EL DETERIORO DE LA MODERNIDAD Y DEL PROGRESO SOBRE LA CALLE MAYOR DE EUROPA
El Camino de Santiago desde su origen ha sido crisol de culturas, transmisor de corrientes e ideas, encuentro de pueblos y lenguas, y un eje vertebrador de la primera conciencia común de Europa.
”Europa se hizo peregrinando a Compostela” (Goethe)
Tras el reconocimiento en el año 1987 por el Consejo de Europa del Camino de Santiago como “primer itinerario cultural europeo”, al que en 1993 la UNESCO reconoce también como “Patrimonio de la Humanidad”. Daría comienzo el resurgir del Camino, la afluencia de peregrinos va aumentando año tras año, convirtiéndose en la vía más antigua, insólita, legendaria y más frecuentada.
Pero en este país la conservación del patrimonio es una asignatura pendiente, a pesar de las leyes de protección, las agresiones a esta ruta milenaria desde los Pirineos hasta la mismísima ciudad de Compostela han sido continuas y cometidas con total impunidad. En los últimos 10 años se han cometido las mayores agresiones urbanísticas sobre esta ruta milenaria. En las que No se han respetado las delimitaciones de sus trazados, ni sus entornos medio ambientales, ni el impacto visual o estético de las nuevas construcciones.
Las leyes de protección, en ningún caso, se tienen en cuenta; ni en los estudios previos, ni en la tramitación de los proyectos, ni tampoco hay una conciencia clara o sensibilidad hacia el patrimonio que el Camino de Santiago representa.
Así en estos últimos 10 años y en todas las comunidades por las que discurre el Camino Francés, la construcción de autovías, urbanizaciones, campos de golf y polígonos industriales, han supuesto los daños más grandes e irrecuperables a los que ha estado sometida la ruta jacobea desde sus orígenes.
Para colmo en Galicia, si ya en su día la construcción del aeropuerto de Labacolla sepultó el trazado histórico, la destrucción de la llegada a Santiago se remató con la atrocidad de las circunvalaciones y la urbanización del Monte del Gozo. Ahora, en el siglo XXI, nuevamente y a las puertas de Compostela, el proyecto de un polígono industrial de un millón de metros cuadrados amenaza con sepultar el Camino en un maremagnun de hormigón y naves industriales. Un Camino protegido por unas leyes que además de insuficientes no ponen remedio, y que se demuestran absolutamente ineficaces para evitar las agresiones urbanísticos contra un patrimonio de todos y el legado para futuras generaciones.
No estamos contra el progreso, pero entendemos que es el progreso el que se tiene que adaptar para su conservación tanto el Camino como patrimonio material e inmaterial, así como respetar el espíritu de las leyes que lo protegen, y no al contrario como habitualmente viene sucediendo.
AGACS, Asociación Galega Amigos do Camiño Santiago
www.amigosdelcamino.com
El Camino de Santiago desde su origen ha sido crisol de culturas, transmisor de corrientes e ideas, encuentro de pueblos y lenguas, y un eje vertebrador de la primera conciencia común de Europa.
”Europa se hizo peregrinando a Compostela” (Goethe)
Tras el reconocimiento en el año 1987 por el Consejo de Europa del Camino de Santiago como “primer itinerario cultural europeo”, al que en 1993 la UNESCO reconoce también como “Patrimonio de la Humanidad”. Daría comienzo el resurgir del Camino, la afluencia de peregrinos va aumentando año tras año, convirtiéndose en la vía más antigua, insólita, legendaria y más frecuentada.
Pero en este país la conservación del patrimonio es una asignatura pendiente, a pesar de las leyes de protección, las agresiones a esta ruta milenaria desde los Pirineos hasta la mismísima ciudad de Compostela han sido continuas y cometidas con total impunidad. En los últimos 10 años se han cometido las mayores agresiones urbanísticas sobre esta ruta milenaria. En las que No se han respetado las delimitaciones de sus trazados, ni sus entornos medio ambientales, ni el impacto visual o estético de las nuevas construcciones.
Las leyes de protección, en ningún caso, se tienen en cuenta; ni en los estudios previos, ni en la tramitación de los proyectos, ni tampoco hay una conciencia clara o sensibilidad hacia el patrimonio que el Camino de Santiago representa.
Así en estos últimos 10 años y en todas las comunidades por las que discurre el Camino Francés, la construcción de autovías, urbanizaciones, campos de golf y polígonos industriales, han supuesto los daños más grandes e irrecuperables a los que ha estado sometida la ruta jacobea desde sus orígenes.
Para colmo en Galicia, si ya en su día la construcción del aeropuerto de Labacolla sepultó el trazado histórico, la destrucción de la llegada a Santiago se remató con la atrocidad de las circunvalaciones y la urbanización del Monte del Gozo. Ahora, en el siglo XXI, nuevamente y a las puertas de Compostela, el proyecto de un polígono industrial de un millón de metros cuadrados amenaza con sepultar el Camino en un maremagnun de hormigón y naves industriales. Un Camino protegido por unas leyes que además de insuficientes no ponen remedio, y que se demuestran absolutamente ineficaces para evitar las agresiones urbanísticos contra un patrimonio de todos y el legado para futuras generaciones.
No estamos contra el progreso, pero entendemos que es el progreso el que se tiene que adaptar para su conservación tanto el Camino como patrimonio material e inmaterial, así como respetar el espíritu de las leyes que lo protegen, y no al contrario como habitualmente viene sucediendo.
AGACS, Asociación Galega Amigos do Camiño Santiago
www.amigosdelcamino.com