Para alguien que se va al Camino

Hace unos días me pidieron esto por ahí. Lo había hecho hace tiempo para una joven amiga, supongo que sigue valiendo. Peregrino, peregrina, tírate al Camino, vívelo, hazlo tuyo y sueña. Si lo haces así el Camino será tuyo para siempre.

Tienes diecisiete años (¡evohé el mocerío!) y me has pedido en privado unos consejos para el Camino. A buen lugar vas a dar chica.

No te puedo dar consejos, como ya largó un Goytisolo, yo aún estoy "en el Camino". Pero si quiero decirte lo que deseo para ti, mi joven y animosa amiga. Y lo hago en público, como ya te he dicho, ya que es lo mismo que deseo a cantidad de chavales que se van a tirar a las trochas, benditos sean.

- Deseo para ti que suene el Olifante en Roncesvalles, que te subas en su eco y que vueles, que vueles alto, en el Camino y en tu vida, ¡vuela alto! ¡Y hazlo siempre como el águila, mantén a los cuervos lejos de ti!

- Haz amigos y cuídalos.

- Déjate mecer por esa codorniz que vas a oír - ¡es siempre la misma, la puñetera! - desde Burgos hasta León.

- Mantente alegre cuando te suden hasta las uñas, cuando sonrías sonreirá el Camino entero. Nunca agaches la cabeza, nunca te quiebres, álzala y sonríe.

- Es posible que tengas que llorar. Bueno, pues llora. Tus lágrimas han sido, son, las de todos.

- Cuando veas amanecer en Estella, rodeada de amapolas, aprovecha el momento, hay una hora mágica para los milagros, es tuya.

- Me dices que será tu gran aventura, vívela.

- Vas con amigos. Eso está bien. Pero abre tu mente, observa, busca, pregunta, escucha, aprende, decide. En Camino nadie debe decidir por ti, estás en Camino, es tu Camino. ¿Caminar sola?, ya sé que tienes dudas. Tú decides, ponte en Camino.

- Me cuentas que tienes algo de miedo y que estás emocionada. ¿Miedo? Aleja de ti esa nube negra. ¿Emocionada? Claro, y ya verás lo que te espera... Por cierto, si notas en Roncesvalles la sombra de un chaval emocionado y con miedos salúdale de mi parte. Era yo mismo hace algún tiempo. Bueno, hace bastante.

- Sé humilde. No es fácil, ya sé, los humanos tenemos ese no sé qué..., pero cada metro, cada kilómetro nos enseña humildad. Sobre todo, sobre cualquier otra cosa, eso es el Camino. Lo aprenderás pronto, y si sacas alguna consecuencia serás grande.

- Te deseo que entres en cualquier pequeña iglesia y sientas una gran paz. ¿Religión? Bah, a buen sitio fuiste a dar, pero te deseo esa enorme paz, si te ves agobiada hazlo, te irá bien.

- En los Montes de León verás una gran montaña de piedras. Debes dejar ahí la tuya. Con ella irá parte de tu alma y de la de todos.

- Puede que en la profundidad de los bosques, en los páramos, en las montañas, sientas que no estás sola. Son las sombras, los pasos, la compañía de las miles y miles de almas que, como tú, han pisado la ruta. Nunca estarás sola, todos estaremos caminando contigo.

- Cuando corones montañas que casi te permitirán tomar las nubes con tus manos puede que te emociones. Estarás cerca. Recuerda: tu emoción ha sido la de todos. Por eso permanecemos en Camino.

- ¿Llegar? Te darás cuenta después, cuando pasen los años. El Camino te habrá atrapado. Y puede que en las noches de invierno, allá en soledad de la alta madrugada, te despiertes sobresaltada: has soñado que sigues y sigues caminando. Enhorabuena. Y es que descubrirás que nunca, jamás, se acabará tu Camino.

- Por último: te sonará raro, bueno, pero hazme el favor, cuando llegues reza un poco por este "viejo" y descreído peregrino. Toda la felicidad, lo mejor para ti y buen Camino.