La Voz de Galicia (14.03.10)
La picaresca impera en el Camino
Las señales realizadas por particulares continúan enviando a
peregrinos por lugares que no se corresponden con la ruta y que les
obligan a hacer considerables rodeos
La picaresca es desde el comienzo de las peregrinaciones una constante
en el camino de Santiago. En la mayoría de los casos es complicada de
detectar y puede mantener hasta un cierto tono romántico y
nostálgico, pero en la mayoría son actuaciones encaminadas
únicamente a conseguir algún beneficio económico.
Hace unas semanas un grupo de hosteleros compostelanos hicieron algunas
etapas del Camino Francés y denunciaron varias deficiencias, citando
la mala señalización entre las más graves. Criticaban
especialmente que en algunos cruces no estaba claro el camino a seguir y
en otros había demasiadas indicaciones que podían llevar a
engaño.
Un caso más que evidente de señalización pícara por utilizar
un término displicente se produce en el cruce en de Pascais en la
etapa que une Samos con Sarria, una de las de mayor belleza y más
transitadas del Camino Francés.
Los peregrinos que llegan a esa intersección se encuentran con un
cruce abierto en el que hay múltiples señalizaciones entre las que
se encuentran un panel informativo de la zona y un indicador de madera
que señala Gorolfe y Vilachá. El problema no son estas señales,
incluso respetuosas con el entorno y perfectamente colocadas, sino las
marcas que están pintadas en el suelo indicando el Camino Francés.
Por un lado están las flechas amarillas que marcan la dirección
correcta camino a Gorolfe pasando por delante de la iglesia de Pascais y
de la única casa que hay en el cruce.
Lo negativo es que en la otra dirección también hay las típicas
flechas amarillas que señalan el Camino: una de ellas, incluso
representando una persona en bicicleta. Estas señales ponen a los
peregrinos en el dilema de elegir por la similitud entre las señales
oficiales del Camino y las perfectas imitaciones que señalan en otra
dirección.
Lo único positivo es que aunque elijan el camino que les marcan los
pícaros, volverán a enlazar con el real; eso sí, con unos
kilómetros más en sus piernas.
http://www.lavozdegalicia.es/lugo/2010/03/14/0003_8353759.htm
La picaresca impera en el Camino
Las señales realizadas por particulares continúan enviando a
peregrinos por lugares que no se corresponden con la ruta y que les
obligan a hacer considerables rodeos
La picaresca es desde el comienzo de las peregrinaciones una constante
en el camino de Santiago. En la mayoría de los casos es complicada de
detectar y puede mantener hasta un cierto tono romántico y
nostálgico, pero en la mayoría son actuaciones encaminadas
únicamente a conseguir algún beneficio económico.
Hace unas semanas un grupo de hosteleros compostelanos hicieron algunas
etapas del Camino Francés y denunciaron varias deficiencias, citando
la mala señalización entre las más graves. Criticaban
especialmente que en algunos cruces no estaba claro el camino a seguir y
en otros había demasiadas indicaciones que podían llevar a
engaño.
Un caso más que evidente de señalización pícara por utilizar
un término displicente se produce en el cruce en de Pascais en la
etapa que une Samos con Sarria, una de las de mayor belleza y más
transitadas del Camino Francés.
Los peregrinos que llegan a esa intersección se encuentran con un
cruce abierto en el que hay múltiples señalizaciones entre las que
se encuentran un panel informativo de la zona y un indicador de madera
que señala Gorolfe y Vilachá. El problema no son estas señales,
incluso respetuosas con el entorno y perfectamente colocadas, sino las
marcas que están pintadas en el suelo indicando el Camino Francés.
Por un lado están las flechas amarillas que marcan la dirección
correcta camino a Gorolfe pasando por delante de la iglesia de Pascais y
de la única casa que hay en el cruce.
Lo negativo es que en la otra dirección también hay las típicas
flechas amarillas que señalan el Camino: una de ellas, incluso
representando una persona en bicicleta. Estas señales ponen a los
peregrinos en el dilema de elegir por la similitud entre las señales
oficiales del Camino y las perfectas imitaciones que señalan en otra
dirección.
Lo único positivo es que aunque elijan el camino que les marcan los
pícaros, volverán a enlazar con el real; eso sí, con unos
kilómetros más en sus piernas.
http://www.lavozdegalicia.es/lugo/2010/03/14/0003_8353759.htm