En esta ocasión y gracias a la simbiosis conseguida con mi compañero, quizá el hecho de ser sólo dos también haya ayudado, he comprobado como en ningún otro de mis Caminos los pros y contras de cada una de las acciones que paso a enumerar.
Con esta recopilación no tengo la intención de sentar cátedra, saber más que nadie, doblegar voluntades o hacer cambiar de opinión. Siguiendo la máxima de este foro: coge lo que necesites y deja lo que quieras. Tampoco busco que nadie escarmiente en cabeza ajena, pues es imposible, ni “ves como no era así”, pero si una sola persona saca una idea positiva de todo este barullo que es Huanmari escribiendo... algo habré conseguido.
Comenzamos entonces por algo tan sencillo como las ruedas, es cierto, es tan sencillo como que jamás encontraremos la cubierta perfecta, de esta forma empezamos a deshojar la margarita guardada en mi cuaderno, partiendo de la base expuesta anteriormente, pero con el agravante del peso añadido. Para compensar dicho peso tendremos que optar por ruedas traseras que nos permitan un inflado superior a lo habitual en la practica del mountain bike, llegando en mi caso, con casi 100 kg. de peso del ciclista, a la horquilla de los 4 a 4,5 kg. , lo que hace descartar algunos modelos ya desde el principio. En cambio, la rueda delantera, aún si llevamos el “kilito de más” de la bolsa de manillar, no necesitaría modificaciones en cuanto a presiones, aunque para mi gusto con 2 a 2,5 kg. suele ser lo normal para no perder agarre
Otro factor a tener en cuenta es el grosor o medida de la cubierta: A mayor medida mayor agarre, seguridad y tracción a costa de necesitar una mayor fuerza para poder vencer la resistencia que ofrece la misma. En cambio una cubierta excesivamente fina se hundirá irremediablemente en zonas de arena suelta, barro o puede ser peligrosa en agua. Aún así mi mayor recomendación es que la misma sea nueva, pero no nueva de estrenarla el día que salimos, sino que al menos hayamos realizado 100 o 200 km. con ella, con nuestro correspondiente peso y haber decidido cual es la presión de la rueda trasera con la cual conseguimos la mejor adherencia sin peligro de llantazos, flaneos, o una presión excesiva que pueda poner en riesgo la rueda ante una piedra de pico que nos haya mirado mal. Para mi, una cubierta nueva es la mejor garantía para no pinchar.
No voy a entrar en diatribas teóricas sobre taqueados centrales, laterales, dureza de gomas y compuestos, sistemas antipinchazos coeficientes de rozamiento y demás, tan solo enumero lo que a mí me ha deparado cada una de las ruedas utilizadas.
En mi primer y segundo Camino me decanté por las Michelín DRY 2.0. Para mí una de las mejores, tanto para delante como para atrás, aunque algo flojas de pared lateral, están al límite en cuanto a presión. Ruedan que es una maravilla... pero siempre que el terreno esté seco o arena suelta, (DRY) pues en cuanto huelen el barro, este se pega en la banda de rodadura debido a que los tacos están muy juntos y son regulares. La medida es la mejor para el Camino tanto en asfalto como en tierra y el comportamiento y desgaste son estupendos. Si a esto le añadimos que su precio ronda los 12-15 € pues la cosa pinta bastante bien, sobre todo si montas habitualmente 2,1 o 2,25 y tan solo vas a realizar el desembolso para 15 días pero sin poner en entredicho la seguridad.
