Carta de un peregrino sobre la actitud de la Iglesia con los peregrinos
Archivado en: Opiniones — Joan Fiol @
Publicamos a continuación una carta recibida en Gronze.com que aporta algunas reflexiones y críticas sobre los criterios para la obtención de la Compostela, y sobre el desinterés de la Iglesia oficial en la atención al peregrino:
Mi nombre: MIGUEL GOMEZ FOMBELLA
Peregrino:
1998 El Camino Francés
2000 El Camino Francés
2004 El Camino Francés
2009 El Camino del Salvador y el Camino Primitivo.
Con estas notas quisiera llamar la atención de otros peregrinos, o futuros peregrinos, que se dispongan a realizar el Camino, cualquiera de ellos.
Este año, como los anteriores, al llegar a Santiago, a la Oficina del Peregrino, después de guardar mi correspondiente cola, como todos los peregrinos, para solicitar mi “Compostela”, la chica que me atendió me realizó las siguientes preguntas:
- Veo que sólo ha sellado en el lugar donde ha terminado la etapa.
- Claro, lo normal.
- No, ahora tiene que sellar dos veces en cada etapa. Es una norma que ha salido este año.
- Vaya, pues no sé dónde voy a sellar, porque no hay muchos sitios donde sellar en los caminos que he hecho este año. (Camino del Salvador y Camino Primitivo).
- Bueno, puede sellar en cualquier bar, cafetería, restaurante, etc…
- Ya, pero es que a mí me parece que no es eso. No me gusta ver mi credencial con sellos tales como “Bar Manolin”… “Restaurante El Cazador” . . . etc.
- Pues si la próxima vez no trae los dos sellos por etapa no le darán la “Compostela”.
- Interesante y ridículo, pero sé que esto es lo que tú tienes que decir. Muchas gracias.
Y me dio mi Compostela.
La Misa del Peregrino.
La Catedral está cerrada durante los oficios. Cuando puedes acceder tienes que hacerlo con cientos de visitantes, turistas, etc. No puedes poner la mano en la columna, ni golpear con tu cabeza la cabeza del apóstol. Las colas para abrazar al Santo son interminables. Las colas para acceder a la tumba del Santo, también.
La Misa del PEREGRINO, es sólo a las 12, y desde luego los que menos pueden acercarse al altar y escuchar los oficios son los peregrinos.
Eso sí, vigilantes de empresa de seguridad, tienes todos los que quieras y más (por cierto, muy educados y atentos).
Y yo me pregunto:
Si la Iglesia quiere controlar (¿) las etapas de los peregrinos, cómo se realizan y desde donde. ¿Por qué no tiene sus iglesias abiertas o, por lo menos, a alguien que pueda abrirlas a unas horas determinadas?
¿Dónde están los párrocos, los sacristanes, las personas de la iglesia, para sellarme la credencial? Si el Camino es religioso, o por lo menos eso quiere la Iglesia para concederte la Compostela, serían ellos (ellas) los que deberían sellar la credencial.
Cuando no he encontrado refugio, bien por no haberlo en el lugar o bien por estar completo ¿Quién me ha facilitado la labor para poder descansar? La Iglesia por supuesto que no.
Cuando al terminar una etapa he querido dar gracias a Dios o rezar un rato, o escuchar una misa, no he podido hacerlo en ningún lugar religioso. Gracias a Dios, El escucha las oraciones desde cualquier lugar y El sí que acompaña al peregrino.
La Misa del Peregrino sólo es a las 12. ¿No se podría realizar otra misa a las 18.00 ó a las 19.00 horas? ¿No se podría dar preferencia al peregrino para que esté cerca del altar o para que tenga un espacio reservado? El peregrino puede demostrar que lo es mediante su credencial o su Compostela.
Si tengo que sellar en bares, cafeterías, restaurantes. . . será a ellos a quien les habré de agradecer la asistencia y las palabras de ánimo (que por cierto siempre, o casi siempre, las tienen para el peregrino, selle o no, consuma o no).
Mi agradecimiento a todos ellos, a los ayuntamientos, a los concellos, a las personas que trabajan en ellos . . . Han sido ellos los que me han facilitado el camino, los que han atendido las peticiones y necesidades de los peregrinos facilitando el espacio y el lugar donde acogerlos.
Una nota final.
Tengo actualmente cuatro “Compostela”, no necesito demostrar nada, no necesito que nadie me aplauda o me critique. Me siento satisfecho conmigo mismo, como peregrino y como persona, con mis virtudes (que las tengo) y con mis defectos (más que mis virtudes). Probablemente haré el camino, mi camino, otras veces, todas las que Dios me permita y me dé fuerzas para hacerlo.
Lo más probable es que no vuelva a tener mi quinta, mi sexta, mi . . . Compostela. Me trae sin cuidado porque mientras la Iglesia no sea la “peregrina” a mí no me interesa el que ella pueda acreditar si he hecho bien o no el camino.
Con los dos sellos por etapa ¿qué se pretende? Si quiero hacer trampas, las haré. Voy en coche, lo único que hará es que tenga que parar en medio de la etapa para sellar. Voy en autobús, tendré que hacer dos trayectos en vez de uno.
La Iglesia debería tener previsto alojar a los peregrinos en algún local cuando éstos no pueden tener alojamiento. Así mismo, el personal que colabora con las iglesias, con las parroquias, debería ser el personal que se preocupará por los peregrinos, por su estado de ánimo, por su salud, por su bienestar durante el camino.
Han sido los ayuntamientos y el personal que trabaja en ellos los que han facilitado, y facilitan, la posibilidad de que el peregrino pueda descansar y asearse, de que tengan un lugar donde acogerse. Es a ellos, a ellas, a quienes quiero hacer llegar mi agradecimiento.
Mi más sincero agradecimiento al personal de las Asociaciones, de todas por las que he ido pasando. Ellos, ellas, están siempre dispuestos a facilitarte las cosas, a enviarte los objetos perdidos, a solucionarte los imprevistos que van surgiendo. Gracias, muchas gracias.
Eso sí, los trabajadores y propietarios de la hostelería se lo van a agradecer mucho.