En la caja, una leyenda que en sí es un objetivo, un fin, una razón de ser, que lo puede ser todo.
“Mientras exista un CAMINO existirá alguien para recorrerlo”
Que extraña es a veces la vida, que diferentes pueden ser las cosas, al final, con el paso del tiempo, cada vez tengo más presente que los planes son efímeros, que lo que imaginas, en lo que has pensado puede, por un chasquido de dedos, ser diferente a aquello en lo que creías.
Cuando recogí la caja envuelta en plástico y con papel de aquella casa de mensajeros donde la fui buscar, ni reparé en el cartón o en esa leyenda, tan solo me interesaba el contenido: una prenda deportiva que me acompañará en mi próximo viaje:
La Transiberica Este-Oeste
Poco tiempo transcurrió entre observar la prenda y probarla, el tiempo de secarse tras lavarla y allí me fui, montando en La soldada, mi bici, que ya se mostraba algo ansiosa cuando algo paso…
Escribía no hace tanto tiempo la realidad de las cosas: No te vas cuando quieres, te vas cuando puedes. En otras ocasiones, hoy, ya estaría de vuelta del viaje que suelo hacer en verano puesto que suelo navegar pegado a la tierra en Junio, pero…
Las circunstancias, siempre las circunstancias condicionan el inicio del viaje, no es la primera vez que ello sucede y yo, comienzo a acostumbrarme, a mirar sin ira y a encoger los hombros…
Hoy era la primera de las fechas imaginadas de la salida del viaje, también lo fue por poco tiempo el día 14, hoy simplemente no lo se: saldré cuando pueda, no cuando quiera.
La caja, amontonada sobre unos libros estaba esperando ese momento, el momento de que sintiera como mis ojos recorrían su lateral en el que a alguien se le ocurrió grabar esa frase que yo intentaré hacer realidad este mes, el próximo o tal vez ya en septiembre.
Hare realidad esa frase escrita que va a tu alma directa como un dardo: existe un camino, aunque solo sea por ello, estaré dispuesto a recorrerlo sea cuando sea el momento de hacerlo.