El batacazo lo dí en el Destierro, donde opté atrás por una Hutchinson Pyton Air Light de 2.0, y efectivamente, muy ligera... pero de todos sitios, al límite total de presión con poco más de 3,5 kg., pinché más de 6 veces, poco agarre en seco y llegué con menos del 50% del dibujo con 800 km. escasos. A lo que hay que sumar cerca de los 25 euros que pagué por ella. Cuando llegué a casa se la regalé a un compi algo más ligero de peso que yo. Para la rueda delantera tuve la sempiterna por estas tierras Maxxis Ignitor de 1.9 en este caso tubeless, con excelente agarre en arena, barro y agua fuera del asfalto pues en este terreno, el taqueado espaciado e irregular hace que no sea buena rodadora en lo negro. El precio, algo más de 30 euros y les suelo hacer unos 1500 km. es decir, cuando llegas a casa te has merendado media cubierta, aunque la puedes seguir usando en tus salidas habituales por su polivalencia y por lo menos en mi zona es de las mejores cubiertas a montar.
En mi tercer Camino me desmelené un poco, pues estuve “tonteando” con los sistemas tubeless caseros, venía de un parón prolongado por tema de salud, y lo que ocurre en estos casos, el aburrimiento y el ingenio no se llevan bien, así que me encontré con mi queridísima Michelín DRY 2 tubeless en medida 2.0, para montar detrás, despues de varios experimentos, al final con sus correspondientes cámaras, pero en este caso, el grueso de los laterales es mucho mayor, aportando una mayor rigidez al flaneo y más seguridad y agarre, pues la goma era más blanda que las anteriores. Sigue siendo una gran goma, a la que le sigue asustando el agua, pero en la segunda Vía de la Plata tan solo pinchó una vez... y el clavo tenía 3 mm. de diámetro. Para la parte delantera repetí la Ignitor tubeless con idéntico nivel de satisfacción.
Como ya uno se va haciendo mayor, y ya tiene mujer e hijos, pues tampoco es cuestión de casarse más veces, así que para volver a Lisboa, por terreno conocido, donde hay una parte importante de asfalto, quise probar la marca Schwalbe, en concreto ya tenía decidido que sería el modelo Black Jack en formato 1.9, pero quiso el destino que tanto un servidor como un amigo, reventaran esta rueda justo por el mismo sitio, en el flanco donde termina el taco y empieza la pared lateral, lo que me hizo plantearme buscar otro modelo con paredes laterales más duras, aunque seguí manteniendola a menor presión para la rueda delantera, con un más que aceptable rendimiento durante todo el Camino. Solo reseñar la caída por deslizamiento sobre el pavimento de mármol portugués mojado, donde ahí nada agarra, ni siquiera el calzado de calle. El resto de las ocasiones, incluso en frenadas bruscas, ha tenido un funcionamiento impecable y sin haber pinchado. El precio en el tendero local es de 16 euros con aro rígido y me queda más del 80% de la cubierta por usar, así que la seguiré usando hasta que claudique, pero mejor delante que detrás.
La gran sorpresa me vino al equivocarme con la rueda trasera pedida en Chainreaction, pues hubo un error en el dibujo, y al precio que están los portes, pues como para silbar, se trataba del modelo de schwalbe Land Cruiser en medida 1.9, y curiosamente no está en el apartado de MTB, así que la monté con más miedo que vergüenza y las primeras sensaciones no fueron buenas, tiene una banda continua de goma que la hacen muy aptas para rodar largo y tendido que es lo contrario de lo usado, por lo menos en nuestra zona, para la práctica habitual de mtb, pero todo cambió cuando puse las alforjas y subí la presión un poco por encima de 4 kg. parecía otra rueda, un fuerte agarre, incluso en arena algo suelta (tampoco es una 2,25) y siendo necesario apretar bien el freno para bloquear rueda. En asfalto, tanto seco como mojado, su comportamiento es impecable. Han llegado a casa casi nuevas, tan solo algún taco lateral presenta algo de desgarro, pero por 19 euros es una gran compra y mejor opción para el Camino sin duda. El problema, pues que no se puede usar en nuestro día a día por su fisonomía, dureza de goma y demás, así que irá al trastero guardada entre film y veremos como está al año que viene.
Aquí termino con las ruedas, bueno, perdón con las cubiertas que en las cámaras siempre llevo liquido antipinchazos casero hecho con látex según receta explicada en algunos post más abajo, no tiene pérdida.
