La calle mayor de Europa
El regreso de los peregrinos al Camino del Norte devuelve a Bizkaia su esplendor en la ruta jacobea
Jon Mujika - Sábado, 30 de Enero de 2010. DEIA
Un florón gótico enmarca la concha de peregrino que apenas se vislumbra en la Puerta del Ángel de la catedral de Santiago, paso obligado de los peregrinos que poco a poco recuperan la senda del Camino del Norte. Durante años, la puerta sirvió como improvisada portería a miles de niños que emulaban a Iribar en la desembocadura de la calle Correo del Casco Viejo. El Camino del Norte, aquel que en los primeros años de peregrinaje a la tumba de Santiago, El Mayor, fue el más transitado -el hoy tan transitado Camino Francés fue, durante siglos, pasto de sarracenos y los peregrinos no se aventuraban a ser degollados por una cimitarra...- cayó en desuso. La culpa la tuvo la escarpada orografía que exigía esfuerzos casi sobrehumanos y el crudo invierno cantábrico, un turbión de tempestades que mitigaban el aliento de los más bragados caminantes jacobeos. Así, durante cientos de años Bilbao -¡qué digo Bilbao, Bizkaia entera!- quedó orillada, muy distante de las grandes peregrinaciones hacia Santiago.
Quiere la tradición y el calendario -ocurre cada vez que la onomástica de Santiago, 25 de julio, cae en domingo...- que 2010 sea considerado año santo compostelano, una celebración que despierta el espíritu peregrino de media Europa. Basta saber que ya en 2009, año blanco sin efemérides en el horizonte, pasaron por Bizkaia más de ocho mil peregrinos, procedentes de más de treinta y cinco países diferentes. Para el presente año está previsto superar la cota de diez mil caminantes, una plusmarca de los tiempos moderno para la calle mayor de Europa a su paso por Bilbao.
Alemanes como Günter Filzek, un peregrino berlinés que comenzó el camino en el punto exacto donde estacionó el siniestro vagón de tren que acogió el encuentro entre Hitler y Franco, o franceses como Pierre X. Su historia es maravillosa, pese a que ha pedido resguardar su identidad. "La contaré una sola vez", concede a regañadientes. Pierre mató un hombre en Bergerac por despecho. No fue un accidente ni una legítima defensa; puro y duro despecho de amor. Cumplida la pena de prisión, descubrió que la libertad reconquistada estaba vacía: ni mujer, ni amigos, ni familia. Optó por hacer el camino de Santiago a la búsqueda de compañía. A su paso por Bilbao, conoció una tarde de lluvia a una mujer con la que entabló charla y con quien continúa hablando quince años después. Ella aflige su dolor - "no hay un día que no me acuerde de aquel hombre", confiesa él, apesadumbrado...- y le ha redimido. Pierre jamás ha pisado Santiago de Compostela. Selló sus credenciales de reconciliación a orillas del Nervión...
La historia recuerda aquella otra que procede de la Edad Media, cuando los tribunales de justicia de Bélgica impusieron la pena de ir en peregrinación a Santiago como castigo por los delitos que se hubieran podido cometer. Esta medida fue retomada por las autoridades belgas en los años ochenta con el nombre de Proyecto Oikonen en el que participan jóvenes delincuentes que aceptan voluntariamente el castigo. Un esperanzador cuarenta por ciento no ha reincidido y el propio Pierre confiesa haber conocido -ejerció en su día de hospitalero bajo un nombre falso...- con alguno de ellos en Bizkaia.
A la espera de la bonanza climatológica -el Camino del Norte se hace intransitable bajo las tempestades de invierno...-, Bilbao, Bizkaia entera, se prepara para el sigiloso paso de los peregrinos, nada que ver con los palmeros -visitantes del Santo Sepulcro en Jerusalén...- o los romeros, que acuden a postrarse ante las tumbas de San Pedro y San Pablo en Roma.
La Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Bizkaia se convertirá en la capital del peregrino que entre en Bilbao por dos sendas; una entrada por Monte Avril, según se viene de Zamudio y otra, en descenso, por Miraflores, Atxuri y San Anton. Ambas rutas desembocan en Zabalburu, donde se encuentra la Asociación, dispensatorio de credenciales.
Enclavada en el Centro Burgalés, la Asociación es una caja de sorpresas. Desde aquellos cuarteles se organizan cursillos para hospitaleros, una iniciativa que este año se verá reforzada por espectáculos organizados en cada uno de los albergues; desde cuentacuentos a tragasables, pasando por obras de teatro callejero. Se pretende, con ello, revitalizar el espíritu de las viejas peregrinaciones, aquellas que se remontan a tiempos ancestrales, cuando el paso era más común. No por nada, la actual Catedral de Santiago en Bilbao se asienta sobre los dos anteriores, enclavadas en el mismo emplazamiento y con la misma advocación. El primero era anterior a 1300, fecha de la fundación de la villa, y disponía de una necrópolis exterior situada en torno al muro de cabecera. El peregrino puede acceder a la cripta de la Catedral, donde se preserva, como testimonio arqueológico, parte del muro de cabecera del primer templo de Santiago. Allí descansan, en un arca, las reliquias de San Fructuoso, San Bonifacio y otros mártires que fueron adorados desde la antigüedad. El paso del tiempo ha menguado el carácter religioso del Camino y hoy son legión los peregrinos que llegan a Bilbao al calor de su arquitectura y de la gastronomía. "El camino es el que le convierte a uno en peregrino", avisa Erazo. No en vano, aquel holandés que trató de dormir con su burro en el albergue de Basurto "era un vivalavirgen que acabó converso".
Este escrito ha sido publicao en el diario DEIA, y es curioso las historias que hay escritas, asi como lo del PROYECTO OIKONEN.
Se nota que estamos en AÑO XACOBEO
1saludo a todos
El regreso de los peregrinos al Camino del Norte devuelve a Bizkaia su esplendor en la ruta jacobea
Jon Mujika - Sábado, 30 de Enero de 2010. DEIA
Un florón gótico enmarca la concha de peregrino que apenas se vislumbra en la Puerta del Ángel de la catedral de Santiago, paso obligado de los peregrinos que poco a poco recuperan la senda del Camino del Norte. Durante años, la puerta sirvió como improvisada portería a miles de niños que emulaban a Iribar en la desembocadura de la calle Correo del Casco Viejo. El Camino del Norte, aquel que en los primeros años de peregrinaje a la tumba de Santiago, El Mayor, fue el más transitado -el hoy tan transitado Camino Francés fue, durante siglos, pasto de sarracenos y los peregrinos no se aventuraban a ser degollados por una cimitarra...- cayó en desuso. La culpa la tuvo la escarpada orografía que exigía esfuerzos casi sobrehumanos y el crudo invierno cantábrico, un turbión de tempestades que mitigaban el aliento de los más bragados caminantes jacobeos. Así, durante cientos de años Bilbao -¡qué digo Bilbao, Bizkaia entera!- quedó orillada, muy distante de las grandes peregrinaciones hacia Santiago.
Quiere la tradición y el calendario -ocurre cada vez que la onomástica de Santiago, 25 de julio, cae en domingo...- que 2010 sea considerado año santo compostelano, una celebración que despierta el espíritu peregrino de media Europa. Basta saber que ya en 2009, año blanco sin efemérides en el horizonte, pasaron por Bizkaia más de ocho mil peregrinos, procedentes de más de treinta y cinco países diferentes. Para el presente año está previsto superar la cota de diez mil caminantes, una plusmarca de los tiempos moderno para la calle mayor de Europa a su paso por Bilbao.
