos desoladores, pues posiblemente si, pero que también creo que de ellos saldrá nuevo y en su linea original.
Seguro que al final del tunel hay luz, seguro.