No rodar al menos 100 o 200 km con la bici totalmente equipada y preparada para el Camino. Así evitaremos dejar para más adelante roturas de tornillos, holguras, mala colocación de las alforjas, la adaptación de las mismas a la bici y a nosotros para evitar golpes en los talones, descolocación por movimientos laterales y demás.
-Esta falta de rodadura al ciclista le afecta en todo el grupo muscular, pues tanto los desarrollos a usar como el movimiento de la bici varían sustancialmente al colocar el peso trasero, provocando en muchos casos tendinitis incluso en personas con muchos kilómetros en las piernas.
Se debe cambiar la transmisión completa, al menos cadena y cassette de piñones para evitar una rotura en el recorrido, en mitad del mejor día para dar pedales, pues el desgaste unido a no poder realizar un exaustivo limpiado de la cadena acelera el estiramiento, y la vida útil de la misma, sin contar el trastorno que nos puede producir.
Solemos dejar para última hora la colocación del equipaje en las alforjas, es más, me ocurrió un caso en el cual un compi me llegó el día del comienzo con las alforjas dadas la vuelta!!! y le daban los pies en el lateral... que si yo podía hacer algo... y no habíamos salido todavía. Además esta falta de previsión del equipaje hace que no tengamos la suficiente maña a la hora de distribuir pesos, calcular de forma rápida lo que ha de ir en cada sitio, saber la situación de las prendas en caso de urgencia por lluvia, frío o equivocación al iniciar el día. Todas estas cosas hacen perder un tiempo estupendo. Alguno pensará: Mira este, solo piensa en ganar tiempo!!! pero igual que aumentamos nuestras salidas y dureza de las mismas para que la forma física sea la más adecuada, debemos de cuidar el resto de actividades que rodean nuestra peregrinación, pues no es cuestión de ganar tiempo porque sí... sino de no perderlo por falta de previsión. Yo prefiero tomarme un café en un bar tranquilamente porque he hecho el equipaje en 15 minutos, que no tirarme 30 minutos más al día doblado sobre las alforjas por no saber donde tengo que colocar cada cosa.
Otro dilema muy importante: Salir temprano o salir tarde porque llegamos tarde el día anterior.
Aquí la experiencia viene dada con los años, aunque las circunstancias de cada viaje cambian, porque si compartimos muchas etapas con caminantes, al final, o te adaptas a su horario, o vas de bronca en bronca... o te pasa como a nosotros en este último Camino: que salvo el último día, los despertamos nosotros a ellos. La edad también influye, de joven te cuesta más levantarte, y según vas quemando almanaques, la necesidad de dormir disminuye, permitiendo salir más temprano (siempre que recojamos rápido y estemos dispuestos para ello) y podemos dosificar más el esfuerzo al disponer de más horas de luz.
A parte de esta ventaja consigues llegar a destino cuando los comercios están todavía abiertos, nos permite lavar la ropa y tener mayores garantías de que se va a secar, podemos buscar sitio para cenar y también dar un paseo, que se agradece, algo de turismo, en fin, tenemos cierta recompensa a costa de dormir menos, o mejor, de planificar mejor nuestro tiempo. También te puedes encontrar con la posibilidad de necesitar alargar la etapa por estar el albergue lleno, entonces ese día llegaras tarde... y saldrás mañana tarde... pero habrás dormido en blando.
Un tema muy importante, que en nuestras salidas cotidianas no solemos perdonar: los estiramientos, pues con tantas cosas por hacer según nos bajamos de la bici: buscar albergue, elegir cama, bajar alforjas, colocar la bici, lavar,.etc, etc, etc, pues al final se olvida o se hace tarde, cuando el músculo se ha enfriado y entonces ya no sirve para nada. Es importante estirar a diario al menos el tren inferior, durante al menos cinco minutos, pues esto nos permitirá una mayor recuperación muscular y mejor tono en la siguiente jornada.