Alemanes como Günter Filzek, un peregrino berlinés que comenzó el camino en el punto exacto donde estacionó el siniestro vagón de tren que acogió el encuentro entre Hitler y Franco, o franceses como Pierre X. Su historia es maravillosa, pese a que ha pedido resguardar su identidad. "La contaré una sola vez", concede a regañadientes. Pierre mató un hombre en Bergerac por despecho. No fue un accidente ni una legítima defensa; puro y duro despecho de amor. Cumplida la pena de prisión, descubrió que la libertad reconquistada estaba vacía: ni mujer, ni amigos, ni familia. Optó por hacer el camino de Santiago a la búsqueda de compañía. A su paso por Bilbao, conoció una tarde de lluvia a una mujer con la que entabló charla y con quien continúa hablando quince años después. Ella aflige su dolor - "no hay un día que no me acuerde de aquel hombre", confiesa él, apesadumbrado...- y le ha redimido. Pierre jamás ha pisado Santiago de Compostela. Selló sus credenciales de reconciliación a orillas del Nervión...
La historia recuerda aquella otra que procede de la Edad Media, cuando los tribunales de justicia de Bélgica impusieron la pena de ir en peregrinación a Santiago como castigo por los delitos que se hubieran podido cometer. Esta medida fue retomada por las autoridades belgas en los años ochenta con el nombre de Proyecto Oikonen en el que participan jóvenes delincuentes que aceptan voluntariamente el castigo. Un esperanzador cuarenta por ciento no ha reincidido y el propio Pierre confiesa haber conocido -ejerció en su día de hospitalero bajo un nombre falso...- con alguno de ellos en Bizkaia.
A la espera de la bonanza climatológica -el Camino del Norte se hace intransitable bajo las tempestades de invierno...-, Bilbao, Bizkaia entera, se prepara para el sigiloso paso de los peregrinos, nada que ver con los palmeros -visitantes del Santo Sepulcro en Jerusalén...- o los romeros, que acuden a postrarse ante las tumbas de San Pedro y San Pablo en Roma.
La Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Bizkaia se convertirá en la capital del peregrino que entre en Bilbao por dos sendas; una entrada por Monte Avril, según se viene de Zamudio y otra, en descenso, por Miraflores, Atxuri y San Anton. Ambas rutas desembocan en Zabalburu, donde se encuentra la Asociación, dispensatorio de credenciales.
Enclavada en el Centro Burgalés, la Asociación es una caja de sorpresas. Desde aquellos cuarteles se organizan cursillos para hospitaleros, una iniciativa que este año se verá reforzada por espectáculos organizados en cada uno de los albergues; desde cuentacuentos a tragasables, pasando por obras de teatro callejero. Se pretende, con ello, revitalizar el espíritu de las viejas peregrinaciones, aquellas que se remontan a tiempos ancestrales, cuando el paso era más común. No por nada, la actual Catedral de Santiago en Bilbao se asienta sobre los dos anteriores, enclavadas en el mismo emplazamiento y con la misma advocación. El primero era anterior a 1300, fecha de la fundación de la villa, y disponía de una necrópolis exterior situada en torno al muro de cabecera. El peregrino puede acceder a la cripta de la Catedral, donde se preserva, como testimonio arqueológico, parte del muro de cabecera del primer templo de Santiago. Allí descansan, en un arca, las reliquias de San Fructuoso, San Bonifacio y otros mártires que fueron adorados desde la antigüedad. El paso del tiempo ha menguado el carácter religioso del Camino y hoy son legión los peregrinos que llegan a Bilbao al calor de su arquitectura y de la gastronomía. "El camino es el que le convierte a uno en peregrino", avisa Erazo. No en vano, aquel holandés que trató de dormir con su burro en el albergue de Basurto "era un vivalavirgen que acabó converso".
Este escrito ha sido publicao en el diario DEIA, y es curioso las historias que hay escritas, asi como lo del PROYECTO OIKONEN.
Se nota que estamos en AÑO XACOBEO
1saludo a todos