Comida caliente al mediodía o por la noche??? Yo opto por la cena.
Estamos en una decisión importante, pues la comida más importante del día la solemos hacer al mediodía, entonces nuestros biorritmos hacen que la mayor asimilación de nutrientes se haga en las horas centrales del día. Para intentar "engañar" al cuerpo también es importante ir reduciendo en los días previos a la salida, la ingesta al mediodía y aumentar la de la noche, siempre desde la lógica y moderación. Eso sólo sirve si hacemos la comida principal al caer la noche, pues en bicicleta una comida copiosa es el peor compañero durante toda la tarde, aparte de la pereza qué supone sentarse en el sillín después de estar un buen rato en una cómoda silla. Por esto yo recomiendo varias pequeñas comidas, algún café, bocadillos de jamón, magro, jamón York o cualquier otro embutido bajo en grasa para favorecer la digestión y hacerla más llevadera.
Terminada esta exposición de motivos solo decir que cada cuerpo es un mundo...
Ya qué estamos, seguimos con el tipo de alforjas, bolsa de manillar, camelbag...: Sólo puedo contar mi experiencia: después de unas alforjas, las primeras, de cicloturismo de pésima calidad, luego me las cambiaron por unas Sci-com de 20 litros, qué llevan cinco rutas sin ningún problema, lo mismo puedo decir de la bolsa de manillar, del Decathlon, y debe ser ya vieja porque no la hay en catálogo, teniendo la peculiaridad de convertirse en bandolera, con lo cual, al bajarme de la bici tengo todo lo de valor a salvo de miradas indiscretas.
Sobre el camelbag, el primer día bien, el segundo incómoda, el tercero molesta y el cuarto.... ya depende de cada uno. Mi estadística es de tres compañeros que lo llevaron, tan sólo lo aguanto uno, pero sin la bolsa de agua, los otros dos, al tercer día el camel viajaba en la parte superior de las alforjas.
Este año tenía ganas de probar el invento comprado en China, en concreto un cargador solar de 4000 mA., así que le monté unos elásticos para colocarlo en la bolsa del manillar, donde suele estar soleado. Pues nada, como nos llovió 7 de los 8 días, no se que decir... si con esto voy a echar a nadie para atrás a la hora de probar este sistema que nos permita independencia de los enchufes de los albergues prefiero no dar mi opinión. Además creo que la batería interna ya se encontraba en malas condiciones, pues en el par de ocasiones que me lo dejé enchufado por USB no terminó de cargarme el GPS. Hay que probar más para emitir un juicio justo.
También llevo dos años usando una red elástica para motocicleta, que se puede ver en las fotos, la cual me permite no solo llevar totalmente sujetas y unidas al portabultos las alforjas, sino que une todo el conjunto y además de la esterilla, al comprar algo de comida, con solo estirar un poco va bien seguro, ahorrándome tener que hacer un ejercicio de arquitectura con los pulpos. Este sistema amortigua las aceleraciones por los accidentes del terreno y alarga la vida de los anclajes de las alforjas, además de hacer más cómodo el rodar.
Tecnología: No se vosotros, pero a mi me resulta violento tener que dejar mi Samsung Galaxy en el albergue mientras yo estoy tomando una cerveza, o simplemente durmiendo, no digo nada si es un Iphone o similar, o mismamente mi Garmin Edge 705. No son aparatos que supongan un desembolso importante, pero el estropicio que hace su sustracción es inimaginable, así que llevo dos caminos optando por una batería de repuesto para el teléfono con un cargador específico para esta batería y además lleva toma USB, de esta forma, una vez cargada la batería de repuesto, a través del cable recargo tanto la cámara de fotos como el GPS, aunque si el cargador solar hubiera funcionado como yo esperaba, esto último debería estar cubierto, pero no fue así. El sistema funciona con un solo aparato, evita tentaciones y ahorra peso y volúmen, pues con los cables de USB de cada uno de los aparatos ya no necesitamos su adaptador. Al igual que lo hay para mi teléfono, tambien lo hacen para gran cantidad de modelos más, es cuestión de bucear en ebay y similares.
Mecánica básica: Creo que todos los que nos lanzamos en aventuras de varios días, por sitios que desconocemos, deberíamos conocer mínimamente la forma de reparar ciertos problemas que nos pudieran surgir, como por ejemplo, desajuste de cambios, alineación de los discos de freno o la limpieza de la cadena y reparación de pinchazos. Hay un montón de vídeos por Youtube por citar un ejemplo que nos permitirá ir adquiriendo conocimientos, y si nos sentimos con suficientes arrestos, probar en nuestra máquina, si algo saliera mal, pues ahí está el mecánico, pero siempre al lado de casa...
Cual es el número exacto de gente para hacer el Camino: Buena pregunta, esta es igual que las ruedas, cada uno tiene las suficientes razones como para dar por bueno el número de miembros del grupo.
UNO: Pues es lo mejor, salvo que tu salud te lo prohíba. Las ventajas son obvias, buscas la compañía de un día, estás más abierto a la conversación con otros peregrinos, menos problemas a la hora de encontrar albergue, y las contras, pues la soledad, y en la llegada a Santiago, salvo que uses el transporte colectivo, es más caro que cuando va más gente.
DOS: Si no puede ser la anterior, es muy bueno, sobre todo cuando los Caminos son solitarios o no hay mucha gente. A quien va en solitario no le incomoda entablar conversación, al igual que buscarla tampoco, el compañero siempre estará ahí y no es demasiada gente a la hora de las plazas de albergue, y en caso de no haber, un hostal para dos no es problema. Al llegar a destino, como compartes gastos, es una buena opción el alquiler de coche, pues te permite cargar la bici atrás y es un ahorro importante.
TRES: Bufff, quizá el número más difícil, porque siempre será un 2+1, y al final el 1 es el que toma las decisiones, y dependiendo de la situación te ves tanto en una situación de solitario como en la de 2. Ya puede empezar a haber problemas en la ocupación de albergues, y se necesitarían dos habitaciones en un hostal... además el vehículo para alquilar, o bien sería muy caro, o furgoneta, tambien bastante cara, con lo cual son todo problemas. Además ya es un grupo que empieza a ser cerrado, las bromas son internas y puede cohibir a alguien de fuera para entablar una conversación.
CUATRO NOVATOS: Esto ya no tiene nombre... cuando llevas varios días algunos quieren ir por carretera, comer al mediodía, no quiere dar más pedales otro, cada uno da su opinión y al final sales a bronca diaria. La mejor opción es aclarar las cosas antes de que se escuchen las primeras voces, y como los pedales se dan de forma individual, mejor partir los trastes y tan amigos que arrepentirnos por decir cosas que no debemos y perder una amistad, quizá de años, por no entender de la misma forma el Camino. A la hora de volver, este número es ya lo suficientemente grande como para permitir una buena furgoneta que nos lleve de vuelta a casa a buen precio.
CUATRO de los cuales al menos dos novatos: Pues al final se convierte en un 2+2 donde unas buenas entendederas son imprescindibles, la colaboración es necesaria, y si bien yo tengo la responsabilidad de llevarte siguiendo las flechas y cuidando los tiempos, tanto para comer, cenar y albergues, hay que poner de tu parte cuando sea necesario. Suele funcionar si cada uno asume su rol, o cuando menos no cuestiona las decisiones que se toman, y en caso de hacerlo, pues nada, como en el caso anterior.
En estos dos casos, son grupos muy cerrados, donde las bromas son dentro del grupo, impidiendo el acercamiento de terceros debido a que les da más corte, no se suele ir solo a ningún sitio y las necesidades del grupo absorben todo el tiempo libre.
CINCO O MÁS... pues no lo he probado, pero ha de ser como una Torre de Babel.
Pues lo dicho, si le sirve a alguien me doy por satisfecho.
Un saludo.